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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
6
Fantástico. Aventuras. Acción Después de haber recuperado el reino del Dragón Smaug en la montaña, la Compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado con las enormes riquezas en su poder, el rey enano Thorin se vuelve codicioso, mientras Bilbo intenta hacerle entrar en razón haciendo algo desesperado y peligroso. Pero hay aún mayores peligros por ... [+]
30 de diciembre de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera parte con la que Peter Jackson finiquitó la adaptación al cine de "El hobbit"; novela para niños de unas 250-300 páginas, que Tolkien publicó en 1937 como precursora de lo que, mucho después, sería "El señor de los anillos".

Empecemos advirtiendo que, más allá de lo que se ve en pantalla, estamos ante una trilogía que es un ejemplo de hasta qué punto el cine es un negocio antes que un arte. Baste un repaso a todo lo ocurrido antes del rodaje, para comprobar el furor de las partes por amasar sumas de dinero e incluso, cuando podían, adueñarse de lo ganado por otros. De hecho, la preproducción de esta trilogía bien podría dar para una película propia en donde quedase claro que, en el cine, antes de contratar guionistas, se contratan ejércitos de abogados.

Como tercera parte, continúa la historia allí donde la segunda la interrumpía, ubicando a sus protagonistas en mitad de un enfrentamiento en donde todos quieren sacar tajada de la montaña solitaria. Una película que tiene las mismas virtudes y defectos que sus predecesoras, pero en donde ya se aprecia una caída cualitativa que la lastra, pues Jackson incide aún más en fallos que, no nos engañemos, se veían venir desde tiempo atrás.

Así, Peter Jackson se empecinó en crear otra trilogía con la que embolsarse muchísimo dinero, aun cuando la novela ofrecía un material limitado. Para ello, optó por estirar como un chicle las escenas, insertando material a voluntad y recreándose en los pasajes escritos. Esto, por sí mismo, no tiene nada de malo, pues toda película basada en una novela es una adaptación. El problema surge cuando ese material adicional es mayormente innecesario, notándose que es relleno para alargar el metraje. No en vano, la novela daba para una película de hora y media, no para una trilogía que, en su versión extendida, orilla la friolera de las nueve horas.

Otro problema de Jackson, también visto en la trilogía de "El señor de los anillos", es su irritable insistencia en la épica. Algo justificable en algunos momentos, pero inaguantable como recurso reiterado. Todo es grandilocuente. Todo es pomposo. Todo es colosal, enorme, excelso, egregio. Un empeño pesadísimo del que Jackson abusa incrustando sin control tomas aéreas, rostros compungidos, planos a cámara lenta y miradas perdidas. Esto es tomar al espectador por idiota. No obstante, luego tanto exceso contrasta con algunos momentos infantiles que son un sinsentido (véase spoiler 1).

Otro problema de esta cinta, y de nuevo aprendido en esa mala escuela que fue "El señor de los anillos", es la inverosimilitud de los sucesos. Su director nos ofrece el mundo tolkiano de la Tierra Media, con sus criaturas fantásticas y la magia como eje vertebrador. Pero, incluso aceptando esas premisas, el neozelandés inunda las escenas con personajes de goma, inmunes al dolor, casi indestructibles. Tipos a quienes la física no les afecta, capaces de hacer cualquier cosa "porque sí", dando así pie a escenas que destrozan la suspensión de la incredulidad. No exagero al afirmar que hay momentos en que esta película parece una caricatura.

Y ya desde una perspectiva técnica, esta tercera entrega arrastra defectos graves que, contra toda lógica, impregnan no pocos minutos de la película. Me refiero a la paupérrima integración del CGI con la imagen real, con múltiples casos en los que el "chroma" canta de mala manera. Algo difícil de explicar siendo Jackson uno de lo socios de Weta y tratándose del año 2014 (véase spoiler 2).

En mi opinión, la trilogía de "El hobbit" es un ejemplo de lo que sucede cuando, alguien que es bueno en su trabajo, triunfa y se lo acaba creyendo, pues Jackson ha ganado cantidades obscenas de dinero con las obras de Tolkien, pasando de ser un cineasta del montón a uno de los grandes "popes" de la industria. El resultado es un tipo que se lo tiene creído, convencido de que todo es mérito suyo, y al que nadie le tose. Esto deriva en una persona convencida de que sus ideas son siempre geniales y, no habiendo quien le plante cara, saca adelante cualquier mamarrachada absurda, pues considerará que todos están equivocados menos él. Otro caso del "síndrome George Lucas".

Llegados a este punto, entiendo que nosotros no somos dignos siquiera de la mirada de Peter Jackson. Que no pasamos de unos vulgares ignorantes que opinamos sobre esa hazaña, esa obra magna que ha sido sacar adelante este proyecto. Pero es precisamente esa forma de pensar acrítica, esa idolatría ciega, la que ha convertido a Peter Jackson en su peor enemigo. Un director y empresario con un ego inaguantable que no quiere admitir que también se equivoca.

En resumen, negocio descomunal montado a partir de una historia infantil que ha sido deformada, estirada e inflada a esteroides hasta convertirla en "El señor de los anillos 2: ahora por mis santos cojones". Un ejemplo de descontrol y desmesura por parte de Jackson, quien no sabe poner límites ni a su tontería ni a su avaricia. Me niego a bailarle el agua.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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