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España España · . ¯\_(ツ)_/¯ .
Voto de Jose_Lopez_5:
3
Ciencia ficción. Fantástico. Acción Año 2013. Un gigantesco terremoto ha arrasado Los Ángeles y lo ha separado del continente. En la "Nueva América Moral", los ciudadanos indeseables que no obedecen las leyes (no fumar, no comer carne roja, no ser musulmán...) son deportados a Los Ángeles, que se ha convertido en una colonia penitenciaria. La hija del Presidente, después de robar un arma letal, ha huido allí con su amante, un peligroso revolucionario que pretende usarla. ... [+]
23 de enero de 2023
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John Carpenter está sentado detrás de una mesa de conferencias, con su café y su micrófono. Fuera de plano, de entre el fondo del público, se escucha a alguien preguntar: "<<1997: rescate en Nueva York>> estuvo genial. ¿Qué demonios pasó con <<2013: rescate en L.A.>>?".

Apenas ha terminado la pregunta cuando el público empieza a abuchear al osado, pero Carpenter reacciona con rapidez y le escupe un "¡Jódete!", mientras le hace un corte de mangas y le enseña el dedo corazón.

El público estalla en risas.

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"1997: rescate en Nueva York" (1982) fue una película bastante potable. Entre sus méritos estuvo el de dar a conocer a un personaje, Serpiente Plissken, que, como Rambo, trascendió la pantalla para asentarse en el recuerdo colectivo. Fue también una de esas película que enganchan con su visionado y su puesta en escena, en especial entre los menos exigentes de por entonces, yo el primero. Y, para los más cinéfilos, fue también el campo de entrenamiento de un imberbe y antipático James Cameron. Eran tiempos felices y el VHS brillaba en toda su gloria. Sin embargo, los años le pasaron factura.

Así, el aspecto del Nueva York postapocalíptico es bastante cutre y muy setentero. La sombra de "The warriors" (1979) era alargada, y recuerde que a comienzos de toda década aún se arrastra la estética y modas de la anterior. Y eso es apreciable en el aspecto circense de los personajes a los que Serpiente confronta, bastante payasos, la verdad. También se le notaban las costuras a no pocos escenarios, espartanos ellos, con mucha fotografía nocturna para disimular los fondos. Además, tampoco es que abundasen los personajes carismáticos aunque, justo es decirlo, los pocos que destacaban lo hacían bien.

La escasez de trabajos mejores primero, y la nostalgia después, pronto elevó esa película a los altares, de modo que opinar bien sobre ella dejaba en buen lugar al menos entendido. Serpiente Plissken molaba y la película quedaba así en la estantería de los trofeos carpenterianos. No obstante, catorce años después, en 1996, Carpenter por fin pudo cascarnos una continuación gestada durante una década, "2013: rescate en L.A.". Y ahí sí, abrió heridas entre sus seguidores, quienes no entendían a cuento de qué venía aquello.

Porque, mira tú, resulta que la continuación fue un mondonguillo de cuidado. Uno con el que Carpenter quiso parodiar la anterior entrega, creando una aventura con toques surrealistas, pero manteniendo el perfil serio de Plissken. El problema es que el pastiche no hizo mucha gracia. No en vano, la cinta fue un hazmerreír en donde mucho de lo que se planteaba estaba exagerado hasta la caricatura. Otros elementos, sin embargo, aspiraban a tomarse en serio. Una mezcla esta explosiva, porque el público no sabía lo que estaba viendo. ¿La película era así de mala a conciencia o es que era un bodriete?

A día de hoy creo que hay gente que aún no lo tiene claro, y no se les puede echar en cara porque Carpenter parecía jugar a la confusión. Sea como fuere, con confusión o sin ella, la cuestión es que la película no funcionaba en ninguna de sus vertientes. Ni como película de acción, porque era demasiado payasa, ni como comedia, porque era demasiado seria. A Plissken, además, le endilgaron unos compañeros de viaje bien gilipollas, amén de ponerlo a hacer el ridículo a golpe de CGI cutre. Y eso, justo es decirlo, no le hizo ningún bien. Plissken no tenía suficiente rodaje como para haberle llegado la hora de la parodia, pero Carpenter la precipitó.

En un plano anecdótico, la película perseguía reírse de la filosofía de los bienpensantes y los ofendiditos (entonces tenían otro nombre), con continuas prohibiciones en aras del bien común. Quienes no comulgaban eran deportados a ese Los Ángeles isleño, por tocapelotas. Si esto le suena a "Demolition man" (1993), sepa que tiene razón. Que la película de Stallone era un ñordo, pero ahí estuvo por delante de la de Carpenter. En cualquier caso, no creo que muchos espectadores prestasen atención a ese intento de crítica social, tan ridículo era todo en la pantalla.

En la actualidad creo que las opiniones se mueven en el terreno de la indulgencia. No es una buena película, pero la firma Carpenter, y al maestro no se le lleva la contraria. Otros, menos pacientes, optan por decir las cosas claras. Con la guita, eso sí, no ha lugar para la duda: $50 millones de presupuesto, $25.5 millones recaudados en EE.UU.

En resumen, continuación boba e innecesaria de la película del 82. Aquélla estaba bien así, y no había por qué cagarla con tonterías de este tipo. Y menos con un autoplagio. A la vejez se ve que Carpenter no está por reconocer que hizo el imbécil, de modo que ahí sigue, regalando cortes de manga.
Jose_Lopez_5
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