En España, cada vez que se estrena una película sobre la guerra civil, muchos alzan la voz para quejarse de que en nuestro cine siempre se habla sobre lo mismo. Pero la película de Emilio Martínez-Lázaro no debería sufrir dichos prejuicios por dos razones: por emotiva y por necesaria (hay cosas que nunca deberían ser olvidadas).
La trama se basa en la historia real de trece muchachas (las trece rosas del título) que fueron fusiladas por sus ideas políticas contra el régimen franquista. Pilar López de Ayala, Verónica Sánchez y Marta Etura son algunas de las protagonistas.
He de reconocer que yo también era uno de esos escépticos y que pensaba que me iba a encontrar con más de lo mismo. Es más, aunque me la habían recomendado muy encarecidamente, me resistía a verla. Pero será que soy un poco blando, porque durante las dos horas que dura apenas pude pestañear y no me avergüenza reconocer lo mucho que me emocionado con su triste devenir. Me atrevería a afirmar que quien no lo haga debería hacérselo mirar.
spoiler:
Me pregunto si la brevísima intervención de Leticia Sabater tiene como función despistar al espectador o, tal vez, romper un poco con el dramatismo de la historia (sic).