Melodrama romántico que nos relata varias historias cruzadas con el nexo común del amor (¿o habría que decir desamor?), así tenemos a Sergio (Claudio Bisio), quién debe lidiar con dos hijas adolescentes a las que apenas conoce tras el repentino fallecimiento de su ex esposa, su amigo Luca (Silvio Orlando) también se está separando de su mujer, Loredana (Carla Signoris), y además no parece que vaya a resultar una separación amistosa. Luca trabaja como juez, y entre sus casos más curiosos se encuentra el del matrimonio formado por Filippo (Vincenzo Salemme) y Caterina (Nancy Brilli), ya que ninguno desea obtener la custodia de sus hijos. Por otro lado tenemos a Monique (Cécile Cassel), cuya ex pareja (Alessandro Gassman) acosa a su actual novio (Fabio De Luigi) para que la abandone, mientras que su amiga Elisa (Claudia Gerini) tiene un gran problema amoroso, se haya preparando su inminente boda con Corrado (Gianmarco Tognazzi), pero el cura que les tiene que casar resulta ser Lorenzo (Flavio Insinna), el gran amor de su vida. Finalmente nos encontramos con Marc (Malik Zidi) y Giulia (Cristiana Capotondi), quienes tendrán que poner a prueba su relación cuando a ella le surja un importante trabajo al otro lado del mundo, concretamente en Nueva Zelanda.

Vamos, un batiburrillo de personajes que deambulan por historias más o menos afortunada, y es que uno de los grandes problemas de la película es el desigual interés de sus múltiples devaneos, quizás la de Sergio (por la mezcla de comedia y drama) sea una de las más afortunadas (y curiosamente la menos romántica de todas), mientras que otras como la de Marc y Giulia resultan demasiado tópicas.

Brizzi dirige esta amable pero predecible película son sobriedad, si bien se le hubiese agradecido un pequeño recorte en el metraje, fácilmente podría haber prescindido de varias secuencias musicales que no aportan nada a la historia, para colmo, la selección musical deja bastante que desear. En el plano interpretativo cabría señalar que los actores están más que correctos, a pesar de algunos excesos (léase sobreactuaciones e histrionismos varios). A pesar de todos estos defectos he de confesar que, tal vez atraído por mi afición a las historias corales, Ex me resulta un entretenimiento tan irregular como agradable de ver.