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Voto de ddarko_1980:
4
Voto de ddarko_1980:
4
6.5
2,285
8 de diciembre de 2009
8 de diciembre de 2009
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querelle (Brad Davis) es un marinero tan bello como manipulador. Tras desembarcar en un prostíbulo de mala muerte reanudará la conflictiva relación con su hermano a la par que comienza una aventura sin rumbo que le lleva a traficar y asesinar con una frialdad inusitada, despertando pasiones enfrentadas a su paso.
Lo más llamativo de Querelle son sus estrafalarios decorados, los cuales da la sensación de ser de cartón piedra, tan falsos como curiosos (véanse esas columnas que simulan ser penes), ofreciendo un toque casi teatral. Lo mismo ocurre con el vestuario, tan exagerado como todo en la película, marineritos con camisas ajustadas y policías encuerados, todo como sacado de cualquier fantasía homoerótica llevada al extremo. A ello se suma una fotografía en la que predominan los colores cálidos, provocando una sensación sofocante, muy acorde con el relato, eso sí.
Su guión, tan sencillo en apariencia acaba resultando algo irritante verbigracia de unos diálogos inconexos y su falta de una línea argumental clara. Ello hace mella en unas obvias sobreactuaciones (por ejemplo varias de las peleas, con o sin navajas de por medio) del conjunto de actores, claro está, en plena concordancia con el guión que deben recitar… aún y con todo Querelle supone un extraño ejercicio cuya fascinación queda minimizada por toda una retahíla de excesos que acaban haciendo mella en un guión tan demente como irreverente.
Lo más llamativo de Querelle son sus estrafalarios decorados, los cuales da la sensación de ser de cartón piedra, tan falsos como curiosos (véanse esas columnas que simulan ser penes), ofreciendo un toque casi teatral. Lo mismo ocurre con el vestuario, tan exagerado como todo en la película, marineritos con camisas ajustadas y policías encuerados, todo como sacado de cualquier fantasía homoerótica llevada al extremo. A ello se suma una fotografía en la que predominan los colores cálidos, provocando una sensación sofocante, muy acorde con el relato, eso sí.
Su guión, tan sencillo en apariencia acaba resultando algo irritante verbigracia de unos diálogos inconexos y su falta de una línea argumental clara. Ello hace mella en unas obvias sobreactuaciones (por ejemplo varias de las peleas, con o sin navajas de por medio) del conjunto de actores, claro está, en plena concordancia con el guión que deben recitar… aún y con todo Querelle supone un extraño ejercicio cuya fascinación queda minimizada por toda una retahíla de excesos que acaban haciendo mella en un guión tan demente como irreverente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A destacar escenas como aquella en la que Querelle termina degollando a un compañero y tras caer al suelo la sangre brota a borbotones, o aquella en la pierde deliberadamente a los dados (sic) para ser "violado" por el dueño del burdel.