Lo típico rancio de «Buena para ser española». Película muy densa, que sin embargo te mantiene al borde del asiento sin que llegues fatigado al final. Aun así, siento que quizá recurre demasiadas veces al recurso de «gente gritándose» para generar drama.

La trama es sólida y el director se toma su tiempo para que el conflicto bulla poco a poco. Es imposible no empatizar con los protagonistas, aunque algunos se note que son un mero recurso narrativo.

Se respira autenticidad y autoría en la mayoría del metraje. La escena final, que no el final en sí, me dejó algo frío tras toda la experiencia previa, algo irregular en la segunda mitad.

Una buena experiencia, que deja imágenes grabadas en la mente y ganas de visitarlas una vez se ha digerido el conjunto.