Mira que el planteamiento tiene posibilidades, y mira que los actores no desentonan y que la estética está cuidadísima, y que hay miga, pero no he conseguido que mi culo deje una marca bien definida en la butaca del cine.

Se nota que al director le mola mucho el rollo de "Olvídate de mí" o "La ciencia del sueño", pero su rosca se ha pasado de vueltas. O quizá yo no he entendido nada, y como la peli habla mucho de la entropía y de que el universo se expande, debe ser que ésta es también una película que se transforma y se expande. Y finalmente se evapora. Como el humo.

Resumiendo, es de lo más pretencioso y cargante que jamás he visto. Es curioso ver cómo una peli que habla del azar y del caos resulta ser una suma de planos milimétricamente calculados, y en la que apuesto a que la textura de cada poro de piel de los protagonistas ha sido supervisada personalmente por el director.

Vamos, que nada resulta natural, ni verdadero, sino totalmente envasado al vacío. Muy vacío.