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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Acción. Thriller Un tal Simon siembra el pánico en las calles de Nueva York haciendo explotar una serie de bombas, y asegura que no dejará de hacerlo a menos que el agente John McClane acceda a jugar con él a un juego llamado "Simón dice". Con la ayuda de Zeus, un electricista de Harlem, el agente comienza una trepidante carrera para resolver las adivinanzas planteadas por el terrorista y, al mismo tiempo, para averiguar sus intenciones. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para la tercera parte de la exitosa saga que comenzó con esa cumbre del cine pirotécnico que fue “Jungla de cristal” (1988), tuvo que regresar John McTiernan a tomar las riendas de los avatares de McClane (Bruce Willis), el policía neoyorquino que siempre se las ingenia para meterse en problemas. Si en la primera película fue en un rascacielos y en la segunda en un aeropuerto, en esta tercera el escenario es la ciudad de Nueva York, un área demasiado amplia para él solo, por lo que esta vez se verá acompañado de un secundario de lujo: Samuel L. Jackson.

El filme le da una vuelta de tuerca a las “buddie movies” o películas de compañeros cuyo mayor referente es la saga “Arma letal” de Richard Donner. McTiernan no pretende hacer una imitación sino más bien un lavado de cara a su “Jungla de cristal”, olvidándose del trabajo de Renny Harlin en “La jungla 2: Alerta roja” (1990) y recuperando los mismos resortes que conformaron el éxito de la primera parte, esto es: acción vistosa, diálogos ácidos de antihéroe, y un enemigo tan refinado como letal. Sin ir más lejos, el “malo” en esta ocasión será un sádico llamado “Simon” (Jeremy Irons) cuya inquina con McClane está plenamente justificada y se relaciona con la primera película.

No hay duda de que McTiernan sabe dirigir películas con ritmo, aunque esta tercera entrega sea quizás la que menos acción tenga de las tres en relación a disparos y explosiones, pero sigue siendo frenética ya que apuesta por las persecuciones y las carreras, y se le añade un sentido del humor más notorio que la enriquece: resulta divertidísimo ver cómo la pareja Willis – Jackson se tiran corriendo de aquí para allá por media ciudad mientras les da tiempo a meterse el uno con el otro. Son tan geniales y hay tanta química entre ellos que uno se pregunta por qué no podían haber metido a Samuel L. Jackson desde el principio de la saga (con perdón de Reginal VelJohnson). Si bien la historia resulta tan simple como de costumbre, el guion contiene unas buenas dosis de conversaciones hilarantes que la pareja protagonista da vida y hacen suyas.

El hecho de realizar una película así, repleta de escenas de acción en exteriores, no sólo le da una sensación de inmensidad sino también nos da una idea indirecta de lo complejo de su realización. Aunque Nueva York es una ciudad donde los rodajes están a la orden del día, debe resultar complicado elaborar una película de acción donde otro de los protagonistas es la misma ciudad.

En cuanto al reparto, sin mencionar lo ya comentado sobre los excelentes Bruce Willis y Samuel L. Jackson, tenemos a un Jeremy Irons alejado de sus papeles dramáticos y disfrutando con un papel más superfluo y divertido de interpretar en el que se le correcto, sin más.

“Jungla de cristal III: la venganza” es, sin duda, una muy buena película dentro de su género que cierra con broche de oro una trilogía que ruego resucitaría Len Wiseman en 2007, pero esa ya es otra historia de la que todavía no puedo hablar…
Richy
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