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Voto de Richy:
6
5.3
522
Terror
En la Francia del siglo XVI, el Gran Inquisidor Fossey en su ciega lucha contra los supuestos herejes, apóstatas y adoradores de Satán, no duda en perseguir sus objetivos y utilizar las más crueles e inimaginables torturas para satisfacer sus más perversos instintos y conseguir el favor de los poderosos. La aparición de la bella Catherine, acusada de brujería, trastocará involuntariamente los planes del Inquisidor. Éste, desbordado por ... [+]
4 de marzo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Naschy, nuestro particular hombre-lobo ibérico y uno de los representantes más destacados del “fantaterror” patrio, se atrevió a ponerse detrás de las cámaras para filmar una de las películas más elegantes y de más empaque dentro del cutrerío imperante en el género.
El filme se desarrolla en el marco temporal del siglo XVI, cuando la Inquisición campaba a sus anchas y purificaba a base de fuego y tortura a los apóstatas y herejes. Uno de los pesos pesados de la institución, Bernard de Fossey (Naschy reservándose el mejor papel), no parpadea a la hora de ajusticiar y castigar a los siervos del Mal en todas sus variantes, pero su fe se tambalea cuando conoce a una atractiva y supuesta bruja, Catherine (Daniela Giordano).
Naschy maneja la cámara con soltura y fluidez, recorriendo la escena y recreándose en el detalle. Da unas pinceladas sórdidas y tenebrosas muy adecuadas a la ambientación, evocando una seriedad que no suele darse en producciones similares del subgénero. En cuanto a su interpretación, Naschy aporta a su personaje un toque siniestro que se amolda perfectamente a la sobriedad y la inquietud que pretende transmitir todo el conjunto.
Naschy, con su buena experiencia a las espaldas, supo hacer un filme a la altura de las expectativas.
El filme se desarrolla en el marco temporal del siglo XVI, cuando la Inquisición campaba a sus anchas y purificaba a base de fuego y tortura a los apóstatas y herejes. Uno de los pesos pesados de la institución, Bernard de Fossey (Naschy reservándose el mejor papel), no parpadea a la hora de ajusticiar y castigar a los siervos del Mal en todas sus variantes, pero su fe se tambalea cuando conoce a una atractiva y supuesta bruja, Catherine (Daniela Giordano).
Naschy maneja la cámara con soltura y fluidez, recorriendo la escena y recreándose en el detalle. Da unas pinceladas sórdidas y tenebrosas muy adecuadas a la ambientación, evocando una seriedad que no suele darse en producciones similares del subgénero. En cuanto a su interpretación, Naschy aporta a su personaje un toque siniestro que se amolda perfectamente a la sobriedad y la inquietud que pretende transmitir todo el conjunto.
Naschy, con su buena experiencia a las espaldas, supo hacer un filme a la altura de las expectativas.