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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
5
Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, el teniente Thomas Hart (Colin Farrell), un oficial de buena familia y estudiante de derecho en Yale, es capturado por los alemanes. A los pocos días de ser interrogado, es enviado a un campo de prisioneros. Una vez allí, el coronel estadounidense William McNamara (Bruce Willis), al mando entre los prisioneros, le pregunta si ha dado información al enemigo. Como Hart lo niega, es expulsado del barracón ... [+]
28 de octubre de 2013
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Gregory Hoblit, director especializado en dramas judiciales, cambia los juzgados por un campo de prisioneros nazi de la Segunda Guerra Mundial.

Bruce Willis y Colin Farrell tienen los papeles principales de una película que intenta ser más de lo que es, se esfuerza en diferentes aspectos y no logra salir adelante en ninguno de ellos. La cinta de Hoblit quiere ser innovadora pero ofrece más de lo mismo, de lo que la industria nos tiene ya acostumbrados, y además la subtrama judicial está muy lejos de la que nos hizo disfrutar y asombrarnos en “Las dos caras de la verdad” (1996).

En “La guerra de Hart”, el espíritu bélico que quiere ambientar la cinta es apenas una sombra, como lo es el motivo, muy cogido por los pelos, por el que los nazis ceden en celebrar un juicio entre sus prisioneros: un aparente asesinato racista. Presidido por el coronel McNamara (Bruce Willis), la defensa correrá a cargo del teniente Hart (Colin Farrell), un estudiante de derecho que aún no ha ejercido y que éste será su bautismo de fuego. Además, el oficial nazi encargado del campo de prisioneros se mete donde no le llaman, interesándose por el tema y disminuyendo todavía más la ya de por sí arrastrada credibilidad del filme.

Hoblit recrea un campo de prisioneros oscuro, de incómoda fotografía, en el que las vicisitudes y los roces de los prisioneros norteamericanos apenas alcanzan a rozar el interés del espectador. El tono pretendidamente serio que Hoblit intenta dar a la historia es otra losa más que cae, ayudando al hundimiento total de la cinta en su patética y patriotera parte final.

Lo más destacado quizás sean los minutos iniciales, en los que el joven Farrell se las ve y se las desea por escapar de los nazis, y el propio Farrell, que elabora su papel de forma más convincente y acertada que en muchas de sus películas posteriores, en las que parece haberse acomodado demasiado.

Pasable.
Richy
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