Acudí al cine con con mis hijos con el único propósito de pasar el rato en una tarde de lluvia viendo una de las tantas mediocres películas animadas que últimamente inundan las salas. Pero con gran sorpresa, disfrutamos muchísimo de una película genial y original. Descubrir de nuevo Paris con Ratatouille ha sido un placer, por la clase y glamour que destila el film, a pesar de que el protagonista sea una rata. El resto de personajes me han encantado igualmente, desde la noble Colette hasta el sombrío crítico gastronómico. El diseño y colores de los dibujos son increibles, un portento de la técnica. El argumento es sensacional, así como el ritmo con que se desarrolla la película, que en ningún momento decae, muy al contrario, disfrutas con cada minuto que estás viendo. Pero lo que más se agradece y redunda en beneficio del propio filme, es que no exista esa velocidad trepidante de acción e imágenes, que muchas veces hace que, por un lado, los niños no asimilen lo que ven y oyen y por tanto no comprenden ni piensan, y por otro, convierte un film animado en un producto de cine de acción sin sustancia hecho para público infantil.

Como en todos las películas de Disney, la moraleja para quien la sepa ver, hay que explicársela a los más pequeños.

Sencillamente genial e imprescindible, es de obligada visión para niños y adultos. Sin duda, lo mejor de la temporada de verano.