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Argentina Argentina · Colastiné
Voto de Adela Hache:
9
Drama. Romance Drama basado en la verdadera historia de una pareja de artistas daneses, Einar y Gerda Wegener. La vida de este matrimonio dio un giro cuando Einar sustituyó a la modelo femenina que su mujer, Gerda, tenía que pintar. Cuando los retratos resultan ser un éxito, ella anima a su marido a adoptar una apariencia femenina. Lo que comenzó como un juego llevó a Einar a una metamorfosis inesperada. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el oficio clásico y la seriedad que lo caracterizan, el cineasta Tom Hooper realiza la transposición a la pantalla, de la novela publicada en 2000 por el joven escritor norteamericano David Ebershoff, inspirada en la historia real de la pintora danesa Lili Elbe (antes Einar Wegener); la primera mujer transexual que se sometió a una cirugía de reasignación de sexo, pionera en el intento de búsqueda de coherencia entre su interioridad y exterioridad, desafiando las condiciones adversas tanto sociales como científicas.

Parte de la crítica acusa al guión de tener un círculo narrativo estándar, ofreciendo a fin de cuentas una versión muy lavada de los múltiples retos que implica una decisión como la de Wegener/Elbe. Pero todos coinciden a favor de la película, en alabar el desempeño de Eddie Redmayne y Alicia Vikander —como Einar y Gerda, respectivamente- claves para mantener el interés del espectador y exacerbar la dimensión dramática.

La dupla protagónica logra transmitir con creces la profundidad y solidez del vínculo que persiste pese a los drásticos cambios por los que atraviesa. Especialmente la actriz Vikander conmueve con su recorrido emocional, si bien Redmayne transita la complejidad afectiva de su personaje principal con una expresividad notable, no puede evitar alguna exageración en las gesticulaciones. El rol de Alicia Vikander como Gerda, la esposa comprensiva, nos obliga a ser testigos de lo mucho que pierde para dejar partir a Eimar y dar vida a Lili.
La corrección, contención, elegancia y transparencia narrativa de la película son encomiables. A la excelencia de la fotografía se añade el vestuario de Paco Delgado y la dirección de arte cuidadísima, que atenúa un tanto el drama psicológico y el peligro extremo del proceso médico al que se somete el protagonista.

Sin saltos temporales o inserciones oníricas, la narración empieza y termina en el paisaje nórdico de la infancia: árboles que se recortan fantasmales, resistiendo estilizados en medio del paisaje nevado. Cabe señalar que la trayectoria circular del film se inicia y termina en ese paisaje, donde una frase de Gerda (“Déjalo volar”) acompañará una imagen poética de alto lirismo que sintetiza la espiritualidad liberada de su prisión física.
En síntesis, “La chica danesa” es una biopic amable antes que complaciente, que trasciende los preciosismos y las injustas denostaciones de blandura conceptual.
Adela Hache
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