Esta aburrida serie sigue estirando el chicle de Star Wars hasta los limites de la razón, trayendo esta vez a un viejo, gordo y feo Boba Fett, insufrible hasta el suicidio, que nos presenta sus desventuras en un planeta desértico, donde tendrá que imponer respeto a gente que pasa de el.

En su odisea contra la nada, contara con una amiga incondicional que parece que le debe algo aunque ni se sabe, ni importa. Dos ranas verdes con taparrabos que le siguen, y una pandilla de roboadolescentes con motos de colorines que dan mas pena que asco.

Sus únicos enemigos, dos masas informes gemelas, se largan del planeta, así que supongo que ahora sus días pasaran sumergido en su sucio barreño de agua, recordando tiempos mejores con sus asquerosos amigos del desierto, los cuales le adiestraron en el inútil arte de hacer palos de madera.

Un viejo soso, que estas deseando que se muera, con amigos mas odiosos aún, gordo e inútil peleando contra gente aún mas inútil, al que nadie hace caso, y se cree que es alguien por ponerse un casco ponzoñoso y darse una vuelta con sus patéticos esbirros por una ciudad polvorienta, donde sus mayores logros son conseguir bajar el precio del agua a cuatro anormales.