Película tras película, proyecto tras proyecto, Aménabar demuestra ser un tipo que maneja no ya solo todos los resortes que rodean la complejidad de hacer y llevar a buen puerto una película, sino el hecho de poseer una capacidad excepcional para embarcarse en proyectos muy osados y resultar ejemplarmente equidistante, ecuánime, certero.
Eso es lo que ocurre con "Mar adentro": adaptación de la emblemática obra del ya mítico tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, "Cartas desde el infierno" y más concretamente de los últimos años de la vida de éste, la película, tratando como trata, de forma amplia, osada y transparente, el problema de la eutanasia y con él el derecho a la dignidad de morir, resulta un ejemplo magistral de cine emocionante y que aprovecha magistralmente todos los recursos del cine. Inteligentemente, Aménabar no enclaustra a Sampedro en esa cama y en la habitación, lo hace viajar con su poderosa mente e imaginación y dignifica, por ahí también, al ser humano, capaz de amar, porqué no.
Siendo como es una película sobre la muerte, "Mar adentro" es una obra que transmite y otorga ganas de vivir y de luchar por la más absurda de las utopías, mientras ésta resulte razonable.
Excepcionales interpretaciones de un grandioso y mimético Bardem, así como del resto del reparto, pero especialmente de los secundarios Mabel Rivera y Celso Bugallo. Otro triunfo de este superdotado.