2 de febrero de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mejor película, junto a la mítica "El carnicero", que yo haya visto del infatigable y casi siempre interesante Chabrol. Aquí, el vetusto cineasta francés abandona sus retratos de descomposición burguesa para hablar de otra descomposición: la de un joven agente comercial (espléndido Magimel) que iniciará una paulatina autodestrucción, tan dulce como infalible, tras conocer en la boda de su hermana a la dama de honor del novio e iniciar con ella una relación. Chabrol mezcla el romanticismo más fou con la autodestrucción irremediable en un contexto de lo más plausible y cercano. Suavemente Magimel es atrapado en una tela de araña tan placentera y gustosa como diabólica y fatal. Magnífica de principio a fin, lúcida en la puesta en escena, equilibrada de tono y transmisora perfecta de lo que quiere. Una gran película.
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