Una pareja de músicos (Lemmon/Curtis) para huir de un grupo de gángsters que los persiguen al haber sido testigos de un ajuste de cuentas, se enrolan en una orquesta femenina...
La más reputada película de Wilder y, obviamente, una de las cumbres del cine cómico tal cual, es decir, "Con faldas y a lo loco" viene a ser una de esas alocadas películas mudas llenas de geniales sketchs solo que aquí se añaden ráfagas brutales de genialidad predicadas en palabras; y, hete aquí, que si la palabra está escrita por uno de los indiscutibles mejores escritores de películas de toda la Historia, el ya insuperable cierre de esta antológica obra maestra revierte en decir que, sí, que Wilder y esta película, que su talento y mala uva, su cinismo y sarcasmo, son perfectos.
Hilarante, divertidísima y muy elaborada, tiene el ritmo del mejor Hawks acompañado del inconfudible sello corrosivo y genial de Wilder.
Se ha hablado de parodia al cine de gángsters y más concretamente de una versión cómica de la joya "Scarface" del mencionado Hawks, cuestión que no me parece así, pues yo diría que se trata más bien de un homenaje al género, pues es tal la altura y calidad de la película que cualquier parodia no hace sino engrandecer aquello que pretendía ridiculizar si este fuera el caso.
Ofrece tal cantidad de detalles que es pura antología. Desde la propia mitificación de Marilyn como icono hipersexual ("I wanna be loved by you"), en un papel maravilloso como tontita e inocente belleza de atronadora sensualidad y exuberancia para seducir y dejarse seducir, pasando por ser la primera colaboración de Lemmon (impresionante) con Wilder, hasta llegar a ese cierre único, insuperable y letal, lleno de descarga, un cañón de frase, cumbre entre las cumbres del universo cómico del cine. ´
Jamás el travestismo fue tan divertido como aquí. Efectivamente, como bien dijo Trueba al recibir su merecido Oscar por "Belle epoque", Wilder es Dios: inmaculado, perfecto, por los siglos de los siglos, amén. El líder de las toneladas de inteligencia y talento exportadas desde la machacada Europa a la engrasada maquinaria de Hollywood y que hicieron de éste el maravilloso lugar que fue. Ya saben: Chaplin, Murnau, Siodmak, Ophüls, Aldrich, Lubitsch, Lang... O sea, lo mejor del cine americano y de su historia.

Una de las mejores películas de la Historia del Cine, un monumento.
Oscar al mejor vestuario. Y tan anchos, otra vez. Manada de miopes e interesados.