Asociamos viajar a un fenómeno social propio de nuestros tiempos, lo etiquetamos y denominamos turismo, encorsetamos parámetros que son salvajes y queremos cuantificar aquello que es cualidad innata. Conocer, experimentar, crecer y comunicarse pertenecen al ser humano, son intrínsecos a él. Desde la migración prehistórica nuestra naturaleza ha estado ligada al movimiento por sus características, viajar nos ha llevado hasta aquí, hasta hoy, viajar es el epicentro de la narración que nos ocupa, viajar es “Life”.

La vida secreta de Walter Mitty es, en clave de aventura y comedia, una oda a lo descrito con homenaje y pausa sobre la revisa Life, cuna del fotoperiodismo y que, con más de 75 años de antigüedad, cuenta con ilustraciones adheridas por siempre a la cultura popular, “marinero besando a la enfermera”. Su personaje es Walter Mitty, un cualquiera arraigado en lo analógico que ante el cierre de la sección impresa de la revista ya mencionada, atisba un cambio, pero no el que espera, el último ejemplar impreso le va a regalar un sueño, un fotograma a sus adentros.

Es obvia la diferencia entre la modalidad de viaje diseñada por una agencia de la que no lo es, ambas experiencias están aquí plasmadas. El primer y último acto circula sobre railes, esta prefijado y es previsible, todo es demasiado fácil, salta a la vista y no deja apenas nada por descubrir. La presentación de personajes es excesivamente maniquea, la comedia mal funciona y las relaciones que se establecen son simples. No comparto el macguffin que impulsa la historia ni una relación sentimental innecesaria, cuyo motivo no es más que el de remarcar aspectos ya asimilados por el espectador.

Por suerte Walter Mitty (Ben Stiller) salta, dejamos los railes y corremos campo a través, comienza la aventura y nos sumergimos en ella, queremos más. Cambia el tono y contribuye al proceso una canción, ‘Dirty’ de Of Monsters And Men, una fotografía digna de portada y de todos los merecimientos obra de Stuart Dryburgh, y una variedad escenográfica que insufla espíritu y ritmo a todo el conjunto.

Ritmo al que obviamente contribuye su director, Ben Stiller, en una dirección donde prima la transición, en referencia a la transformación y evolución presente durante todo el filme. Esto se hace patente en la propia indumentaria de Walter Mitty o en la manera de afrontar los “cambios” y “sueños”, set-pieces de una factura soberbia y que si bien no te crees por su conocida irrealidad contribuyen a engrandecer los venideros. Gran trabajo tras las cámaras y buen trabajo al frente, apoyado por un enigmático Sean Peen y un delirante Ólafur Darri Ólafsson.

La vida secreta de Walter Mitty funciona, son de mayor envergadura sus aciertos que sus errores, los cuales entran dentro de lo predecible, y sus metas están logradas tanto a nivel técnico como narrativo. Entretiene, satisface y despierta un espíritu aventurero que impulsa a imaginarse en otras tierras, ¿cuál va a ser tu destino?, yo marcho a Nueva Zelanda.

Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es

Esperaba poco de esta película. Había visto el trailer y me hice una falsa idea de lo que podía ser. Así que me la enchufé con un bol de palomitas esperando pasar un rato de pensar poco y/o echarme una medio siesta pero Oh! SORPRESA!

Quitando algún diálogo medio tontuno y la desubicación que producen las primeras secuencias resulta un film delicioso e inspirador. Buena idea, engranaje perfecto, impecable ejecución y un final brillante que dejará a los espectadores totalmente satisfechos.

Recomendaría esta película a las personas que sufren de insatisfacción, ansiedad o depresión. Yo estoy bien (al menos creo que tengo una vida plena) y, aun así, se me encendió una luz maravillosa, una luz vital que me decía:

"¿A qué esperas? El mundo es tuyo!. Cualquier cosa que desees está en tus manos. Nunca dejes de soñar y nunca pares de moverte y de disfrutar y disfrutar de todo lo que te ofrece la vida!... ¡Eh, chica, tienes el mundo entero a tus pies!"

Así que pasé el resto del día soñando y sonriendo, como si estuviera enamorada. :) Qué cosa tan dulce, Ben!

Yo no entiendo a los críticos de cine, no les ha gustado la película, a mi me ha encantado, la empecé a ver sin mucho interés y he terminado emocionado. Todo me parece maravilloso en ésta peli, el guión, la música, la fotografía, los paisajes, los actores -me he enamorado de Cheryll- . La puedes ve con tus hijos y con tus padres, no hay ni una palabrota ni hay sexo de ningún tipo, ni morbo ni es sensiblera. La recomiendo de todo corazón. Eso si, abstenerse amantes de películas tipo El león de Wall Street.

Esperábamos mucho más de "La vida secreta de Walter Mitty", y lo esperábamos porque intuíamos que un proyecto tan personal de la mano de Stiller tendría más alma, más corazón, mas sentimientos. Algo de sí mismo que plasmara en la pantalla, pero el poso que deja la película es de un trabajo perdido en su propio ensimismamiento.

Constantemente la película parece en un estado aletargado, incapaz de saber si lo que vive es cierto o solo una ilusión de lo que pudo ser. Así vemos a Stiller pasar de un estado a otro sinque el espectador sea capa de distinguir entre realidad o ficción. Las historias que crea el propio Mitty son caóticas y carecen de demasiado sentido, por lo que el público no puede identificarse con ellas. Quizás es todo algo artificial.

Tampoco mejoran los actores aquello que el guión quiere abarcar y no puede. Stiller parece que tiene suficiente con ser el director y se deja llevar or la autocomplacencia con un protagonista seco y sin variedad de registros. El hecho de no tener secuencias cómicas de las que tanto le gustan (y en las que se le ve muy cómodo) le impiden dar rienda suelta a su personalidad, y aunque entendamos que este papel no es cómico, es extraño ver cómo el bueno de Ben no se saca a sí mismo todo el jugo posible. Su pareja en la ficción, Wiig, no aparece mucho en la pantalla, pero no parece apta para este tipo de papeles. Con sus tics que parecen dar a entender que es ingenua y tímida, pero en ningún caso es un éxito del casting.

No todo es regular, y posee una magnifica fotografía y banda sonora, además de una buena factura de efectos digitales, pero se intuye que bajo su impostada apuesta por quedar bien existe una historia con mucho más sentimiento que no ha salido a la luz, ese Stiller que con "Bocados de realidad" abordaba la vida tal y como es. Le falta la naturalidad.

He de confesar que nunca me ha gustado demasiado el estilo de Ben Stiller como director, con esas comedias disparatadas y un tanto absurdas. No obstante esta película "La vida secreta de Walter Mitty" supone un punto de inflexión en su filmografía, cambiando de registro, y para bien, ya que posiblemente esta sea su mejor película como realizador hasta la fecha. Para ello, el conocido actor y director estadounidense se inspira en el célebre cuento escrito por James Thurber, publicado el 18 de marzo de 1939 para The New Yorker y que fue un enorme éxito; tal que en 1947, fue llevado al cine por Norman Z. McLeod, con una película protagonizada por Virginia Mayo, Danny Kaye y Boris Karloff.

En aquel clásico, Walter Mitty era un editor de un medio sensacionalista que tenía una madre sobreprotectora. Escapaba de esa realidad gracias a su imaginación, en la que se convertía en un héroe que vivía fantásticas aventuras, y en el que finalmente se encontraba a sí mismo, admitiendo que ser un héroe en la vida real no es tan fácil.

Ben Stiller, junto con el guionista Steve Conrad (responsable del libreto de la estupenda película "En busca de la felicidad", de Gabriele Muccino) ha sabido coger los elementos atemporales del clásico relato de Thurber para traernos una historia contemporánea; que a diferencia de la versión antigua de McLeod, este nuevo Walter Mitty es un tímido empleado que trabaja en la revista "Life", encargándose de revelar las fotografías. Debido a ello, Stiller aprovecha para rendirle un sentido homenaje a la prensa escrita, así como a la revista, con toda esa magia que albergaba, y que de alguna manera ha quedado desvirtuada por la irrupción de internet y las redes sociales.

Me ha gustado mucho la factura técnica, como los efectos especiales que están bastante logrados, concretamente en los desternillantes gags que tienen lugar en la primera parte de la película, cuando nuestro protagonista se queda en trance y sueña despierto (genial los guiños a algunas películas). Pero sobretodo, se puede afirmar que lo mejor es la utilización de la banda sonora, con una exquisita selección de temas que alcanzan su punto álgido en la maravillosa "Space Oddity" de David Bowie, y en el que es necesario señalar que es un tema que encaja muy bien en el contexto de la película, ya que Walter Mitty vive una especie de odisea en su vida, al igual que Major Tom lo vive en la letra de la canción, salvando las distancias evidentemente.

Mención especial merece la preciosa fotografía, que ensalza todos los lugares maravillosos que visita Walter, como por ejemplo esas montañas nevadas, o los planos en el que nuestro protagonista está corriendo por la carretera desierta bajo el atardecer, que me ha recordado vagamente a los propios de Tom Hanks en "Forrest Gump", de Robert Zemeckis.

En referencia al reparto, Ben Stiller construye su personaje de forma bastante correcta, al igual que Kristen Wiig, aunque están más comedidos que en otras ocasiones (valga como ejemplo "Los padres de ella" y "La Boda de mi mejor amiga", respectivamente); además destaca el rol secundario de la gran Shirley MacLaine, y Sean Penn, que le dan entereza al filme.

Por ponerle alguna pega, podría decir que Adam Scott interpreta al antagonista Ted Hendricks de una forma un tanto desangelada, pero es un mal menor que no empaña para nada esta notable película.

En definitiva, "La vida secreta de Walter Mitty" es una película muy bonita, en el que Stiller ha utilizado de manera certera el lema de la revista Life, que traducido viene a decir: "VER MUNDO, AFRONTAR PELIGROS, TRASPASAR MUROS, ACERCARSE A LOS DEMÁS, ENCONTRARSE Y SENTIR. ESE ES EL PROPÓSITO DE LA VIDA.", que le viene como anillo al dedo y, no solo es la quintaesencia de la afamada revista, sino que también lo es de la película. Sin lugar a dudas es una película que emociona, te transmite ese positivismo, las ganas de vivir y cumplir tus sueños; algo muy recomendable en estos tiempos que corren.