Zombies Party
6.8
45,405
Comedia. Terror. Romance
Una comedia romántica... con zombies. La vida de Shaun (Simon Pegg) es un callejón sin salida. Se pasa la vida en la taberna local, "The Winchester", con su íntimo amigo Ed (Nick Frost), discute con su madre y descuida a su novia, Liz (Kate Ashfield). Cuando Liz le deja plantado, Shaun decide, finalmente, poner su vida en orden: tiene que reconquistar el corazón de su novia, mejorar las relaciones con su madre y enfrentarse a las ... [+]
19 de noviembre de 2008
19 de noviembre de 2008
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
-La comedia nunca ha sido mi género favorito y siempre ha sido uno de los que menos me gustan. No me gustan las películas que pretenden hacer reír con chistes groseros y fáciles o las que se nutren de actores estúpidos y acostumbrados siempre a hacer el payaso en la mayoría de las ocasiones. Por ello es para mi un placer el poder ver una comedia bien diferente a las del resto, sin chistes fáciles ni groseros, con un humor tremendamente inteligente y con gran cantidad de gags visuales, que saca su mejor gracia del absurdo. Nunca había oido hablar del humor británico pero desde luego tras ver este filme y 'Arma fatal' acaban de ganarse un nuevo fan. Para todos aquellos que ya estén hartos de las mismas comedias sin gracia, con malos actores, llenas de groserías y por supuesto las parodias que han ido saliendo, les recomiendo que vean esta. Hablando del film, la película no pierde el ritmo prácticamente durante todo el metraje. Su montaje es frenético y no da respiro al espectador. Mencionar además su original argumento, una perfecta combinación de comedia y terror, con mucha violencia y con el inconfundible sello gore de los zombies.
En lo referente a las actuaciones, Simon Pegg hace una buena interpretación y sin duda alguna debería ser proclamado como el cómico de la década. Su interpretación es divertidísima y sin duda alguna podría ser una de las mejores que han hecho para ua comedia. Pegg se ve bien acompañado por Nick Frost, en un personaje entrañable y con un final desternillante e inesperado, además de mantener una perfecta química con su compañero. En lo referente a los apartados técnicos, el maquillaje de los zombies es bueno y la fotografía también, aunque es demasiado agresiva para una comedia. Mención aparte merece su estupendo guión, que combina perfectamente comedia, terror y gore a partes iguales.
En resumen, una película que es en todo momento entretenida, con algunos momentos desternillantes y de carcajada (spoiler) y un montón de humor negro 100% británico que saciará las expectativas de todo amante a la comedia y que no esté satisfecho con lo que se produce hoy en día.
·LO MEJOR: el guión. Simon Pegg y Nick Frost. La última escena. Algunos momentos para el recuerdo.
·LO PEOR: muchos no sabrán entender su humor. El final es demasiado melodramático.
En lo referente a las actuaciones, Simon Pegg hace una buena interpretación y sin duda alguna debería ser proclamado como el cómico de la década. Su interpretación es divertidísima y sin duda alguna podría ser una de las mejores que han hecho para ua comedia. Pegg se ve bien acompañado por Nick Frost, en un personaje entrañable y con un final desternillante e inesperado, además de mantener una perfecta química con su compañero. En lo referente a los apartados técnicos, el maquillaje de los zombies es bueno y la fotografía también, aunque es demasiado agresiva para una comedia. Mención aparte merece su estupendo guión, que combina perfectamente comedia, terror y gore a partes iguales.
En resumen, una película que es en todo momento entretenida, con algunos momentos desternillantes y de carcajada (spoiler) y un montón de humor negro 100% británico que saciará las expectativas de todo amante a la comedia y que no esté satisfecho con lo que se produce hoy en día.
·LO MEJOR: el guión. Simon Pegg y Nick Frost. La última escena. Algunos momentos para el recuerdo.
·LO PEOR: muchos no sabrán entender su humor. El final es demasiado melodramático.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Inolvidable ya la parte en la que Shaun y Ed planean la forma de rescatar a su madre, a su novia y a sus amigos para ir al pub y su anterior enfrentamiento con los zombies lanzándoles discos de música y partiéndole a uno un cenicero en la cabeza.
25 de mayo de 2010
25 de mayo de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que nos choca a la hora de visionar esta pélícula es el estúpido título español. Los traductores se empeñan en hacer los títulos más comerciales para que el público los entienda y lo que consiguen en la mayoría de los casos es provocar vergüenza ajena. Cuánto mejor hubiera quedado "Shaun de los muertos"...¿pero qué soplapollez es esa de "Zombies Party"? Suena a película hardcore...
Olvidándonos del título, estamos ante otra parodia más de las películas de zombies que pululan por las carteleras. Tiene los elementos de cualquiera de estos filmes mezclados con una historia romántica un tanto atípica y, lo mejor de todo, sazonado con ese irónico humor "british" del que hace gala Simon Pegg y del que se impregna todo el metraje.
Con algunos momentos brillantes (por obra y gracia de Queen), el resto de la cinta entretiene sin más, resultando hilarante y convencional pero efectiva. Eso sí, los zombies de Wright son los más sosos que he visto hasta ahora de todas las producciones de este género.
Para pasar un rato divertido sin mayores pretensiones.
Olvidándonos del título, estamos ante otra parodia más de las películas de zombies que pululan por las carteleras. Tiene los elementos de cualquiera de estos filmes mezclados con una historia romántica un tanto atípica y, lo mejor de todo, sazonado con ese irónico humor "british" del que hace gala Simon Pegg y del que se impregna todo el metraje.
Con algunos momentos brillantes (por obra y gracia de Queen), el resto de la cinta entretiene sin más, resultando hilarante y convencional pero efectiva. Eso sí, los zombies de Wright son los más sosos que he visto hasta ahora de todas las producciones de este género.
Para pasar un rato divertido sin mayores pretensiones.
21 de septiembre de 2013
21 de septiembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas películas nos traen recuerdos personales sobre esa gestación que comprende desde el antes hasta el propio visionado de la obra, pero simplemente algunas son más especiales que otras por el propio y buen destino o la buena compañía. “Zombies party” llegó a mi vida (y a la de otros) gracias al medio viral (y universal) por aquel entonces llamado correo electrónico, como un enlace a un trailer y un puñado de expectativas para generar un apetito que, por regla general, el resultado no llegaba a saciar ni en una cuarta parte. ¿Cuántas veces hemos visto avances que se quedaban en simples y meras proposiciones sin contar con la moda del falso trailer consumada con “Machete”? Tantos ejemplos como decepciones en una inabarcable lista: “Ovejas asesinas”, “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”, “El Ataque del Pene Mutante del Espacio” y un interminable etcétera. Pero la película de Edgar Wright generó la suficiente y voraz ansía para que un grupo de amigos pasáramos de beber cerveza en nuestro Winchester particular y acabáramos en una sesión golfa en los Kinépolis de Madrid, uno de los pocos cines que se dignaron a proyectarla en su invisible estreno en salas españolas allá por finales de octubre en 2004. Esta vez el trailer se consumó en una película de culto y primer lametón de la audiencia a ese ‘cornetto’ que abría una trilogía (para la gran pantalla) que no finalizaría hasta casi una década después.
El sabor del helado fue a sanguinolenta y refrescante fresca y sigue dejando un regusto a cada nuevo visionado. Un nuevo clásico del cine zombie nació el mismo año que Milla Jovovich decepcionaba al mundo de las adaptaciones de videojuegos y lo hizo caricaturizando el subgénero desde el elaborado homenaje y la amplificada referencia, confirmando aquello que muchos ya habíamos divisado las geniales e inolvidables “Braindead” de Peter Jackson o “Posesión infernal” Sam Raimi a principios de los noventa: el gore puede ser la nueva carne del slapstick y el humor oscuro más fornido y socarrón. No obstante, Edgar Wright empapaba su obra del inmovilismo que recorría la espina dorsal de su protagonista y su reactivación sobre mínimos comunes denominadores dramáticos como la amistad o salvar a la chica para reactivar aquello que aparentemente estaba muerto, bajo esa constante plasmada metafóricamente, en el ya legendario Winchester. ¿No se han sentido muchas veces como los protagonistas de “Zombies party”? ¿Atrapados cada semana en el mismo sitio comportándose como autómatas y muertos vivientes? Y es que bajo la epidermis putrefacta del filme habita un contexto neta y claramente romeriano ya revelado en “Dawn of the Dead”: los zombies y, por extensión los seres humanos, somos animales de costumbres y rutinas. En esta ocasión la constante y el eterno martirio se convierten en la salvación bajo mandatos egoístas e incluso nihilistas en preguntas de indudable valor friki: ¿A quién le importa que el mundo se vaya a la mierda si no consigo recuperar a mi chica? ¿Acaso no son los descerebrados muertos vivientes la mejor y más fiable mano de obra? ¡Lo ves, no hace falta tener actividad cerebral ni riego sanguíneo para jugar a los videojuegos!
Desde la comedia romántica hasta el camuflaje zombie, Shaun revelaba que el humor inglés al servicio de una feroz y tambaleante comedia que pudiera, aparentemente, perder enteros en su recta final para lanzarse violentamente a nuestro cuello y volver a la vida. Como una horda de comedia siempre sorprendente, “Zombies party” nos habla de callejones sin salida y el filme se contagia víricamente de una alegoría sobre el inmovilismo suplantada en el desintegrado y pútrido cuerpo del cine de zombies, nutrido de una hábil y anti-coagulada comedia muchas veces visual. No importa el arma sino el objetivo y la parodia parece el fin que justifica sus caricaturescos medios. Es momento de levantarse del sillón y comenzar a avanzar, parecía gritar detrás de la pantalla Edgar Wright a millones de frikis que, como Tarantino, sacralizaron la película. Y es que en resumidas cuentas, ¿qué se puede decir de una película que gustó hasta el mismísimo George A. Romero y provocó un zombieficado cameo de Pegg y Frost en “La tierra de los muertos vivientes”?
El sabor del helado fue a sanguinolenta y refrescante fresca y sigue dejando un regusto a cada nuevo visionado. Un nuevo clásico del cine zombie nació el mismo año que Milla Jovovich decepcionaba al mundo de las adaptaciones de videojuegos y lo hizo caricaturizando el subgénero desde el elaborado homenaje y la amplificada referencia, confirmando aquello que muchos ya habíamos divisado las geniales e inolvidables “Braindead” de Peter Jackson o “Posesión infernal” Sam Raimi a principios de los noventa: el gore puede ser la nueva carne del slapstick y el humor oscuro más fornido y socarrón. No obstante, Edgar Wright empapaba su obra del inmovilismo que recorría la espina dorsal de su protagonista y su reactivación sobre mínimos comunes denominadores dramáticos como la amistad o salvar a la chica para reactivar aquello que aparentemente estaba muerto, bajo esa constante plasmada metafóricamente, en el ya legendario Winchester. ¿No se han sentido muchas veces como los protagonistas de “Zombies party”? ¿Atrapados cada semana en el mismo sitio comportándose como autómatas y muertos vivientes? Y es que bajo la epidermis putrefacta del filme habita un contexto neta y claramente romeriano ya revelado en “Dawn of the Dead”: los zombies y, por extensión los seres humanos, somos animales de costumbres y rutinas. En esta ocasión la constante y el eterno martirio se convierten en la salvación bajo mandatos egoístas e incluso nihilistas en preguntas de indudable valor friki: ¿A quién le importa que el mundo se vaya a la mierda si no consigo recuperar a mi chica? ¿Acaso no son los descerebrados muertos vivientes la mejor y más fiable mano de obra? ¡Lo ves, no hace falta tener actividad cerebral ni riego sanguíneo para jugar a los videojuegos!
Desde la comedia romántica hasta el camuflaje zombie, Shaun revelaba que el humor inglés al servicio de una feroz y tambaleante comedia que pudiera, aparentemente, perder enteros en su recta final para lanzarse violentamente a nuestro cuello y volver a la vida. Como una horda de comedia siempre sorprendente, “Zombies party” nos habla de callejones sin salida y el filme se contagia víricamente de una alegoría sobre el inmovilismo suplantada en el desintegrado y pútrido cuerpo del cine de zombies, nutrido de una hábil y anti-coagulada comedia muchas veces visual. No importa el arma sino el objetivo y la parodia parece el fin que justifica sus caricaturescos medios. Es momento de levantarse del sillón y comenzar a avanzar, parecía gritar detrás de la pantalla Edgar Wright a millones de frikis que, como Tarantino, sacralizaron la película. Y es que en resumidas cuentas, ¿qué se puede decir de una película que gustó hasta el mismísimo George A. Romero y provocó un zombieficado cameo de Pegg y Frost en “La tierra de los muertos vivientes”?
14 de octubre de 2017
14 de octubre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Saun of the Dead es una de las mejores comedias que he visto, ¿por qué? Tres razones.
Porque es la mejor sátira que se ha hecho sobre el género de zombis, llevando la crítica social a su máxima expresión.
Porque la comedia funciona incluso sin el elemento sobrenatural, gracias a la dinámica entre los personajes tan bien desarrollados como interpretados, mención especial a Simon Pegg y Nick Frost.
Porque la dirección de Edgar Wright enlaza todos los elementos de la historia para que puedas disfrutar de manera dinámica una experiencia única, divertida y reflexiva.
Porque es la mejor sátira que se ha hecho sobre el género de zombis, llevando la crítica social a su máxima expresión.
Porque la comedia funciona incluso sin el elemento sobrenatural, gracias a la dinámica entre los personajes tan bien desarrollados como interpretados, mención especial a Simon Pegg y Nick Frost.
Porque la dirección de Edgar Wright enlaza todos los elementos de la historia para que puedas disfrutar de manera dinámica una experiencia única, divertida y reflexiva.
18 de septiembre de 2024
18 de septiembre de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La descubrí en 2007. Por aquel entonces mi hermano y yo éramos unos auténticos yonquis, aprovechábamos cada vez que teníamos vacaciones del instituto para darnos unos maratones cinéfilos de aúpa. Aunque compartíamos gustos en cuanto a géneros, cada uno tenía sus predilecciones: yo soy más de ciencia ficción y fantasía y cine clásico y él es (o eran, ya no sé muy bien que cine la gusta) más de comedias gansas de Adam Sandler y compañía y de terror, y dentro del terror su debilidad son (o eran, insisto) las películas de zombies, de apocalipsis zombie. Y ambos oímos hablar de esta "Shaun of the Dead", titulada en España con el GENIAL título de "Zombies Party (una noche... de muerte)", al propio director de la cinta, Edgar Wright, le ENCANTA que la titulásemos así. Conseguimos, después de mucho trabajo intentando localizarla, hacernos con una copia de la peli y desde entonces Simon Pegg y Nick Frost se quedaron para siempre con nosotros (más conmigo, en realidad), son imprescindibles para mí. Su trilogía del Cornetto es ya de culto, vaya que sí, aunque el cierre de la misma, "The World's End" (2013), palidece en comparación con las dos primeras, está "Shaun of the Dead" y "Hot Fuzz" (2007), de la que lo mismo, más adelante os dejo reseña.
¿Y qué os puedo decir yo de esta pequeña obra maestra? Nada, porque es mejor descubrirla lo más en limpio posible, es de ese tipo de cintas que, cuanto menos sepas antes de verla, mejor que mejor.
Pero sí que quiero destacar un par de aspectos:
1) Reparto: Gracias a este film conocí al GENIAL dúo cómico que son Simon Pegg y Nick Frost. La pena es que parece que se han distanciado un poco, sobre todo porque la popularidad de Simon Pegg es mayor que la de Nick Frost. Pegg ha participado en solitario en cintas de mayor reconocimiento que Frost, una lástima, pues ambos tiene sobrado talento para la comedia y cualquier género que se propongan. Pero Pegg se prodiga más que Frost, eso si es cierto, Frost es más como su personaje en esta cinta: un pasota total, se nota, vaya. Del resto del reparto destacar a Kate Ashfield, que aquí entrega una buena interpretación pero después de esta peli le he perdido la pista; a Penelope Wilton, que interpreta a la madre de Simon Pegg, y que después ha trabajado en otras cintas bien interesantes como "The Best Exotic Marigold Hotel" (2011); al GRAN Bill Nighy interpretando al padrastro de Shaun; y en papeles pequeñitos tenemos a Rafe Spall y Martin Freeman, quienes también participan tanto en "Hot Fuzz" como en "The World's End". No solo ellos, varios secundarios de esta regresaron para las dos últimas partes de la Trilogía del Cornetto, como Patricia Franklin, la mujer que aparece en el pub Winchester y que Ed (Nick Frost) dice que es una ninfómana ex-actriz porno.
2) Es el debut cinematográfico de un muy interesante cineasta: Edgar Wright. Firmó el guion junto a Simon Pegg. Wright es uno de las cineastas más interesantes del actual panorama cinematográfico, todo lo que suele entregar tiene su peculiar e interesantísimo toque personal. Os recomiendo que repaséis su filmografía.
3) Banda sonora: El score está compuesto por Pete Woodhead y Dan Mudford, y es interesante, sí, evoca a las bandas sonoras de John Carpenter, pero lo mejor son la lista de temazos que suenan: "Don't Stop Me Now" y "You're My Best Friend" de Queen, "Ghost Town" de The Specials o "Panic" de The Smiths, además de todos los artistas de los que Shaun tiene una brutal colección en vinilo, algunos de los cuales algunos acaban destrozados en una cómica escena. Uno de ellos es el álbum debut de Dire Straits y Wright, para disculparse por destrozar el vinilo, incluyo al grupo de Mark Knopfler en una GENIAL escena en "Hot Fuzz". ¡Ah! Que me olvido: BRUTAL el momentazo en el que suena "If You Leave Me Now" de Chicago.
4) Fotografía: Un buen trabajo el que entregó el señor David M. Dunlap, muy nítido y limpio.
5) Referencias: La peli está cargada de no pocas referencias a la cultura popular, especialmente al cine de George A. Romero, entre otros. Hay una referencia a un videojuego retro que usan en las tres partes de la Trilogía del Cornetto, el juego es "Zombies Ate My Neighbors" y la coña es que tener que saltar de un patio trasero a otro saltando las vallas con penosos resultados, se repite en las tres partes de la trilogía y es un arte.
6) Armas: Está claro que para enfrentarse a los zombies hay que armarse, primero Shaun con un bate de críquet y Ed con una pala, pero cuando llegan al Winchester, terminan usando el rifle que da nombre al pub, un Winchester 1866 "Yellow Boy". ¡Ah! Y ya lo comenté en mi crítica a "Alien vs. Predator" (2004): no es una peli de acción de los primeros 2000 si no aparece un H&K G36C y aquí, obviamente, hace su aparición, empuñada por unos soldados.
Coche a destacar: el Jaguar Sovereign V12 del '86, perteneciente al padrastro de Shaun, un muy bonito y británico vehículo.
Curiosidad: Salió al mercado una versión en formato cómic de la cinta, del cual yo tengo una copia que guardo como oro en paño, además de unas chulísimas figuras de Shaun y Ed.
A mí me pone un poquillo triste ver esta peli porque mi hermano y yo hubo un tiempo en que fuimos como Shaun y Ed, uña y carne, prácticamente inseparables, pero, desde que conoció a la mujer con la que se casó, la cosa, desgraciadamente, ha cambiado muchísimo, está hecho un zombie, no tiene voluntad propia.
Bueno, ¿A qué esperáis para disfrutar por primera vez o redescubrir por enésima vez la GENIAL "Zombies Party"? ¡Corriendo a verla!
Por cierto: ¡Los perros no pueden mirar hacia arriba!
¿Y qué os puedo decir yo de esta pequeña obra maestra? Nada, porque es mejor descubrirla lo más en limpio posible, es de ese tipo de cintas que, cuanto menos sepas antes de verla, mejor que mejor.
Pero sí que quiero destacar un par de aspectos:
1) Reparto: Gracias a este film conocí al GENIAL dúo cómico que son Simon Pegg y Nick Frost. La pena es que parece que se han distanciado un poco, sobre todo porque la popularidad de Simon Pegg es mayor que la de Nick Frost. Pegg ha participado en solitario en cintas de mayor reconocimiento que Frost, una lástima, pues ambos tiene sobrado talento para la comedia y cualquier género que se propongan. Pero Pegg se prodiga más que Frost, eso si es cierto, Frost es más como su personaje en esta cinta: un pasota total, se nota, vaya. Del resto del reparto destacar a Kate Ashfield, que aquí entrega una buena interpretación pero después de esta peli le he perdido la pista; a Penelope Wilton, que interpreta a la madre de Simon Pegg, y que después ha trabajado en otras cintas bien interesantes como "The Best Exotic Marigold Hotel" (2011); al GRAN Bill Nighy interpretando al padrastro de Shaun; y en papeles pequeñitos tenemos a Rafe Spall y Martin Freeman, quienes también participan tanto en "Hot Fuzz" como en "The World's End". No solo ellos, varios secundarios de esta regresaron para las dos últimas partes de la Trilogía del Cornetto, como Patricia Franklin, la mujer que aparece en el pub Winchester y que Ed (Nick Frost) dice que es una ninfómana ex-actriz porno.
2) Es el debut cinematográfico de un muy interesante cineasta: Edgar Wright. Firmó el guion junto a Simon Pegg. Wright es uno de las cineastas más interesantes del actual panorama cinematográfico, todo lo que suele entregar tiene su peculiar e interesantísimo toque personal. Os recomiendo que repaséis su filmografía.
3) Banda sonora: El score está compuesto por Pete Woodhead y Dan Mudford, y es interesante, sí, evoca a las bandas sonoras de John Carpenter, pero lo mejor son la lista de temazos que suenan: "Don't Stop Me Now" y "You're My Best Friend" de Queen, "Ghost Town" de The Specials o "Panic" de The Smiths, además de todos los artistas de los que Shaun tiene una brutal colección en vinilo, algunos de los cuales algunos acaban destrozados en una cómica escena. Uno de ellos es el álbum debut de Dire Straits y Wright, para disculparse por destrozar el vinilo, incluyo al grupo de Mark Knopfler en una GENIAL escena en "Hot Fuzz". ¡Ah! Que me olvido: BRUTAL el momentazo en el que suena "If You Leave Me Now" de Chicago.
4) Fotografía: Un buen trabajo el que entregó el señor David M. Dunlap, muy nítido y limpio.
5) Referencias: La peli está cargada de no pocas referencias a la cultura popular, especialmente al cine de George A. Romero, entre otros. Hay una referencia a un videojuego retro que usan en las tres partes de la Trilogía del Cornetto, el juego es "Zombies Ate My Neighbors" y la coña es que tener que saltar de un patio trasero a otro saltando las vallas con penosos resultados, se repite en las tres partes de la trilogía y es un arte.
6) Armas: Está claro que para enfrentarse a los zombies hay que armarse, primero Shaun con un bate de críquet y Ed con una pala, pero cuando llegan al Winchester, terminan usando el rifle que da nombre al pub, un Winchester 1866 "Yellow Boy". ¡Ah! Y ya lo comenté en mi crítica a "Alien vs. Predator" (2004): no es una peli de acción de los primeros 2000 si no aparece un H&K G36C y aquí, obviamente, hace su aparición, empuñada por unos soldados.
Coche a destacar: el Jaguar Sovereign V12 del '86, perteneciente al padrastro de Shaun, un muy bonito y británico vehículo.
Curiosidad: Salió al mercado una versión en formato cómic de la cinta, del cual yo tengo una copia que guardo como oro en paño, además de unas chulísimas figuras de Shaun y Ed.
A mí me pone un poquillo triste ver esta peli porque mi hermano y yo hubo un tiempo en que fuimos como Shaun y Ed, uña y carne, prácticamente inseparables, pero, desde que conoció a la mujer con la que se casó, la cosa, desgraciadamente, ha cambiado muchísimo, está hecho un zombie, no tiene voluntad propia.
Bueno, ¿A qué esperáis para disfrutar por primera vez o redescubrir por enésima vez la GENIAL "Zombies Party"? ¡Corriendo a verla!
Por cierto: ¡Los perros no pueden mirar hacia arriba!
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