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La posada maldita

Thriller. Drama Última película británica de Hitchcock, antes de su etapa norteamericana. A principios del siglo XIX, Mary Yellan, una joven irlandesa huérfana, viaja a Cornualles (Inglaterra) para vivir con su tía. Ésta y su marido regentan la posada "Jamaica" . Muy pronto, Mary se da cuenta de que ha entrado en una cueva de criminales que se dedican a provocar naufragios con el fin de saquear los barcos. (FILMAFFINITY)
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8
6 de mayo de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unos contrabandistas se dedican a asesinar náufragos, cuyos barcos se encargan de hacer zozobrar frente a su costa.
Pero siempre falta una parte del botín cosechado y comienzan a desconfiar unos de otros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hitchcock se lució en este largometraje más que en ninguno, la razón ha sido el personaje del mayordomo de Pengayan. Por primera vez veo a Maureen O`Hara de mala y a la vez de buena, salvando la vida de un malhechor, que en realidad no era tal y rechazándolo cuando descubre que en realidad es un teniente que pretende ajusticiar a su familia.
Quizá lo más interesante del film sea que sin la intervención del personaje de Maureen, ni sus tíos ni el señor de Pengayan hubiesen muerto, puesto que hubiesen seguido robando a los náufragos.
O quizás la marina, alerta por la falta del teniente, hubiese descubierto antes los naufragios.
7
31 de octubre de 2022 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menuda joyita del cine-Hitchcock acabo de ver en TV. Una obra que fue la última peli británica de Hitchcock, antes de largarse con sus maletas y su talento a Norteamérica.

En la cinta, situada en el siglo XIX, Mary Yellan, una joven irlandesa huérfana, viaja a Inglaterra para vivir junto a su tía. Lo que resulta es que esta y su esposo regentan la posada "Jamaica", una cueva de piratas y asesinos que se dedican a provocar naufragios para saquear los barcos y asesinar impunemente a sus tripulantes para no dejar testigos.

Genial dirección de Hitchcock con un excelente guion de Sidney Gilliat y Joan Harrison, que adaptan la novela de título homónimo de la célebre escritora británica (autora también de Rebeca), Daphne Du Maurier, a quien Hitch admiraba.

Si la música Eric Fenby es meritoria, no lo es menos la fotografía de Harry Stradling Sr. y Bernard Knowles (B&W), que parecen dibujar en cada fotograma un cuadro propio del romanticismo más clásico.

El elenco es sensacional, destacando un imponente y bien caracterizado Charles Laughton en el rol de jefe de los sicarios, pero todo un señor en apariencia. Bella y expresiva Maureen O’Hara y un reparto antológico con artistas como Frederick Piper, Horace Hodges, Hay Petrie o Leslie Banks.

Mezcla de aventura y suspense que no defrauda, la fuerza del filme está en Laughton y más ingeniosamente en una Maureen O'hara bonita y eficiente; destaca igualmente Leslie Banks como posadera y mujer del jefe pirata. O sea, suspense fino con tintes siniestros, rocosa solidez y un trabajo excelente de los actores

“Hitchcock logra introducir su visión del mundo a través tanto de la mujer intrépida, como del perfecto, cómico a veces y siempre terrible villano Charles Laughton” (D’Esposito).

Además, al no haber sido muy visionada, yo la recomiendo como una interesante “rara avis” salida del ingenio de Hitchcock.
6
5 de enero de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película de Alfred Hitcochck de su etapa inglesa, antes de dar el salto a Hollywood con “Rebeca” (1940).
La película no es una de las grandes del maestro, dada su extensa filmografía, plagada de obras maestras, aunque como siempre, hay elementos destacados y a tener en cuenta. No es, por ende, de las más conocidas, más bien todo lo contrario, por lo tanto, película a descubrir.
La trama se remonta al siglo XIX, cuando una banda de maleantes, a través de engaños, hacen naufragar a los barcos que llegan a la inhóspita costa de Cornualles, para robarles, saquearles y cometer todo tipo de fechorías.

Lo primero que destaca es la presencia de Charles Laughton, Su personaje es un aristócrata repelente y falto de escrúpulos, con una pretendida falsa superioridad moral. Su interpretación es jocosa y un tanto exacerbada, en un pretendido equilibrio (no siempre logrado) entre el exceso y la locura. Supongo que él debió de verlo así, aunque el resultado tiende más hacia el exceso que hacia otra cosa. Cuestión de gustos, para mí, solo por verlo, ya merecería la pena esta película, maquillaje y cejas incliuídas.

Parece ser que Laughton tenía bastante empeño en sacar adelante este proyecto, pues estuvo metido también en labores de producción, y la relación con Hitchcock no fue muy buena pues quería quería tener demasiado mando, haciendo y deshaciendo modificaciones a su antojo, algo a lo que el orondo director no le hacía mucha gracia. Con todo, funcionó bien en taquilla. Creo que Hitcochck aceptó, a pesar de todo, por trabajar con (o más bien para) Laughton, pues por entonces ya era un actor muy importante, poseedor del Oscar en 1934 por “La vida privada de Enrique VIII, y había montado su productora.

La película es una adaptación de la novela homónima de Daphne du Marier, que al parecer sufrió importantes cambios. Se dice que mientras rodaba, Hitcochck leía otra novela de la autora, “Rebeca”, y tenía empeño por adaptarla. Precisamente sería su próxima película, ya de la mano de David Selznick en tierras norteamericanas.


Destaca en la película la recreación de las mortíferas costas de Cornualles, con un mar enfurecido, dentro de un ambiente sórdido y la sensación de soledad del lugar, caldo de cultivo perfecto para la pillería y el sabotaje de los maleantes que protagonizan el film. La fotografía sabe sacar partido a los paisajes y los interiores, en un espléndido blanco y negro que por momentos (escasos, eso sí) recrea el film noir. El vestuario es también adecuado, con personajes bien caracterizados. La parte técnica, por tanto, funciona bastante bien.

El comienzo es dinámico, con ritmo, como suele ser habitual en el cine de Hitchcntock, pero es cierto que se echa en falta saber algo más de los antecedentes del personaje de Maureen O´hara (Mary). Aparece después de un largo viaje para hospedarse en casa de sus tíos, pero apenas sabemos nada más, salvo que su madre murió.

La película se sigue bastante bien, su duración es la adecuada (nada que ver con la media hora que suelen sobrarle a la mayoría de películas de esta década de 2020), y la presencia de Maureen O´hara, con 19 años aquí, y siendo su primera peli importante, ya es un aliciente. Su interpretación es simplemente correcta, no para echar cohetes, pero la luminosidad de su rostro es altamente atrayente, como ya sabía Laughton que volvió a reclutarla para “El jorobado de Notre Dame” (1939).

Poco después trabajaría con otro coloso del cine como es John Ford, en una de mis películas favoritas, “¡Qué verde era mi valle!” (1941). Esto no es por enrollarme, sino simplemente por plasmar la importancia de “La posada de Jamaica” en su carrera, y de cómo esta película pudo influir positivamente en ella a pesar de no ser una cinta bien valorada. También para Hitcochck funcionó como trampolín.



En su momento, parte de la crítica se cebó con esta cinta, tachándola de poco menos que una de las peores del año. En su contra, la banda de piratas no acaba de ser tan tenebrosa como lo son sus actos, y no se acaba de conectar con los protagonistas, quizá eclipsados por la magnificencia del omnipresente Laughton.

Hay algo en la trama que no acaba de engancharme. Es cierto que no acaban de encajar todas las piezas, y que globalmente no satisface del todo, pero no me ha parecido tan exageradamente fallida. Se ve bastante bien, y el final es de lo más sorpresivo, de los que se quedan grabados.
Revisando la filmografía de Hitch, esta peli supone un punto de inflexión en su carrera, de ahí que no debe menospreciarse, aun quedando lejos de sus mejores obras.

Recomiendo verla en versión original, porque la versión doblada no me parece demasiado buena, y el sonido original es espectacular. Me encanta cuando Laughton llama a su mayordomo Chadwick (Horace Hodges), con una potencia de voz apabullante, dentro se su redundante interpretación.

Lo mejor: Charles Laughton y su exacerbada interpretación, incluyendo el final. La aparición de Maureen O´hara y su bellísimo rostro

Lo peor: La banda de maleantes no me acaba de funcionar y se desvela demasiado pronto la confabulación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al revelarse tan pronto el modus operandi y el autor intelectual de todos los sabotajes, junto con las fechorías, incluyendo asesinatos (poca broma), creo que es un fallo que perjudica gravemente la trama.
Además, el teniente de la Marina Real (que hace las veces de policía secreto infiltrado), el actor Robert Newton, también se revela demasiado pronto. Éste resulta poco carismático y poco empático, par mi gusto. A Newton se le recuerda sobre todo por su interpretación de Long John Silver, el pirata de la pata de palo de “La isla del tesoro” (Treasure Island), de B. Haskin (1950). Newton murió bastante joven, apenas 50 años, con problemas de alcohol.


He detectado un fallo de racord en el minuto 96. Laughton mata a Patience, momento en el que aparece con el arma en la mano. Cambia el plano y aparece Mary (O´hara), mientras él dice que tuvo que matarla porque iba a delatarle. En el siguiente plano, Laughton aparece sin arma ni rastro de ella. Llamativo.


El juez de paz que encarna Laughton, la autoridad incontestable según el, llega a ser tan megalómano que incluye la presencia de un caballo dentro de una de las habitaciones de su lujosa vivienda. También llamativo.
6
3 de octubre de 2013 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Posada Jamaica está un tanto apolillada, la verdad, los años no le han sentado muy bien y su estilo resulta caduco en comparación con otras posadas actuales y no tan actuales.
Pero aun así, mantiene su interés y su dignidad, no se cae a pedazos. Eso sí, cuando uno reserva cita aquí, debe saber qué es a lo que se atiene.
Uno no debe pensar que la película es de Hitchcock y si lo piensa, no debe pensar que en esta posada hay ventanas indiscretas, ni que va a sentir psicosis ni tan siquiera vértigo ya que no va a ver pájaros ni hay crímenes perfectos ni trenes con extraños.
Hechas esas salvedades, la película como digo es digna y se puede disfrutar, la trama está bien y la ambientación lograda. Charles Laughton sobreactúa con ese maquillaje caricaturesco, pero es lo que le piden con el personaje, con lo que no hay queja.
Recomendable para completistas de Hitchcock y para quien quiera pasar un rato entretenido yendo sobre aviso.
6
15 de abril de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
La última película de su etapa británica. Interesante, como todas las suyas, pero lejos de las obras de arte, con auténticas mayúsculas que dirigiría después.
Charles Laughton hubiera sido capaz de dar vida a un muerto, es evidente que se ha formado en el teatro, con esa pausa tan suya, y en un papel difícil, muy complicado. Maureen O´Hara es más limitada, al menos en estas primeras películas, muy estereotipada, con esa mirada rara como si tuviese miedo, recogiendo el cuerpo.
La trama esta desarrollada de manera armónica y avanza con lógica y suavemente. Quizá la música, que en las obras mayores de Hitchcock es un personaje en sí mismo no está a la altura en esta cinta.
En general se deja ver, aunque no es su mejor obra.
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