Balas sobre Broadway

Un joven dramaturgo (John Cusack) frustrado porque nunca ha sentido que sus obras sean correctamente dirigidas en Broadway pide a su productor por fin dirigir la que considera su gran obra maestra y que acaba de escribir. Dado sus limitados recursos acepta la financiación de la obra teatral que le ofrece un mafioso a cambio de otorgar un papel a su mediocre "chica" (Jennifer Tilly). Nadie podrá imaginar la influencia que en la trama ejercerá el brutal guardaespaldas (Chazz Palmintieri) de la torpe novia del mafioso.

Woody Allen logra dar una lección a muchos guionistas que se apuntan alegremente a dirigir. Quería destacar eso lo primero aunque lo realmente importante del film es lo desternillante, inteligente y ameno que resulta. Estamos ante uno de los mejores trabajos de Allen. Brillante guíon que a traves del humor negro nos muestra a un nuevo "Salieri" frustrado ante la incomprensible genialidad que alberga quien menos puedes esperar.

Uno de los mejores papeles que ha realizado Chazz Palmintieri, con un personaje que va descubriendose a si mismo, poco a poco hasta el punto de sacrificarlo todo para mayor gloria del arte, la sensibilidad y el genio. Y bajo un humor acojonante. Finísima, irónica, compleja, ambigua, en fin, Allen en su máximo esplendor.

- "Dígamos que arde un edificio y sólo puedes salvar una cosa: un último ejemplar de Shakespeare, o un ser humano anónimo. ¿Qué harías?"

Woody Allen conduce el interesante dilema moral con la elegancia que acostumbra en sus mejores obras: descargándolo de densidad trágica y disipándolo en una exquisita comedia, en este caso ambientada en el glamuroso Broadway de los años 30'. El jazz y el sonido de esas balas sobre la ciudad sumergen en el lujo de los salones de ocio y en los oscuros callejones transitados por el hampa, en una muy divertida película en la que los personajes-cliché del momento (la trágica diva teatral, el mafioso italo-americano sin escrúpulos) determinarán el futuro del protagonista.

Un artista debe crear su propio universo moral. Este es el concepto clave de la trama y el criterio que discrimina al artista del impostor. El saber adecuarse a esta máxima será el problema del fracasado David Shayne, escritor de teatro con un gran proyecto entre manos pero que, por culpa de su débil capacidad para la dirección y su cuestionable talento artístico, se verá continuamente cuestionado por todo aquel que se acerca a su obra. El papel de Shayne, que podría haber sido interpretado por el propio Allen de haber tenido este algunos años menos, lo lleva a cabo un John Cusack siempre solvente al dar vida a a personajes sobrepasados por situaciones excéntricas ('Medianoche en el jardín del bien y el mal', 'Cómo ser John Malkovich').

Las inestables vicisitudes de la obra de teatro, financiada por un mafioso (Joe Viterelli) cuyo propósito es hacer triunfar a su novia como actriz en ella (una magníficamente irritante Jennifer Tilly), cambiarán la vida del escritor, tanto a nivel personal como profesional. En este último sentido, es el sicario Cheech (Chazz Palminteri) el que, desprovisto de esa moral gris y aburrida que impregna los textos de Shayne, "elige el último ejemplar de Shakespeare" en un momento determinado, creando una verdadera crisis existencial en el escritor de la obra y, aunque sea cruel, un gozo para el espectador.

Balas sobre Broadway.

Cargada del humor más típico de Woody Allen, la película se afana en definir el talento para las artes como una cualidad puramente innata, y refleja el poder del cine al unir dos mundos tan opuestos como pueden ser la mafia y el teatro. "Balas sobre Broadway" nos muestra como un simple matón es capaz de lograr el mayor de los éxitos en Broadway, casi sin planearlo, dejando (posiblemente de forma intencionada) a la industria teatral norteamericana rebajada a un mundo donde cualquiera es capaz de crear algo interesante.

La carga humorísca estriba justamente ahí, en contemplar la inversión de papeles que supone ver como un sicario sin escrúpulos resulta tener la sensibilidad artística suficiente como para modificar el guión de una obra mediocre y hacerla "arte".

De nuevo se plantean conflictos morales en los personajes, reflexiones acerca de las relaciones amorosas y demás rasgos del cine de Woody. Divertida.

Pese a no ser seguidor de Woody Allen, sólo he visto Match Point (obra maestra) y Midnight in Paris (Excelente guión y excelente película), esta viene a ser otra gran película de Woody Allen con un gran guión y una historia bastante original. Los diálogos y las situaciones son de lo más ocurrentes y el humor de lo más inteligente. En cuanto a las actuaciones John Cusack está correctísimo (grata sorpresa para ser el actor tan malo que es), Chazz Palminteri está explendido (magnífico su papel de mafioso con sus arranques de sinceridad constante), Diane Wiest excelentísima haciendo de actriz de teatro, Jim Broadbent en la línea de siempre (una vez más de mafioso) y Jennifer Tilly que no sabría decir si bien o mal (si pretenden que su papel sea de mujer insoportable lo consigue, si no, fatal).

Un gran director que consigue sorprender con excelentes guiones y sacando lo mejor de cada uno de sus actores. A lo dicho, a seguir viendo más películas de Woody Allen, un ‘grato descubrimiento’ (su cine nunca me ha llamado, pero la verdad es que me esta ‘sorprendiendo’).

Con esta comedia me pasa algo curioso. El guion me parece portentoso. Los diálogos son magníficos, con gags inteligentes y acerados. La ambientación me encanta. Ese Broadway de los años 30 está fantásticamente recreado y la música ( Woody Allen siempre sabe elegir la mejor música), te transporta a esa época de locura y prohibición, (gánsters y cabareteras, espectáculos y artistas), de la mejor manera posible. Además, Woody Allen no actúa en la película que, en lo que a mí respecta, estoy harto de aguantar sus neurosis y egocentrismo, amén de escuchar sus insufribles monólogos intelectuales.
Entonces, ¿por qué esta película solo me ha gustado a medias?.
Un escritor(John Cusack) de Broadway, trata de abrirse paso en ese mundo. Harto de no tener el control absoluto sobre su obra, decide dirigir él mismo su próximo estreno. Pero eso no bastará. Cuando encuentran a alguien dispuesto a financiar la obra, se encuentran con que es un mafioso que sólo aceptará poner dinero en ella si le dan un papel a su amante, una ignorante y estúpida putita, que tiene aspiraciones de actriz.
A pesar de sus muchos escrúpulos, nuestro hombre accede. Ahora hay que buscar al resto del elenco. Cuando empiecen los ensayos, cada uno de ellos, pondrá a prueba la firmeza e integridad de nuestro escritor para con su obra.
Como he dicho, el guion me parece estupendo. De corte clásico, es la típica película que sobre el papel es perfecta. Pero, en mi opinión, falla el ritmo narrativo y algunos actores. Para mí no basta con tener unos diálogos estupendos. Hay que saber interpretarlos. Para tener gracia, no basta con tener buenos chistes. Hay que saber contarlos. Y en eso, no me convencen. Sólo se salva de la quema Chazz Palminteri, que está muy bien como guardaespaldas creativo de la amante del gánster y poco más. Los actores principales, incluida la oscarizada Dianne West, sobreactúan y esta cinta no necesitaba esas dosis de histrionismo para acentuar la comedia, sino al contrario, creo que una interpretación más comedida, habría dado más chispa al inteligente guion.
Por otro lado, tampoco me gusta el ritmo narrativo. A veces es atropellado y los personajes se pisan los diálogos unos a otros. Otras veces, carece de ritmo y tiene escenas de nulo interés.
Por eso y a pesar de que reconozco que tiene gags brillantes, me parece que está lejos de ser una obra redonda. Apta, sin embargo, para disfrutar un rato con un enredo aceptable.