Aventura en Alaska

Es un canto a la vida y la libertad, un canto a la sinceridad y al amor. Las personas estamos llenos de corazas, de prejuicios y la película nos muestra de un modo un tanto preciosista, eso sí, que la felicidad está en desnudarse de todo esos prejuicios, miedos y verguenzas. Como crítica diría que es demasiado preciosista, algo ingenua quizás, pero la ingenuidad no deja de ser algo puro y auténtico, demasiado perfecta en todos los momentos y eso en la vida real no es así, pero merece la pena verla.

Sean Penn nos regala una pequeña joya para nuestros sentidos, un oasis de tranquilidad en el cine americano actual. Porque es como me sentí al estar viendo ésta película, relajado mientras se observa la bella naturaleza virgen que aún queda en algunos sitios remotos del planeta tierra. Into the Wild es el antídoto para superar el mal trago que te hacen pasar según que películas (sobretodo ¿comedias?) de los últimos tiempos. Into the Wild narra la aventura hacia la felicidad a la cuál se atrevió a adentrarse el joven Christopher McCandless hace ya unos años, al darse cuenta de la podredumbre de mundo en el que vivía. Into the Wild es una reflexión sobre la vida y todo lo que nos rodea.Into the Wild tiene humanidad, mucha humanidad. Into the Wild es un reflexión sobre la felicidad. ¿Qué os hace feliz a cada uno de vosotros? ¿Estáis seguros? Quizá la mayoría de nosotros tendríamos que hacer un alto en el camino para preguntarnos que es lo que realmente nos hace felices. ¿Qué es lo que realmente hacemos para ser felices? ¿Hacemos lo correcto? ¿Conseguimos al fin ser felices de verdad?


Into the Wild tiene una fotografía digna de más de un premio. Into the Wild está narrada sabiamente, con un pulso narrativo constante en todo momento, como la vida misma, pero sin estrés. ¿Sabéis cómo que es la vida sin estrés?

En fin señor Penn puede usted seguir dirigiendo películas de éste calibre, es tan buen director como actor, está claro.

A Sean Penn le quiero como a un hermano leal, de carácter difícil, pero siempre a mi lado dispuesto a enseñarme cosas importante y a aprender lo mejor de mí: así como actor, cada día más grande, más profundo, más misterioso e inquieto, y como director en paulatino ascenso, atravesado siempre por el dolor, la angustia de un niño abandonado, una familia disfuncional: un mundo en crisis en un sistema en crisis.

Pero esta vez se aprovechó muy bien del recorrido vitalista, portentoso y a la vez intimista de una historia real para ir más allá: vuelve a atravesar sus zonas oscuras e inquietantes pero las introduce en un viaje de iniciación de extraordinarias consecuencias; una colosal aventura para demostrar que se puede ser fiel a uno mismo y sobrevivir fuera del pernicioso, voraz sistema capitalista: en el camino encuentra gente que lo logra, más amor que furia ... y dolor para crecer y alcanzar cimas inesperadas.

Una película muy buena, emocionante, capaz de entretener, fascinar y a la vez suscitar hondas reflexiones.

Te adentra en uno de esos pensamientos recurrentes que todo ser humano tiene en algún momento y que John Lennon inmortalizó en una canción, como seria la vida sin posesiones, sin obligaciones y con el solo entorno de la naturaleza con lo que en ella habita. Magistralmente llevada a la pantalla con una más que notable actuación del protagonista.

En 2005 el ex-marido de Madonna viajó a Nueva Orleans para ayudar a los afectados por la rotura de los diques. Buenas intenciones sí, pero en el fondo él sabía que estaba allí para que un equipo de periodistas recogiera su periplo y expandiera un poco más su ego. Un año antes se había tragado su actitud contraria a los premios para recoger su Oscar por "Mystic River" con una sonrisa de oreja a oreja. Demasiada angustia existencial para alguien tan concienciado. Decidió entonces que su redención consistiría en dirigir un biopic sobre el hombre que a él le gustaría ser si no fuera tan débil.

Reconozco que desconfío de los santos. En general me parecen fanáticos incapaces de adaptarse socialmente que sin embargo tienen la suerte de encontrar los voceros adecuados para sus hazañas. Su supuesto valor ejemplar para mí no es tal precisamente porque uno de los valores cristianos que más me gusta es el de la responsabilidad individual. Por ejemplo, si a mí me parece mal el consumismo compulsivo, no consumo compulsivamente. De ahí que no necesite que un zascandil se vaya a las montañas a morir por mis pecados.

Sin embargo, el Alexander Supertramp este no me cae mal. Aunque me parezca horrible lo que le hizo a su familia, he comprendido su visión del mundo y me he dejado llevar por ese bello viaje existencial que le lleva por varios rincones de Norteamérica. Un recorrido irregular cuya profundidad depende de la gente con la que se cruza. Mis preferidos, la pareja hippie y ese entrañable anciano del final.

Incluso me ha sorprendido y emocionado el final, que luego lo he pensado y era un rato previsible, pero no sé porqué no lo he visto venir. Así que al final le he perdonado sus pecadillos, como algunas secuencias montadas cual videoclip y algunos puntos de vista un poquito ingenuos.