Quémese después de leerse
2008 

6.5
53,676
Comedia
Ozzie Cox (John Malkovich) es un agente de la CIA que está escribiendo sus memorias en un CD, pero pierde y va a parar a manos de los empleados de un gimnasio (Brad Pitt y Frances McDormand), gente muy simplona que intenta chantajear a Cox. La CIA acaba interviniendo y el asunto se complica cuando el chico del gimnasio se encuentra con el amante (George Clooney) de la mujer de Cox. Basada en la novela "Burn Before Reading: Presidents, ... [+]
23 de mayo de 2009
23 de mayo de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película rara, rara. Ya sabemos que los Coen no hacen precisamente cosas convencionales, pero en este caso hay momentos en que uno no sabe que narices está viendo.
Por un lado está el magnífico personaje de Brad Pitt que es lo mejor de la película con diferencia, junto al de Malkovich el sostén del asunto. Por otro lado la historia es bastante absurda, demasiado, no es lo suficientemente cómica para reírse demasiado ni lo suficientemente seria para tomartela en serio. Da la sensación que la parodia se les ha ido de las manos.
Queda un resultado simplemente raro, si diferente, pero raro y a veces ser diferente no es suficiente para que algo se transforme en notable o excelente.
Por un lado está el magnífico personaje de Brad Pitt que es lo mejor de la película con diferencia, junto al de Malkovich el sostén del asunto. Por otro lado la historia es bastante absurda, demasiado, no es lo suficientemente cómica para reírse demasiado ni lo suficientemente seria para tomartela en serio. Da la sensación que la parodia se les ha ido de las manos.
Queda un resultado simplemente raro, si diferente, pero raro y a veces ser diferente no es suficiente para que algo se transforme en notable o excelente.
12 de octubre de 2008
12 de octubre de 2008
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Coen son verdaderos maestros elaborando guiones cinematográficos. Imitan y hacen propios recursos narrativos y literarios que no suelen aparecer en una pantalla de cine. Tal dominio del guión les permite ofrecer obras con muchos niveles de lectura, jugando en especial con distintos narradores de la historia. Para disfrutar de todos esos niveles hacen falta paladares educados. Si no te gusta ahora esta película, quizá te parezca una genialidad dentro de algún tiempo. "Quemar después de leer" posee una simplicidad aparente, lo que puede despistar a muchos espectadores.
En esta ocasión, todos sus recursos están al servicio de una gamberrada. Lo más parecido a un chiste hecho película. En un buen chiste te vas riendo de vez en cuando mientras te metes en situación. Y la cosa suele desembocar en una carcajada que te dura un rato.
Así es esta película. La carcajada final es la que le otorga sentido y valor añadido a todo lo anterior.
En esta ocasión, todos sus recursos están al servicio de una gamberrada. Lo más parecido a un chiste hecho película. En un buen chiste te vas riendo de vez en cuando mientras te metes en situación. Y la cosa suele desembocar en una carcajada que te dura un rato.
Así es esta película. La carcajada final es la que le otorga sentido y valor añadido a todo lo anterior.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De hecho se permiten el lujo de acabar la película con la conversación entre los jefazos de la CIA, que hacen las veces de narrador cuentachiste, presciendiendo por completo de los protagonistas. El trabajo de estos últimos ya estaba hecho. Y la carcajada final sólo requería de un par de frases muy del estilo del Gran Lebowski.
Me acuerdo y me sigo descojonando.
Me acuerdo y me sigo descojonando.
5 de noviembre de 2008
5 de noviembre de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Coen retoman sus orígenes…
Como comedia inclasificable donde lo ganan todo, más en insolencia y creatividad.
Conspiraciones a tope. Los Coen se han burlado de nosotros y se ríen a nuestras espaldas. No nos queda más remedio que ver lo geniales que resultan ser pese a todo. Seguimos observando la absurda complejidad en como se va desenvolviendo todo. Unir los cabos es lo de menos. Total, nadie se va a enterar.
Un ritmo estimulante nos acecha todo el rato. El filme lo deconstruye todo. Como un cubo de rubik En especial los géneros. A simple vista parece comedia (y en parte lo es). Pero es mucho más compleja de lo que uno cree… o quizás no. Como sea, su sello esta impreso ahí.
Es un placer ver, que no han caído en las trampas que supondría la expectativa generada después de la Obra Maestra, No country for old men. Nos han desafiado y su locura nos ha maravillado. Aquí los límites son ambiguos. Probablemente ni siquiera existan.
En cuanto a los actores, estupendos. Pero es Brad Pitt quien se roba la película. La fotografía hecha por “el chivo Lubezki” es excelente. Una edición decente. Un desarrollo genial.
Esta vez les ha salido de perlas a los Coen. Su dinámica de teorías de la conspiración es una delicia. Esto, mas la certera crítica que realizan a ciertas instituciones americanas. El resultado es tan torcido que cuesta creer la diversión que se ha suscitado en tan poco tiempo. En horabuena hermanos.
Como comedia inclasificable donde lo ganan todo, más en insolencia y creatividad.
Conspiraciones a tope. Los Coen se han burlado de nosotros y se ríen a nuestras espaldas. No nos queda más remedio que ver lo geniales que resultan ser pese a todo. Seguimos observando la absurda complejidad en como se va desenvolviendo todo. Unir los cabos es lo de menos. Total, nadie se va a enterar.
Un ritmo estimulante nos acecha todo el rato. El filme lo deconstruye todo. Como un cubo de rubik En especial los géneros. A simple vista parece comedia (y en parte lo es). Pero es mucho más compleja de lo que uno cree… o quizás no. Como sea, su sello esta impreso ahí.
Es un placer ver, que no han caído en las trampas que supondría la expectativa generada después de la Obra Maestra, No country for old men. Nos han desafiado y su locura nos ha maravillado. Aquí los límites son ambiguos. Probablemente ni siquiera existan.
En cuanto a los actores, estupendos. Pero es Brad Pitt quien se roba la película. La fotografía hecha por “el chivo Lubezki” es excelente. Una edición decente. Un desarrollo genial.
Esta vez les ha salido de perlas a los Coen. Su dinámica de teorías de la conspiración es una delicia. Esto, mas la certera crítica que realizan a ciertas instituciones americanas. El resultado es tan torcido que cuesta creer la diversión que se ha suscitado en tan poco tiempo. En horabuena hermanos.
26 de noviembre de 2008
26 de noviembre de 2008
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una película disparatada, surrealista y un tanto esperpéntica, ante una parodia de los servicios de inteligencia y las películas clásicas de espionaje, pero también con una crítica a la sociedad de hoy, operaciones estéticas, gimnasio, internet, uso de las nuevas tecnologías, el dinero fácil como primer fin en la vida y hasta la falta de comunicación entre las parejas.
La película hay que verla sin prejuicio ninguno, sin caer en el error de compararla con Fargo o el Gran Lebowsky, ni siquiera como una de los hermanos Coen, y nos encontraremos con una buena película, con una interpretaciones muy dignas, por encima de posibles fobias personales hacia los principales actores, con un Brad Pitt, quizás un poco sobreactuado, pero su personaje quizás lo demande, un Malkovich soberbio como siempre, me encanta su conversación con el padre en el velero que es el único momento que se sincera consigo mismo y habla con coherencia con una persona que no lo puede escuchar, Clooney, actor que no es mucho de mi agrado, pero que borda su papel como hombre superficial, mentiroso compulsivo y con la bragueta como principio y último fin en su vida, y una Frances McDormand genial, que gran actriz y como brilla en manos de los Coen.
Es verdad que la película es un tanto irregular, con un ritmo lento e incomprensible en la 1ª parte, a esto ayuda el exceso de primeros planos muy rápidos, pero cuando presencias esta parte, sabes o intuyes que todo encajará al final, como así sucede, porque todas las piezas que parecían incoherentes al principio, encajan al final y como ejemplo de lo que digo, es las veces que Clooney dice que a pesar de su trabajo no sabe y no ha tenido que utilizar una pistola, El broche de oro es la conversación final en la oficina de la CIA, que es genial, divertida, absurda, surrealista como la película en sí misma.
En la mediocridad del cine actual, los Coen siguen siendo una referencia y haciendo buen cine, eso sí lejos de su maestría pasada (siempre espero que no perdida para siempre), pero me seguirán haciendo ir al cine cuando estrenen una película.
La película hay que verla sin prejuicio ninguno, sin caer en el error de compararla con Fargo o el Gran Lebowsky, ni siquiera como una de los hermanos Coen, y nos encontraremos con una buena película, con una interpretaciones muy dignas, por encima de posibles fobias personales hacia los principales actores, con un Brad Pitt, quizás un poco sobreactuado, pero su personaje quizás lo demande, un Malkovich soberbio como siempre, me encanta su conversación con el padre en el velero que es el único momento que se sincera consigo mismo y habla con coherencia con una persona que no lo puede escuchar, Clooney, actor que no es mucho de mi agrado, pero que borda su papel como hombre superficial, mentiroso compulsivo y con la bragueta como principio y último fin en su vida, y una Frances McDormand genial, que gran actriz y como brilla en manos de los Coen.
Es verdad que la película es un tanto irregular, con un ritmo lento e incomprensible en la 1ª parte, a esto ayuda el exceso de primeros planos muy rápidos, pero cuando presencias esta parte, sabes o intuyes que todo encajará al final, como así sucede, porque todas las piezas que parecían incoherentes al principio, encajan al final y como ejemplo de lo que digo, es las veces que Clooney dice que a pesar de su trabajo no sabe y no ha tenido que utilizar una pistola, El broche de oro es la conversación final en la oficina de la CIA, que es genial, divertida, absurda, surrealista como la película en sí misma.
En la mediocridad del cine actual, los Coen siguen siendo una referencia y haciendo buen cine, eso sí lejos de su maestría pasada (siempre espero que no perdida para siempre), pero me seguirán haciendo ir al cine cuando estrenen una película.
14 de octubre de 2008
14 de octubre de 2008
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser un gran admirador del cine de los Coen desde 'Arizona baby' hasta 'No country for old men' pasando por sus dos obras maestras, 'Fargo' y 'El gran Lebowski', no impide hacer justicia con esta penosa película en la que sólo se salva la hilarante actuación de Brad Pitt en el papel de un monitor de gimnasio que, aliado con su compañera de trabajo (Frances McDormand) encuentra un CD con datos secretos e intenta extorsionar a un agente de la CIA (John Malkovich) con problemas con el alcohol y cuya esposa (Tilda Swinton) le engaña con un guardaespaldas inestable y mujeriego (George Clooney).
Aquel que esté familiarizado con el cine de Joel y Ethan Coen esperaría una hilarante sucesión de escenas cómicas y de situaciones absurdas que en un desarrollo inteligente condujese a un final imprevisible e iluminador pero esta 'Burn after reading' cuenta con una primera mitad tan floja que mina la paciencia del espectador (demasiadas escenas incómodamente aburridas) y con un final completamente anodino. Por el medio las situaciones cómicas no acaban de cuajar y la película no encuentra un pulso narrativo adecuado que mueva al espectador a la sonrisa irónica o a la carcajada. Sólo la notable actuación de Brad Pitt en un par de escenas inspiradas producen cierto efecto cómico. Nada o muy poco hay de la aguda sátira de los sistemas de inteligencia que muchos señalaba como gran baza de la película. Mensajes aparte, la película ni siquiera logra conformarse como una comedia ligera con un humor disparatado típicamente coeniano que haga pasar un buen rato al espectador. El guión de Ethan se resiente de la ausencia de situaciones cómicas inspiradas y de una mejor trabazón del argumento. En la realización Joel desaprovecha el talento de los actores (en especial, de John Malkovich). El resultado es que tanto el aficionado al cine de los Coen como el espectador que buscaba una comedia adulta inteligente se sienten estafados. Lo que el sobre el papel parecía una proyecto prometedor que con una mayor inspiración y con más mimo y cuidado podría habernos devuelto lo mejor de 'El gran Lebowski' o 'El gran salto' acaba convirtiéndose en un film totalmente decepcionante. Los hermanos Coen parecen haberse acomodado después del reconocimiento de los Oscar.
'¿Qué hemos aprendido? se pregunta el jefe de la CIA en uno de los momentos finales de la película. El espectador está por responder: 'Que nos pensaremos muy mucho acudir al cine a ver la próxima de los Coen'.
Lo dicho: Burn before watching. Mejor quemar antes que después de verla.
Aquel que esté familiarizado con el cine de Joel y Ethan Coen esperaría una hilarante sucesión de escenas cómicas y de situaciones absurdas que en un desarrollo inteligente condujese a un final imprevisible e iluminador pero esta 'Burn after reading' cuenta con una primera mitad tan floja que mina la paciencia del espectador (demasiadas escenas incómodamente aburridas) y con un final completamente anodino. Por el medio las situaciones cómicas no acaban de cuajar y la película no encuentra un pulso narrativo adecuado que mueva al espectador a la sonrisa irónica o a la carcajada. Sólo la notable actuación de Brad Pitt en un par de escenas inspiradas producen cierto efecto cómico. Nada o muy poco hay de la aguda sátira de los sistemas de inteligencia que muchos señalaba como gran baza de la película. Mensajes aparte, la película ni siquiera logra conformarse como una comedia ligera con un humor disparatado típicamente coeniano que haga pasar un buen rato al espectador. El guión de Ethan se resiente de la ausencia de situaciones cómicas inspiradas y de una mejor trabazón del argumento. En la realización Joel desaprovecha el talento de los actores (en especial, de John Malkovich). El resultado es que tanto el aficionado al cine de los Coen como el espectador que buscaba una comedia adulta inteligente se sienten estafados. Lo que el sobre el papel parecía una proyecto prometedor que con una mayor inspiración y con más mimo y cuidado podría habernos devuelto lo mejor de 'El gran Lebowski' o 'El gran salto' acaba convirtiéndose en un film totalmente decepcionante. Los hermanos Coen parecen haberse acomodado después del reconocimiento de los Oscar.
'¿Qué hemos aprendido? se pregunta el jefe de la CIA en uno de los momentos finales de la película. El espectador está por responder: 'Que nos pensaremos muy mucho acudir al cine a ver la próxima de los Coen'.
Lo dicho: Burn before watching. Mejor quemar antes que después de verla.
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