Agárralo como puedas 2 1/2: El aroma del miedo
1991 

5.7
16,424
Comedia
El inefable y patoso teniente de policía Frank Drebbin ha vuelto para para salvar a la ciudad. Pero en esta ocasión tiene que enfrentarse a los villanos de la industria energética. Un importante científico, el doctor Mainheimer, está a punto de publicar un informe sobre las reservas de energía que quedarán en el futuro Sus pesimistas previsionesque perjudican a los dueños de las industrias del petróleo, el carbón y las centrales ... [+]
26 de junio de 2017
26 de junio de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Ha vuelto el oficial de policía más implacable, valiente y torpe que haya existido. No es Jacques Clouseau pero juega en su misma liga...
Y después de haber salvado a la reina de Inglaterra de un complot de asesinato ahora su objetivo será salvar nuestro Medio Ambiente...y al Entero también.
Pocos podían pensar que el sr. David Zucker iba a recuperar a los protagonistas de una serie de televisión fallida y hacer una película sobre sus peripecias; porque "Police Squad!", iniciada en 1.982, fue injustamente cancelada por algunas de las razones más subnormales que se hayan oído, pero el caso es que el trío Zucker/Abrahams/Zucker logró adelantarse a su tiempo con un tipo humor y ritmo al que el teleespectador del momento no estaba acostumbrado. Sin embargo en el cine la fórmula funcionó y la jugada le salió redonda al director, fulminando la taquilla al ganar seis veces más su presupuesto invertido (de unos 10 millones de dólares).
Estaba claro que tamaña recaudación y aceptación de la crítica (algo insólito, pero es verdad) daría pie a una secuela. Esta vez Zucker se encuentra ayudado en tareas de guión sólo por Pat Proft, y empieza la aventura metiéndonos en la Casa Blanca y sin dejar mucho tiempo para que el teniente Drebin haga una inolvidable entrada a su estilo: partiéndole la cabeza a Barbara Bush. Durante esta secuencia de apertura vuelve a aflorar el talento del director para imaginar esos intrincados y coloridos "gags" visuales y el del gran Leslie Nielsen para ejecutarlos.
Pero hay algo, y se aprecia conforme avance la película, que provoca a esta 2.ª parte distanciarse considerablemente de la anterior. El caso es que los '80 han quedado atrás y ya se ha atravesado la barrera de los '90; el humor, así como el cine en general, se ha endurecido por alguna razón, prefiere ser más políticamente incorrecto y ofensivo, y por ejemplo "Hot Shots", realizada ese mismo año por el colega de Zucker, Jim Abrahams, lo demuestra. De este modo predomina en situaciones y diálogos, quizás por la intromisión de Proft, un gusto mayor por la grosería, la ácida irreverencia, lo violento, lo sexual e incluso lo escatológico.
Un humor más negro, grotesco y abocado a una calificación NC-17 en lugar de PG-13 (si nos guiamos por la censura estadounidense), haciendo que los matices entrañables, casi ingenuos, de la primera "The Naked Gun" se pierdan, y con ellos su inocencia; mientras, se recurre con más exceso a las bromas, visuales, musicales o habladas, y se arrojan con más velocidad no dejando a los personajes ni un segundo para amoldarse a algo de trama, y la hay, en toda su excesivamente dramática complejidad. Ahora el lío se organiza en torno a los combustibles fósiles y el discurso que debe pronunciar el dr. Meinheimer frente al presidente sobre la necesidad de usar energías renovables.
Y si el buen Drebin se inmiscuye en este desaguisado (y lo hace del mismo modo que en la serie, atentos) es por mediación de Jane, aquí su ex-prometida convertida no se sabe por qué en una fanática del Medio Ambiente (lo que no se dice en la entrega anterior y se olvida en la siguiente). El genio del Mal que mueve los hilos es interpretado por un inexpresivo (en el sentido más estricto del término) Robert Goulet, quien apareciera en la serie como "invitado especial" y resultando mucho menos carismático que el villano de Ricardo Montalban; Anthony James, por su parte, sí deslumbra en el papel de Savage.
Aparecerá, junto a la siempre preciosa Priscilla Presley (aunque la prefiera de rubia), en uno de los momentos más significativos y memorables de la película, sino el que más, cuando el primero se dispone a asesinarla (¡usando un revólver con silenciador!) mientras se está duchando, y de repente cantan al unísono "The Way we Were" (el dueto más original de la Historia del cine). Zucker se acerca a Blake Edwards en esta pequeña secuencia empleando un registro mucho más ingenioso y sutil, y demostrando que el excesivo absurdo no lo es todo a veces...hasta que de repente entra Drebin y vuelve a cundir el caos...
Pero la manía del director por lo puramente ruidoso y caótico también nos brinda situaciones cómicas muy elaboradas que remiten a la más clásica comedia "slapstick", casi todas con protagonismo de Nielsen (como la entrada en el muelle huyendo del doberman o el derribo de la casa con el tanque), si bien ahora permiten a George Kennedy y O.J. Simpson unírsele en sus aventuras, y en ese tramo en la sala de conferencias que de principio a fin es una ametralladora de chistes visuales y "gags" disparatados y sin sentido (preciso es recordar al trío de héroes junto a Richard Griffiths disfrazados de mariachis y cantando "Bésame Mucho" en el escenario).
Sin embargo este clímax, que se extiende pesadamente por tanta broma absurda, no llega a la grandiosidad (¿se puede emplear otro adjetivo?) del partido de baseball de la 1.ª parte. En cuanto a la parodia, nada mejor que las impagables referencias a "E.T." y en especial la secuencia de "Ghost" (tanto más hilarante cuanto que Zucker se ríe sin vergüenza de este film que dirigiera su hermano Jerry el año anterior). Y al hablar de parodia uno no debe olvidar la de los brillantes John Roarke y Margery Ross de matrimonio Bush, Mel Tormé bailando con Presley o Zsa Zsa Gabor, que aparece en la escena de apertura haciendo una burlona referencia a sus recientes problemas con la ley.
La caracterización de personajes, una caricatura; el argumento, un pretexto; y los "gags" no se detienen ni un momento, por lo que el espectador se ahoga con ellos en su caótico desfile por la pantalla.
Los 20 millones bien gastados del presupuesto, y se nota, dieron sus frutos en esta "The Naked Gun 2½" haciendo puré la taquilla al final de su carrera fílmica. Pero quedaba una 3.ª parte, que llegaría tres años después, aún más excesiva y algo más brillante, y ya sin Zucker tras la cámara...
Y después de haber salvado a la reina de Inglaterra de un complot de asesinato ahora su objetivo será salvar nuestro Medio Ambiente...y al Entero también.
Pocos podían pensar que el sr. David Zucker iba a recuperar a los protagonistas de una serie de televisión fallida y hacer una película sobre sus peripecias; porque "Police Squad!", iniciada en 1.982, fue injustamente cancelada por algunas de las razones más subnormales que se hayan oído, pero el caso es que el trío Zucker/Abrahams/Zucker logró adelantarse a su tiempo con un tipo humor y ritmo al que el teleespectador del momento no estaba acostumbrado. Sin embargo en el cine la fórmula funcionó y la jugada le salió redonda al director, fulminando la taquilla al ganar seis veces más su presupuesto invertido (de unos 10 millones de dólares).
Estaba claro que tamaña recaudación y aceptación de la crítica (algo insólito, pero es verdad) daría pie a una secuela. Esta vez Zucker se encuentra ayudado en tareas de guión sólo por Pat Proft, y empieza la aventura metiéndonos en la Casa Blanca y sin dejar mucho tiempo para que el teniente Drebin haga una inolvidable entrada a su estilo: partiéndole la cabeza a Barbara Bush. Durante esta secuencia de apertura vuelve a aflorar el talento del director para imaginar esos intrincados y coloridos "gags" visuales y el del gran Leslie Nielsen para ejecutarlos.
Pero hay algo, y se aprecia conforme avance la película, que provoca a esta 2.ª parte distanciarse considerablemente de la anterior. El caso es que los '80 han quedado atrás y ya se ha atravesado la barrera de los '90; el humor, así como el cine en general, se ha endurecido por alguna razón, prefiere ser más políticamente incorrecto y ofensivo, y por ejemplo "Hot Shots", realizada ese mismo año por el colega de Zucker, Jim Abrahams, lo demuestra. De este modo predomina en situaciones y diálogos, quizás por la intromisión de Proft, un gusto mayor por la grosería, la ácida irreverencia, lo violento, lo sexual e incluso lo escatológico.
Un humor más negro, grotesco y abocado a una calificación NC-17 en lugar de PG-13 (si nos guiamos por la censura estadounidense), haciendo que los matices entrañables, casi ingenuos, de la primera "The Naked Gun" se pierdan, y con ellos su inocencia; mientras, se recurre con más exceso a las bromas, visuales, musicales o habladas, y se arrojan con más velocidad no dejando a los personajes ni un segundo para amoldarse a algo de trama, y la hay, en toda su excesivamente dramática complejidad. Ahora el lío se organiza en torno a los combustibles fósiles y el discurso que debe pronunciar el dr. Meinheimer frente al presidente sobre la necesidad de usar energías renovables.
Y si el buen Drebin se inmiscuye en este desaguisado (y lo hace del mismo modo que en la serie, atentos) es por mediación de Jane, aquí su ex-prometida convertida no se sabe por qué en una fanática del Medio Ambiente (lo que no se dice en la entrega anterior y se olvida en la siguiente). El genio del Mal que mueve los hilos es interpretado por un inexpresivo (en el sentido más estricto del término) Robert Goulet, quien apareciera en la serie como "invitado especial" y resultando mucho menos carismático que el villano de Ricardo Montalban; Anthony James, por su parte, sí deslumbra en el papel de Savage.
Aparecerá, junto a la siempre preciosa Priscilla Presley (aunque la prefiera de rubia), en uno de los momentos más significativos y memorables de la película, sino el que más, cuando el primero se dispone a asesinarla (¡usando un revólver con silenciador!) mientras se está duchando, y de repente cantan al unísono "The Way we Were" (el dueto más original de la Historia del cine). Zucker se acerca a Blake Edwards en esta pequeña secuencia empleando un registro mucho más ingenioso y sutil, y demostrando que el excesivo absurdo no lo es todo a veces...hasta que de repente entra Drebin y vuelve a cundir el caos...
Pero la manía del director por lo puramente ruidoso y caótico también nos brinda situaciones cómicas muy elaboradas que remiten a la más clásica comedia "slapstick", casi todas con protagonismo de Nielsen (como la entrada en el muelle huyendo del doberman o el derribo de la casa con el tanque), si bien ahora permiten a George Kennedy y O.J. Simpson unírsele en sus aventuras, y en ese tramo en la sala de conferencias que de principio a fin es una ametralladora de chistes visuales y "gags" disparatados y sin sentido (preciso es recordar al trío de héroes junto a Richard Griffiths disfrazados de mariachis y cantando "Bésame Mucho" en el escenario).
Sin embargo este clímax, que se extiende pesadamente por tanta broma absurda, no llega a la grandiosidad (¿se puede emplear otro adjetivo?) del partido de baseball de la 1.ª parte. En cuanto a la parodia, nada mejor que las impagables referencias a "E.T." y en especial la secuencia de "Ghost" (tanto más hilarante cuanto que Zucker se ríe sin vergüenza de este film que dirigiera su hermano Jerry el año anterior). Y al hablar de parodia uno no debe olvidar la de los brillantes John Roarke y Margery Ross de matrimonio Bush, Mel Tormé bailando con Presley o Zsa Zsa Gabor, que aparece en la escena de apertura haciendo una burlona referencia a sus recientes problemas con la ley.
La caracterización de personajes, una caricatura; el argumento, un pretexto; y los "gags" no se detienen ni un momento, por lo que el espectador se ahoga con ellos en su caótico desfile por la pantalla.
Los 20 millones bien gastados del presupuesto, y se nota, dieron sus frutos en esta "The Naked Gun 2½" haciendo puré la taquilla al final de su carrera fílmica. Pero quedaba una 3.ª parte, que llegaría tres años después, aún más excesiva y algo más brillante, y ya sin Zucker tras la cámara...
5 de agosto de 2019
5 de agosto de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Quizá no esté a la altura de la primera pero te ríes igualmente.
Leslie Nielsen vuelve a estar genial parodiando a una especie de agente a lo James Bond donde nos garantiza escenas surrealistas y un humor muy divertido.
Ese actor fue único, y por eso lo queremos y nos reímos tanto simplemente con su sola presencia.
Leslie Nielsen vuelve a estar genial parodiando a una especie de agente a lo James Bond donde nos garantiza escenas surrealistas y un humor muy divertido.
Ese actor fue único, y por eso lo queremos y nos reímos tanto simplemente con su sola presencia.
10 de septiembre de 2023
10 de septiembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Evidentemente pierde el efecto sorpresa de la anterior, pero aún así tiene momentos descacharrantes (ver spoiler), además de cebarse claramente con los Bush (especialmente con Barbara). Zucker y sus guionistas los tenían bien puestos, porque si no recuerdo mal George padre era el Presidente de los EEUU aquel año y, por mucho que se cambie su nombre en la película, todo el mundo lo asociaba inmediatamente con él.
Y qué decir de Priscilla de nuevo... Complemento ideal para Leslie Nielsen
Mi nota: 6,6
Y qué decir de Priscilla de nuevo... Complemento ideal para Leslie Nielsen
Mi nota: 6,6
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Atención a cómo Norbert se ve arrastrado literalmente y de manera continuada entre los vehículos.
La estrategia picantona para despertar al público adormecido por el aburrido discurso de Manheimmer.
Y algunas otras que, de tan absurdas, hacen también su gracia. Siempre hay detalles en este tipo de comedias.
La estrategia picantona para despertar al público adormecido por el aburrido discurso de Manheimmer.
Y algunas otras que, de tan absurdas, hacen también su gracia. Siempre hay detalles en este tipo de comedias.
23 de mayo de 2014
23 de mayo de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta segunda parte se repite la fórmula de humor absurdo que tanto éxito dio en la anterior. Quizá el guión está mejor elaborado y carece de alguna escena especialmente memorable como el inicio de la primera. De hecho podemos decir que es la menos graciosa de las tres de la saga, pero sigue siendo divertida y con un Leslie Nielsen que consolida definitivamente a su personaje de Frank Drebin.
No existe un guión demasiado elaborado (aunque en su trasfondo existe cierta crítica a la política), porque aquí lo que importa es reír y lo podemos hacer continuamente por la acertada introducción de gags en cada escena. Respecto a la estructura de estos, se aprovecha con mayor asiduidad la introducción de algunos "de fondo". De manera que representando en primer plano una situación "semi-seria", podemos observar al mismo tiempo otra muy divertida. Es un recurso habitual en las películas paródicas que se puede ver igualmente en Hots Shots. Respecto a los diálogos, siguen en la misma línea de divertidos y descacharrantes.
Cuando la mítica saga de La pantera rosa había caído en un pantano cenagoso, Jaques Clouseau había dejado el testigo al también inolvidable Frank Drebin y su humor absurdo.
No existe un guión demasiado elaborado (aunque en su trasfondo existe cierta crítica a la política), porque aquí lo que importa es reír y lo podemos hacer continuamente por la acertada introducción de gags en cada escena. Respecto a la estructura de estos, se aprovecha con mayor asiduidad la introducción de algunos "de fondo". De manera que representando en primer plano una situación "semi-seria", podemos observar al mismo tiempo otra muy divertida. Es un recurso habitual en las películas paródicas que se puede ver igualmente en Hots Shots. Respecto a los diálogos, siguen en la misma línea de divertidos y descacharrantes.
Cuando la mítica saga de La pantera rosa había caído en un pantano cenagoso, Jaques Clouseau había dejado el testigo al también inolvidable Frank Drebin y su humor absurdo.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here