Ángeles caídos
1995 

7.0
6,454
Drama. Romance. Thriller
Leon Lai es un asesino a sueldo cansado de su trabajo que se plantea dejarlo. Michelle Reis es una prostituta que, además de buscarles los encargos, le hace el trabajo sucio a Leon. Pero ella vive apasionadamente enamorado de él, aunque nunca se hayan conocido en persona. Intercalándose con esta historia nos encontramos con un joven mudo, Takeshi Kaneshiro, que viviendo con su padre tiene una difícil existencia debida a su deficiencia ... [+]
13 de febrero de 2007
13 de febrero de 2007
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no considero la historia de "Fallen Angels" tan aunténtica como la de "Chungking Express", si la considero entre las mejores que ha hecho. Los efectos no absorben las escenas sino que las hacen fluir en la velocidad correcta. La música y las actuaciones tampoco se quedan atras sino que van a la altura del guión (el cual considero excelente). Me cautivo la primera vez que la vi y me maravillo la segunda vez.
Es creativa, dramática, graciosa e inmensamente romántica. Won kar wai es sin duda uno de los mejores directores de vanguardia, explorando en la mentalidad del mundo actual, reflejando el caos de Hong Kong, innovando en los guiones y sin temor de usar efectos modernos como experimento. Wong kar wai nos muestra un nuevo modo de ver cine. Imperdible a mi parecer.
Es creativa, dramática, graciosa e inmensamente romántica. Won kar wai es sin duda uno de los mejores directores de vanguardia, explorando en la mentalidad del mundo actual, reflejando el caos de Hong Kong, innovando en los guiones y sin temor de usar efectos modernos como experimento. Wong kar wai nos muestra un nuevo modo de ver cine. Imperdible a mi parecer.
9 de junio de 2008
9 de junio de 2008
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra vez más, Wong Kar-Wai nos ofrece una historia repleta de diversos personajes que tienen en común la soledad, el amor y el desamor. En este caso, estamos en los barrios más oscuros de Hong-Kong donde nos encontramos a un asesino a suelo, a su socia enamorada secretamente de él, a un mudo que obtine dinero acosando a la gente y otros personajes como la histérica novia rubia del asesino.
Quizás esta película no sea tan deslumbrante como otras de Wong Kar-Wai, pero aun así nos sigue embaucando en estas historias mediante una combinación de imágenes variadas, música ambiente embriagadora y voces en off de los personajes contando sus sentimientos.
Esta película es una historia de vidas cruzadas, de gente con el corazón marchito, de gente sufriéndo el día a día que se agarra a aquello más cercano para poder tener una existencia más amena. La mejor parte de la historia, la del mudo y su padre. Es la historia que mantiene la calidad del film, en la que el personaje del mudo copa la pantalla y sufres y te diviertes con él las anécdotas que mantiene con su padre y de su primer amor, aparecido un día de mayo de 1.995 y que desapareció en un campo de fútbol.
En definitiva, una buena película del director de Hong-Kong que sin llegar al nivel de otras nos narra una buena historia de unas vidas cruzadas y de corazones solitarios.
Quizás esta película no sea tan deslumbrante como otras de Wong Kar-Wai, pero aun así nos sigue embaucando en estas historias mediante una combinación de imágenes variadas, música ambiente embriagadora y voces en off de los personajes contando sus sentimientos.
Esta película es una historia de vidas cruzadas, de gente con el corazón marchito, de gente sufriéndo el día a día que se agarra a aquello más cercano para poder tener una existencia más amena. La mejor parte de la historia, la del mudo y su padre. Es la historia que mantiene la calidad del film, en la que el personaje del mudo copa la pantalla y sufres y te diviertes con él las anécdotas que mantiene con su padre y de su primer amor, aparecido un día de mayo de 1.995 y que desapareció en un campo de fútbol.
En definitiva, una buena película del director de Hong-Kong que sin llegar al nivel de otras nos narra una buena historia de unas vidas cruzadas y de corazones solitarios.
22 de diciembre de 2010
22 de diciembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces el buen director hongkonés llega a ser tedioso, esta película lleva el mismo sistema de tiene la excelente Chungking Express, pero no alcanza ese nivel, aparte Fallen Angels es sombría y dura, tal vez es por lo dura y difícil que esta película no logra fluir como algunas de sus obras.
Los personajes son altamente intrigantes, el asesino a sueldo es la soledad andando, la prostituta puede causarte ternura y tristeza al mismo tiempo, el mudo es una persona que busca expresarse y siempre hay algo que no encaja y para mí es el personaje desarrollado por Karen Mok.
Para amantes del cine de Wong Kar y los que no llegan a apreciar el cine del excelente director, encontraran muchos sentimientos interesantes.
Los personajes son altamente intrigantes, el asesino a sueldo es la soledad andando, la prostituta puede causarte ternura y tristeza al mismo tiempo, el mudo es una persona que busca expresarse y siempre hay algo que no encaja y para mí es el personaje desarrollado por Karen Mok.
Para amantes del cine de Wong Kar y los que no llegan a apreciar el cine del excelente director, encontraran muchos sentimientos interesantes.
19 de diciembre de 2010
19 de diciembre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De Kar-Wai sólo había visto su obra más exitosa y reconocida, Deseando Amar, y los primeros 40 minutos de su incursión en occidente, My Blueberry Nights.
De la primera salí más que satisfecho ante un ejercicio de estilo que narraba de forma sutil, pausada y elegante, pero continua, una historia de amor sencilla y cotidiana que, gracias al poder otorgado por las formas de Kar-Wai, alcanzaba un buen grado de implicación emocional para con el espectador, en ese caso, yo. En el segundo caso, no sé si por tenía un mal día o que se yo, ya dice suficiente el hecho de que no soportase más de 40 minutos (otra opción es mirar la crítica que le hice).
La impresión que este tercer encuentro con Kar-Wai ha dejado en mí se sitúa en un punto intermedio entre los dos anteriores. Parte de una idea interesantísima y el concepto me resultaba mucho más atractivo que en otras obras del hongkonés, pero el verdadero contenido me ha resultado decepcionante.
Dos líneas argumentales, tres personajes principales, tres historias que contar. La primera (la de Leon Lai), resulta atractiva en principio pero conforme avanza se vuelve aburrida y monótona, pues la protagonista voz en off nos dice todo sobre él en los primeros minutos, de una forma simple y plana. Después intenta sostenerse en la búsqueda del personaje por un cambio, en su relación con Karen Mok, que, no sé a los demás, pero a mí ni me engancha ni le da suficiente vitalidad a esa línea argumental. La de Michelle Reis es interesante, pero tampoco tiene mucha miga, su situación tampoco avanza significativamente a lo largo de la peli, se dice todo al principio y luego resulta demasiado obvia. Y llegamos a la historia del mudo, con un fantástico Kaneshiro, una historia tragi-cómica que salva constantemente la película de caer en el aburrimiento, la más sustanciosa, la más equilibrada, la más interesante. También destaca el cierre de la trama de Leon Lai, pero la confluencia entre las de Michelle Reis y Kaneshiro resulta algo forzada e incluso absurda.
Irregular en su conjunto narrativo y argumental, pero que a trancas y barrancas consigue resultar entretenida de forma más o menos constante. La apuesta visual es más un ejercicio experimental que un auténticamente definido ejercicio de estilo. La combinación de recursos audio-visuales alterna momentos muy inspirados con otros igualmente valientes e innovadores, pero de funcionalidad más dudosa. Está claro que Kar-Wai no nació con el estilo totalmente definido, primero debió de ir puliendo, como en este caso.
De la primera salí más que satisfecho ante un ejercicio de estilo que narraba de forma sutil, pausada y elegante, pero continua, una historia de amor sencilla y cotidiana que, gracias al poder otorgado por las formas de Kar-Wai, alcanzaba un buen grado de implicación emocional para con el espectador, en ese caso, yo. En el segundo caso, no sé si por tenía un mal día o que se yo, ya dice suficiente el hecho de que no soportase más de 40 minutos (otra opción es mirar la crítica que le hice).
La impresión que este tercer encuentro con Kar-Wai ha dejado en mí se sitúa en un punto intermedio entre los dos anteriores. Parte de una idea interesantísima y el concepto me resultaba mucho más atractivo que en otras obras del hongkonés, pero el verdadero contenido me ha resultado decepcionante.
Dos líneas argumentales, tres personajes principales, tres historias que contar. La primera (la de Leon Lai), resulta atractiva en principio pero conforme avanza se vuelve aburrida y monótona, pues la protagonista voz en off nos dice todo sobre él en los primeros minutos, de una forma simple y plana. Después intenta sostenerse en la búsqueda del personaje por un cambio, en su relación con Karen Mok, que, no sé a los demás, pero a mí ni me engancha ni le da suficiente vitalidad a esa línea argumental. La de Michelle Reis es interesante, pero tampoco tiene mucha miga, su situación tampoco avanza significativamente a lo largo de la peli, se dice todo al principio y luego resulta demasiado obvia. Y llegamos a la historia del mudo, con un fantástico Kaneshiro, una historia tragi-cómica que salva constantemente la película de caer en el aburrimiento, la más sustanciosa, la más equilibrada, la más interesante. También destaca el cierre de la trama de Leon Lai, pero la confluencia entre las de Michelle Reis y Kaneshiro resulta algo forzada e incluso absurda.
Irregular en su conjunto narrativo y argumental, pero que a trancas y barrancas consigue resultar entretenida de forma más o menos constante. La apuesta visual es más un ejercicio experimental que un auténticamente definido ejercicio de estilo. La combinación de recursos audio-visuales alterna momentos muy inspirados con otros igualmente valientes e innovadores, pero de funcionalidad más dudosa. Está claro que Kar-Wai no nació con el estilo totalmente definido, primero debió de ir puliendo, como en este caso.
15 de enero de 2013
15 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa e interesante película de Wong Kar-Wai, director hongkonés de la nueva ola de cine asiático que inunda las salas de aires e ideas nuevas.
Los ángeles caídos de Kar-Wai son almas en pena solitarias que vagan por las calles de Hong Kong buscándose a sí mismos. Se encuentran perdidas, cada una por motivos diferentes, pero todas van en caída libre hacia la soledad. Desde el asesino a sueldo que quiere retirarse hasta el mudo que se decide a trabajar de autónomo y, en sus ratos libres, se dedica a consolar a una joven que sufre desengaño amoroso. Todos buscan su liberación y el romper con esa soledad que los abruma bajo los neones de las noches de Hong Kong.
El estilo de Kar-Wai es incómodo, casi claustrofóbico, con el que expresa la angustiosa necesidad de los personajes de huir de sus propias vidas. Las imágenes son ricas en matices, oscuras como la noche, y repletas de sombras y colores confusos con los que consigue dar al relato una sensación de pérdida muy notoria. Los personajes, bien definidos, se relacionan entre ellos de manera muy distante, como si desde un principio desconfiaran unos de otros. El asesino, por un lado, que se ve envuelto en un triángulo amoroso, y el mudo, por otro, que se preocupa por hacer sentir bien tanto a su padre como a su desconsolada amiga, son dos de las almas atormentadas que quieren pasar página de alguna forma: uno, retirándose, y otro, intentando montar su propio negocio.
El filme contiene escenas cargadas de emoción. Especialmente destacables son las de Michelle Reis, tan enamorada como frustrada que necesita masturbarse en soledad, las de Leon Lai haciendo su trabajo, o las de Takeshi Kaneshiro viendo escenas de su padre grabadas por él mismo. Son momentos explícitos que no necesitan ningún comentario, ninguna palabra, ni siquiera la voz en off que Kar-Wai incluye.
En contraste, la cinta no consigue mantener una gran cohesión, no ya por la bifurcación de historias, sino por la forma en la que se cuentan. Que haya momentos brillantemente líricos no significa que toda la película sea así, más bien parece una colección de imágenes que van pasando y muestran una calidad propia, individual. La estética de videoclip tampoco ayuda mucho al evaluar la película como un todo bien amalgamado y cohesionado.
Wong Kar-Wai tiene suficiente potencial como para haber hecho de “Fallen Angels” una obra mucho más sólida, sin quitarle el mérito de su calidad como drama innovador. Recomendable.
Los ángeles caídos de Kar-Wai son almas en pena solitarias que vagan por las calles de Hong Kong buscándose a sí mismos. Se encuentran perdidas, cada una por motivos diferentes, pero todas van en caída libre hacia la soledad. Desde el asesino a sueldo que quiere retirarse hasta el mudo que se decide a trabajar de autónomo y, en sus ratos libres, se dedica a consolar a una joven que sufre desengaño amoroso. Todos buscan su liberación y el romper con esa soledad que los abruma bajo los neones de las noches de Hong Kong.
El estilo de Kar-Wai es incómodo, casi claustrofóbico, con el que expresa la angustiosa necesidad de los personajes de huir de sus propias vidas. Las imágenes son ricas en matices, oscuras como la noche, y repletas de sombras y colores confusos con los que consigue dar al relato una sensación de pérdida muy notoria. Los personajes, bien definidos, se relacionan entre ellos de manera muy distante, como si desde un principio desconfiaran unos de otros. El asesino, por un lado, que se ve envuelto en un triángulo amoroso, y el mudo, por otro, que se preocupa por hacer sentir bien tanto a su padre como a su desconsolada amiga, son dos de las almas atormentadas que quieren pasar página de alguna forma: uno, retirándose, y otro, intentando montar su propio negocio.
El filme contiene escenas cargadas de emoción. Especialmente destacables son las de Michelle Reis, tan enamorada como frustrada que necesita masturbarse en soledad, las de Leon Lai haciendo su trabajo, o las de Takeshi Kaneshiro viendo escenas de su padre grabadas por él mismo. Son momentos explícitos que no necesitan ningún comentario, ninguna palabra, ni siquiera la voz en off que Kar-Wai incluye.
En contraste, la cinta no consigue mantener una gran cohesión, no ya por la bifurcación de historias, sino por la forma en la que se cuentan. Que haya momentos brillantemente líricos no significa que toda la película sea así, más bien parece una colección de imágenes que van pasando y muestran una calidad propia, individual. La estética de videoclip tampoco ayuda mucho al evaluar la película como un todo bien amalgamado y cohesionado.
Wong Kar-Wai tiene suficiente potencial como para haber hecho de “Fallen Angels” una obra mucho más sólida, sin quitarle el mérito de su calidad como drama innovador. Recomendable.
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