Tres tipos duros

Aún se me hace un nudo en la garganta cuado veo caminar en busca de un destino coherente con sus vidas a este par de "tipos geniales". Lo sé, tengo una edad y soy un nostálgico pero me gusta el cine y estos dos monstruos de la pantalla nos han dado mucho y siguen demostrando con 70 años Walken y 73 Pacino que quien tuvo retuvo.

El planteamiento es sencillo, una comedia dramática sin más pretensión que dejar libres a estos dos señores y que comience la fiesta. Ese es el mayor logro de su director, amén de incorporar secundarios que dejan huella, la excelsa colaboración de Arkin y ojito con Addison Timlin que se lo va a llevar de calle. Al tiempo.

Hay chistes y situaciones "faciles" que en otras manos resultarian chuscos, pero estos tipos pueden con todo y los dignifican. También queda hueco para la reflexión sobre la vida, la vejez, los amigos y la autoparodia. "Morimos dos veces" dice Pacino en un panegírico antológico. Ellos gracías al cine serán inmortales.

Al final el espiritu del "Grupo salvaje", de aquellos que saben que la vida no es nada sino compartimos con los otros, explota y nos eleva a ese cielo irreal donde van a parar los que se han comido la vida con ansia.

Esta pequeña película que nunca tendrá ningún premio sera mi amiga incondicional mientras que uno pueda seguir recordando su nombre. Sí, soy un nostalgico, ya lo he dicho.

Tengo la impresión de que últimamente se les está faltando al respeto a los actores que hace algunos años eran míticos ofreciéndoles unos guiones que son el horror o quizás sean ellos los que nos están faltando el respeto a nosotros con estos engendros de películas que nos están trayendo.
En esta ocasión vuelve a pasar lo mismo, otra vez. Y nos llevamos otra decepción más. En esta ocasión se nos presenta a una especie de Dream Team de grandes actores que ya están en la tercera edad que se van a correr una última noche de farra. Es una especie de “Jo qué noche” mezclada con “Cocoon” pero la verdad es que se queda a medio camino de demasiadas cosas: como comedia no hace que el espectador suelte una mínima sonrisa con sus chistes sobre la viagra y demás cosas relacionadas con la edad; como drama familiar tampoco engancha en absoluto y como buddy movie tiene los diálogos menos chisposos que uno recuerda. Por otra parte, el guión es una suma de obviedades y casualidades que se van sucediendo sin ton ni son y de una forma tan arbitraria que nos deja boquiabiertos*. Todo para llegar a un final que recuerda a otro clásico pero que comentaré más abajo**.
Del reparto no se puede decir nada bueno, por desgracia. Ya estoy cansado de ver a Al Pacino con esa pinta de desarrapado, con esa perilla que da grima y con esos pelos con los que se pasea por el mundo, ¿no le puede decir alguien que se peine, o mejor aún que se corte el pelo? Cansa su pose de acabado, de hastío y su sobreactuación, sus ojos desorbitados y su cabeza torcida y su forma de andar echando chepa. Histriónico e insoportable, lo único bueno que ha hecho en estos años es su interpretación de sí mismo en “Jack y Jill” esa mierda de Adam Sandler. A su lado, incluso un desganado Christopher Walken destaca. Lo mejor es Alan Arkin, pero no dura demasiado.

75/16(19/04/13) Un relato sobre el ocaso de unos gangsters interpretado por unos tremendos actores, que seductor y atrayente, mi gozo en un pozo. Delito debería de ser que con este trío actoral, Al Pacino (72 años), Christopher Walken (69)y Alan Arkin (78) se produzca esta fallida película que intenta resaltar los valores de la amistad, la lealtad y del disfrute de la vida por encima de edades, un relato crepuscular revestido de nostalgia, pues esto está apoyado en un guión enclenque, un batiburrillo de situaciones que van de rozar el ridículo a rebozarse de él.
La historia son 24 horas, Doc (gran Christopher Walken) recoge una mañana de la cárcel a su viejo colega Val (gran Al Pacino) que acaba de quedar en libertad después de 28 años por matar accidentalmente al hijo de un capo de la mafia Claphands (buen Marcos Margolis), Val desea que este su primer fuera sea una larga fiesta, lo primero será sacar a otro viejo amigo, Hirsch (gran Alan Arkin), de su reclusión en un residencia de ancianos, a pesar de sus avanzadas y ajadas edades hay tiempo para sexo, viagra, bailes, borracheras, robos de coches, persecuciones, asalto a unos matones, robo de trajes, muertes, entierros y más, el problema estriba en que Doc tiene la misión de ejecutar a Val antes de las 1º de la mañana, ordenado por Claphands si no él será la víctima.
Este film dirigido por un incompetente Fisher Stevens naufraga en su equilibrio, no sabe navegar entre la comedia y el drama, por no hablar de sus vergonzantes momentos de acción, construidos de modo chusco, sin pizca de emoción, el humor parece escrito por Chiquito de la Calzada, todo lo concerniente a la viagra da vergüenza ajena. Sin duda me quedo con el baile de Val con la desconocida en el bar (divertido homenaje a ‘Perfume De Mujer’) y los momentos íntimos de sus charlas se denota lo grandes actores que son, desprenden emociones, sensibilidad, sentimientos, Al y Chris junto a Alan están maravillosos. Lo lamentable es el apoyo que tienen en un argumento que discurre por lugares comunes, aportando cero originalidad, a esto se le suma una dirección ramplona que no sabe dotar de ritmo el metraje tocando en ocasiones el tedio, no sabe administrar los tiempos, siendo en tramos redundante, estancándose. Pues todo lo malo se maximiza en su atroz final un compendio de dejadez y de nulo sentido del ridículo.
En conjunto le doy un cinco pues aun con el enemigo de un guión terrible, sus grandiosos actores me han hecho llevadera la narración, su carisma y empatía siempre presente me fascina. La pretendida elegía del mediocre realizador mereecía muy mejores mimbres. Fuerza y honor!!!

Esta película es la misma comedia de situación o sitcom de siempre, les ha faltado las risas enlatadas para que te sintieras ridículo al reírles los chistes. Como en cualquiera de estas comedias, esta de 90 minutos el capítulo, solamente ocurren cosas que no te llevan a ninguna parte y con las cuales puedes hacer el intento de reírte. Además todo ocurre alrededor de unos tipos que acuden, al igual que pasa en Friends y su “Central Perk” o en HIMYM y su “Mclaren’s”, a su bar favorito constantemente. Y siguiendo con las comparaciones, hasta el final de temporada no te desvelan nada para que sigas enganchado, en este caso como la temporada solo dura hora y media pues ocurre antes pero en relación a lo que dura cada una es prácticamente lo mismo.
Lo que me parece patético es que, como en nuestra película hay tres ganadores de un Oscar, que no tengo nada en contra de ellos me parece que lo hacen aceptable, pues ya la película es grandiosa, perdona que difiera en este sentido pero porque estos tres tipos lo hicieran muy bien en su tiempo no es suficiente para que la película merezca la pena.
Y para despedirme no podría irme sin hablar del final, pero para los más sensibles lo haré en spoiler.

Claphands, es uno de esos pobres y bárbaros diablos, que toda la vida se la pasan alimentando sus deseos de venganza contra alguien que les hizo algo y que, de seguro, ya ha sufrido lo suyo con una vida atormentada, plagada de enfermedades o en la celda de una cárcel. La víctima de su absurdo odio se llama Valentine (nombre que remite a la triste época del gansterismo) y aunque Claphands pudo conseguir que Val fuera asesinado en la cárcel, eligió esperar a que pagara uno a uno los 10.227 días de su condena… para hacer su parte el mismo día en que cruce la puerta de salida de la prisión.

El primer encuentro de Val (Al Pacino), es con su viejo socio, compinche y entrañable amigo Doc (Christopher Walken), y juntos pasarán unas cuantas horas... hasta que llegue el momento crucial de las decisiones. Después, encontrarán a Hirsch (Alan Arkin)… y así, el trío de viejas y variopintas fechorías, vuelve a reunirse para seguir haciendo un poco más de lo mismo.

Estamos literalmente ante tres antisociales ya quemados por los años y las amarguras, pero en las horas siguientes, lograrán aflorar tanta fortaleza, compromiso, ferviente amistad, solidaridad, afanes de justicia… y deseos de redención, que pronto se nos dejará bien claro lo difícil que es condenar a un ser humano cuando se le da la ocasión de mostrar su lado bueno y sensible.

Nadie debería confundirse con esta encantadora película, que por tener a Pacino y a Walken en los créditos, y con la suerte de posters y títulos que le han asignado en algunos países, puede llevar a pensar que se trata de otra trama de acción pura, cuando lo que vemos en realidad es una comedia con muy poca acción, pero colmada de calidez y de reivindicación humana.

Un tanto salida de tono la secuencia del homo erectus, pero de resto, me sentí ante un filme edificante, capaz de aleccionarnos muy hondo respecto a la amistad, y muy especialmente sobre el derecho que debería dársele a cada hombre -por atroz que haya sido lo que haya hecho-, a que pueda alcanzar un cierto grado de redención, pues no es la venganza sino el perdón, lo que que traerá por fin la paz al mundo, y un sorprendente día, nos devolverá el paraíso.

Estupendas canciones de Jon Bon Jovi, Baby Huey y otros; una ambientación que da perfecta cuenta del sentir y el entorno de sus personajes; y un conjunto de actores intachable -donde además del trío protagonista, sobresale la adorable Addison Timlin (Alex)-, confluyen en una película que me resulta encantadora. Sin concesiones al mal gusto, Fisher Stevens, fácilmente podría ser un director con proyección a futuro.

Título para Latinoamérica: “TRES TIPOS DUROS”