Mapa de los sonidos de Tokio
2009 

5.4
7,995
Drama. Romance. Thriller
Ambientada en Tokio, narra la historia de una asesina a sueldo (Rinko Kikuchi), que oficialmente trabaja como empleada de un mercado. Kikuchi (nominada al Óscar por su papel de joven sorda en "Babel") interpreta a la criminal, mientras que Sergi López encarna al propietario de una tienda de vinos en Tokio. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2010
21 de febrero de 2010
21 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad que la mayoría de los usuarios de FA me tienen bastante cansada, y se los digo así, de frente y sin versos. Ustedes están acabando con uno de los talentos más importantes e inteligentes que alguna vez supieron acunar. Y estoy hablando de la Coixet, a la cuál dilapidan y destrozan sólo por el hecho de ser mujer, si señores, alguien tenía que desenmascararlos, ustedes le tienen una envidia terrible porque no tienen ní la visión ní el mundo interior plañidero y sensible de la Isabel. Por eso la atacan y no la valorizan, ven, ahí tienen, se tuvo que ir a filmar a Japón y saben porqué? Yo se los voy a espetar en el rostro para que reaccionen, y es porque España le queda chica, ya no es suficiente para contener tremendo talento. Y no importa que la película sea igualita a un culebrón de los más baratos. No. Tampoco interesa que el final sea de lo más cursi y tarado que se vieron en el cine alguna vez. Y sáben cuál es el motivo?: Sergi López, ese churro que anda semi en bolas por todo el film y que a nosotras nos cachondea tanto que mojamos las braguitas como quinceañeras. Se dan cuenta? ustedes están destruyendo una de las carreras más importantes de la historia del cine y éso es porque son unos machistas cavernícolas. Vamos Isabel, no aflojes, nosotras apoyamos tu lucha mientras nos muestres algún machote bien fuerte en bolas.
9 de septiembre de 2009
9 de septiembre de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es complicado comenzar a escribir sobre algo de lo que no tienes una opinión concreta.
Mapa de los sonidos de Tokio, es como su título, pura fachada. Por un lado es enormemente visual, cuenta con una fotografía que impresiona, un maravilloso recorrido por las calles de Tokio, una mirada real desde el centro de su corazón, totalmente alejada de la imagen turística que tenemos de ella. Una descripción entremezclada por su gente, sus costumbres, todos y cada uno de esos pequeños sonidos que forman una ciudad... hasta casi puedes oler el mercado, las duchas con limón, el vino...
Por otro lado el guión flojea, una historia quizá algo manida, que bajo otro timón hubiese podido sacársele más jugo. No digo que Coixet no se haya esmerado en ella, si no que puede que haya puesto más interés en la parte lírica y poética de la película, dejando en el aire la coherencia del texto.
Odio salir del cine con esa sensación agridulce de no saber que pensar acerca de una película, odio no saber que decir, no saber puntuar... quizá necesite verla otra vez, o simplemente consultarlo con la almohada. Mapa de los sonidos de Tokio ha conseguido desordenarme, pero mañana será otro día.
Lo único que sé, es que es imprescindible verla en versión original, aparte de que se pierde parte del lirismo al traducirla, nuestro Sergi López, no sabe doblar películas, y su voz en la versión castellana es espantosa (casi como su acento inglés en la original)
Mapa de los sonidos de Tokio, es como su título, pura fachada. Por un lado es enormemente visual, cuenta con una fotografía que impresiona, un maravilloso recorrido por las calles de Tokio, una mirada real desde el centro de su corazón, totalmente alejada de la imagen turística que tenemos de ella. Una descripción entremezclada por su gente, sus costumbres, todos y cada uno de esos pequeños sonidos que forman una ciudad... hasta casi puedes oler el mercado, las duchas con limón, el vino...
Por otro lado el guión flojea, una historia quizá algo manida, que bajo otro timón hubiese podido sacársele más jugo. No digo que Coixet no se haya esmerado en ella, si no que puede que haya puesto más interés en la parte lírica y poética de la película, dejando en el aire la coherencia del texto.
Odio salir del cine con esa sensación agridulce de no saber que pensar acerca de una película, odio no saber que decir, no saber puntuar... quizá necesite verla otra vez, o simplemente consultarlo con la almohada. Mapa de los sonidos de Tokio ha conseguido desordenarme, pero mañana será otro día.
Lo único que sé, es que es imprescindible verla en versión original, aparte de que se pierde parte del lirismo al traducirla, nuestro Sergi López, no sabe doblar películas, y su voz en la versión castellana es espantosa (casi como su acento inglés en la original)
27 de agosto de 2009
27 de agosto de 2009
22 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coixet llega tarde. Si en su anterior trabajo (Elegy) perdía la personalidad por encargo, en este Mapa de los Sonidos de Tokio olvida en el camino hasta el guión. A ella no le interesa contar nada si no que nos deleitemos de lo buena directora que puede llegar a ser sabiendo mover cámaras hasta captar la pedantería en imágenes. Pero llega muy tarde. Para mostrarnos la impresionante ciudad japonesa ya tenemos a Viajeros Callejeros, siendo éstos mucho más efectivos. Preciosa fotografia y banda sonora pero ella misma debe saber que cualquier tiempo pasado, como dijo Karina, nos parece mejor. No debe colocar la cabeza de Rinko sobre un asiento de vagón rojo haciéndonos recordar a la maravillosa Sarah Polley en la lavanderia de Mi vida sin mi. Si sabes que es tu mejor trabajo y con esto último que acabas de traernos no vas a superarlo, no lo hundas más. Resulta triste que una sala de cine a la media hora de proyección se convierta en una sala de espera de enfermos de narcolepsia (acorde al cartel promocional). Todo por olvidarse del fondo para dar prioridad a una empalagosa aunque bella forma.
Lo mejor: que Coixet no se haya olvidado de Anthony & The Johnsons con el temazo One Dove.
Lo peor: el ritmo tan pausado provoca más de un bostezo.
Lo mejor: que Coixet no se haya olvidado de Anthony & The Johnsons con el temazo One Dove.
Lo peor: el ritmo tan pausado provoca más de un bostezo.
16 de marzo de 2010
16 de marzo de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora aparece la señorita perfecta, la que ve personas pasar durante el letargo de una temprana tarde de primavera, en silencio, rodeada de los pequeños sonidos que acompañan cualquier abarrotado lugar donde encontrar la soledad absoluta.
Así quedan retratados los días que van pasando en esta película, la señorita perfecta caminaba unos pocos pasos y se paraba de nuevo a contemplar otro escenario en el que coger un poco de aire y subordinar su mirada a las pequeñas cosas que le rodeaban.
Entre contemplaciones y silencios la señorita perfecta se preguntó si tenía algo que contar, o prefería sólo mirar lo que ocurría a su alrededor, sin preocuparse de aportar algo de su conocimiento en la vida misma para beneficio de todo aquel que vigilaba sus pasos de cerca. Pero decidió que no era importante el mensaje siempre y cuando la estética estuviera tan sumamente cuidada como instantáneas abandonadas en un lecho de flores que nunca marchitan.
Así permitió premiar los objetos doblegados de un vagón de metro, los susurros del pescado muerto de un mercado y las historias contadas por terceras personas que nunca estuvieron allí, olvidando atraer a todos aquellos que seguían su paseo desde el otro lado de la pantalla, para abandonarlos a su suerte en algún momento imprevisible.
La señorita perfecta entró en un restaurante en Tokio y pidió una sopa para meditar sobre sus largos atardeceres. En ese preciso instante llegó de la nada el consejo:
No hay que preocuparse de la educación o la ausencia de ella al sorber la sopa tan sonoramente, si el contenido del bol resulta tan insulso por incluir unos ingredientes dispersos que ni siquiera flotan entre los fideos.
Sorbe, señorita perfecta, sorbe la sopa sin reparos. El resto de clientes saldrá de la sala sin hacer ruido.
Así quedan retratados los días que van pasando en esta película, la señorita perfecta caminaba unos pocos pasos y se paraba de nuevo a contemplar otro escenario en el que coger un poco de aire y subordinar su mirada a las pequeñas cosas que le rodeaban.
Entre contemplaciones y silencios la señorita perfecta se preguntó si tenía algo que contar, o prefería sólo mirar lo que ocurría a su alrededor, sin preocuparse de aportar algo de su conocimiento en la vida misma para beneficio de todo aquel que vigilaba sus pasos de cerca. Pero decidió que no era importante el mensaje siempre y cuando la estética estuviera tan sumamente cuidada como instantáneas abandonadas en un lecho de flores que nunca marchitan.
Así permitió premiar los objetos doblegados de un vagón de metro, los susurros del pescado muerto de un mercado y las historias contadas por terceras personas que nunca estuvieron allí, olvidando atraer a todos aquellos que seguían su paseo desde el otro lado de la pantalla, para abandonarlos a su suerte en algún momento imprevisible.
La señorita perfecta entró en un restaurante en Tokio y pidió una sopa para meditar sobre sus largos atardeceres. En ese preciso instante llegó de la nada el consejo:
No hay que preocuparse de la educación o la ausencia de ella al sorber la sopa tan sonoramente, si el contenido del bol resulta tan insulso por incluir unos ingredientes dispersos que ni siquiera flotan entre los fideos.
Sorbe, señorita perfecta, sorbe la sopa sin reparos. El resto de clientes saldrá de la sala sin hacer ruido.
3 de septiembre de 2009
3 de septiembre de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es que hay alguien "muy ofendida" porque a la MAYORÍA no le gusta... En fin, pues eso que dicen: "es lo que hay". A mi también me gustaba un vecino cuando tenía 15 años y, todas mis amigas me decían que era horrible. La verdad es que, me gustaba por ese "no sé qué" inexplicable que salta sin control aunque no quieras y, aunque tus ojitos para sí mismos, no dejaran de asumir que el chico no era ninguna maravilla y, que, más bien, era feucho. Pero a mí me gustaba, me moría por él. Quería que me besara y, me pidiera salir....Cada uno tiene sus gustos pero, quizás ya somos mayorcitos para asumir que otros no los compartan... Tampoco se trata de que la mayoría sea la que debe tener razón. Pero en este caso, para mi, la tienen. Pretenciosa, inverosímil, rebuscada y, con ramalazo final "super-emotivo-y-bonito-que-te-mueres" que no hace más que cagarla (ppffrrrrrrrrrrrrrrrrr, otro sonido de Tokyo). Se hace lenta y, para no transmitir nada que, es lo peor. Hay pelis lentas que no sólo no pierden por eso, sino todo lo contrario. Este no es el caso. No entro en valorar si se refleja correctamente el sentir y el vivir nipón porque, no tengo ni idea. Pero, es que el español parece fruto de un ataque de cólera promovido por un llanito (o gibraltareño) y, no es digamos, reflejo de nada más que de un español inventado por Isabel Coixet. Habrá algunos que sean así pero, no me ha gustado la visión que se da. Parece un salidorro sin fondo alguno. No es que la historia sea increible (que lo es); también lo son otras muchas. El problema es el como se muestra. Me creo más las aventuras de Don Pimpón, la verdad. No comparo esta con otras de IC o de otros; por sí sola, no es una buena película. Ni Scheiße ni, shit ni, mierda. Pero regular tirando a mala sí.
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