Teléfonos móviles, ordenadores últimos modelos sobre las mesas de los despechos... Sorprende todo este mundo occidental, moderno, con lo que nos cuenta la película: Una mujer atrapada en el Irán de nuestros días, que lucha por rehacer su vida junto al hombre que ama y la ama y al mismo tiempo tener la custodia de su hijo casi adolescente. La película, que en algunos momentos puede parecernos lenta e incluso desconcertante, nos atrapa inmediatamente entre las idas y venidas de su protagonista, que unas veces la vemos en su pequeño hogar al lado de su hijo o paseando en la playa, o corriendo por una ciudad siempre gris, siempre lloviendo.
Soberbios los protagonistas. Sareh Bayat nos hace quererla pero al mismo tiempo no entendemos su manera de luchar, sus mentiras, su desconfianza en el hombre que quiere y la quiere. También destacaría Navid Mohammad su exmarido, y dirigiéndolos a todos ellos Ida Panahandeh, una mujer que nació, vive y trabaja en Irán y que en la rueda de prensa que dio en el Festival de Cine de Valladolid terminó la misma diciendo que ella había elegido "tener menos libertad" pero acatar las leyes de su país. Quizás en esto se justifica el tono "nada rebelde" de esta película, que parece contarnos los hechos como inevitables.

Sólo recuerdo haber visto una película más iraní, antes de esta más que aceptable NAHID: la maravillosa NADER Y SIMIN, UNA SEPARACIÓN. Sin duda, esta NAHID es algo inferior a aquella, una película que me impactó en su momento y que me abrió un poco la mente respecto a la realidad social en un país tan cerrado, al menos para mí, como es Irán. El papel de la mujer en esa sociedad iraní, los conflictos sociales y familiares, la forma de vida... Sin llegar a la primera, esta película bucea en el mismo universo, esta vez centrándose en una clase social más humilde y en las dificultades de una mujer separada para poder tener un futuro junto a su complicado hijo. Repite protagonismo, mucho más, Sareh Bayat, perfecta para este papel y muy bien rodeada por el resto del reparto. Imágenes poderosas, diálogos frescos. Le falta el punto trágico de NADER Y SIMIN, pero es sin duda una buena película. Y dirigida por una mujer, nada menos. Recomendable.