Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha

Lamento tener que ponerle una nota tan baja, el argumento prometía.
Lo que parece se quiere denunciar apuntaba a una película grande, pocos son los que se han atrevido a incursionarse en esas oscuridades que alberga el Estado.
Diría que la película se construye sobre la tríada Abuso de poder - Kafka - Un asesinato.
Pero el ensamblado no funciona; la intencionalidad en la denuncia no es suficiente para confeccionar una obra decente.
Lo que se quiere transmitir debe estar bien transmitido. Lo que se quiere denunciar debe estar bien denunciado. Lo que se quiere reflejar debe estar bien reflejado.
Juega Petri con la chanza, con el histrionismo, con la opereta bufa. Al final no resulta adecuado el engarce.
Las actuaciones me resultaron pobres (particularmente la de Volonté). El guion, flojo. La historia no necesitaba tanto metraje. Con estos ingredientes, la música acabó resultando pesada (a pesar del encanto que pudiera tener).
Una película que se pretende subversiva, debe tener un efecto subversivo. Su reconocimiento en los Oscars lo refuta.
El retrato del alto funcionariado estatal se corresponde. Su lógica autoritaria y tiránica también. ¿Cómo entonces te puede dejar un argumento como éste, tan desganado?
En mi opinión, igual que mucho cine francés tiene sus engolamientos tan cargantes, lo mismo le ocurre al italiano, y como prueba este botón.
El mensaje de fondo es claro y potente, se desvela muy pronto. Pero la manera de hacérnoslo llegar no funciona, y es entonces que entiendo desaprovechada la oportunidad.

Curiosa mezcla de intriga policíaca, drama, thriller político y comedia negra que cuenta la historia de un comisario de policía que mata a su amante y deja indicios que le apuntan a él para demostrar que está, por la relevancia de su puesto, por encima de la ley. Para, como el propio personaje dice en un momento dado, "probar su insospechabilidad".

Para colmo, decide matarla el día que le ascienden de jefe de homicidios a jefe de la brigada política, lo que da al director Elio Petri ocasión para poner en tela de juicio la represión política y los métodos de la policía, a través de escenas de interrogatorios, diálogos cáusticos, y grandilocuentes discursos del protagonista, un personaje oscuro, ambiguo, lleno de aristas, al que encarna con convincente intensidad un Gian Maria Volonté en el que cuesta reconocer al Indio de "La muerte tenía un precio". Le da la réplica una correcta Florinda Bolkan en el papel de su amante, una mujer que desprecia al comisario como hombre pero se siente atraída por su poder. El resto del reparto cumple sin grandes alardes, de forma simplemente correcta.

Filme peculiar, entretenido, que combina una buena intriga con una reflexión bastante interesante sobre el poder y la impunidad.