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Los indestructibles 2

Acción Barney Ross (Sylvester Stallone), Lee Christmas (Jason Statham), Yin Yang (Jet Li), Gunner Jensen (Dolph Lundgren), Toll Road (Randy Couture) y Hale Caesar (Terry Crews) y Billy (Liam Hemsworth), un nuevo colega, se vuelven a reunir cuando el señor Church (Bruce Willis) les encarga un trabajo aparentemente sencillo y muy lucrativo. Sin embargo, el plan se tuerce cuando un peligroso terrorista llamado Villain (Jean-Claude Van Damme) les ... [+]
Críticas 200
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8
28 de diciembre de 2015 Sé el primero en valorar esta crítica
Tres años después de 'Los Mercenarios' nos llegó ‘Los Mercenarios 2’, un film que se fue gestando prácticamente desde el momento del estreno de la primera cinta y que contaba con la posibilidad de incorporar a aquellas estrellas que faltaron en su momento, como los imprescindibles Jean-Claude Van Damme y Chuck Norris, así como de alargar la participación de otras que ya aparecieron en la primera película, como es el caso de los Bruce Willis o Arnold Schwarzenegger. ¿El resultado? Puro divertimento.

Simon West arregló algunos defectos del primer film como una mejor representación en pantalla de los combates cuerpo a cuerpo filmados de un modo mucho más acorde con lo que todos deseamos ver, filmando con ángulos bastante más amplios y planos lejanos, lo que otorga al espectador una perspectiva visual mucho más cercana al cine de acción de los años 90 al eludir los planos súmamente cortos y el montaje acelerado tan de moda en nuestros días, lo que hace tremendamente inapreciable lo que sucede en pantalla.
La contratación de West fue todo un acierto, pues hablamos de un realizador con oficio que no sólo ha sabido aprovechar con inteligencia los impresionantes espacios naturales de la película, sino que además imprime a la cinta un poderío visual y una fuerza que quedan retratados prácticamente desde el primer minuto de metraje (atención a la secuencia de introducción, mucho más dinámica, espectacular y mejor rodada que la mayoría de películas de acción actuales), dándole al film un dinamismo que se ajusta a la perfección a sus características y cometidos: la acción y la diversión sin concesiones.

‘Los Mercenarios 2’ no sólo es una película superior a su predecesora en la mayoría de sus facetas (de hecho, aunque ambas comparten patrón, son bastante diferentes), sino que también estamos ante un film que puede considerarse sin muchos problemas como una de las obras más honestas y efectivas del género de acción de los últimos tiempos. Una cinta hecha por y para los verdaderos seguidores del actioner de los años 80 y 90 que homenajea sin tapujos a sus estrellas, planteamientos y tramas retratadas en los films de antaño. Así pues, juzgar este producto de un modo que no sea el idóneo o criticarlo por el hecho de ser fiel a sí mismo y al género al que pertenece, será engañarnos a nosotros mismos. Y es que la reunión de todas estas estrellas está por encima de cualquier tipo de complejidad argumental o de innecesario trasfondo dramático.

En el reparto Van Damme resulta a todas luces la incorporación estrella de la película (con permiso de Chuck Norris en una intervención tan divertida como demoledora) y uno de los mayores ganchos comerciales de la secuela. Recordemos que fue la gran ausencia del primer film, algo que causó verdadera confusión no sólo a sus incondicionales, sino también a los seguidores del cine de acción en general, que desde entonces han pedido a gritos su incorporación. El actor, que rechazó anteriormente el papel ofrecido a Dolph Lundgren, aceptó en esta ocasión con la condición de ser el villano principal, volviendo a la gran pantalla mundial más de una década después para poner toda la carne en el asador, haciendo alarde tanto de sus intactas aptitudes físicas (resulta espectacular verle efectuar a la perfección su clásica patada voladora de 360º a sus casi 52 años) como de su indudable evolución como actor. Y es que su presencia y carisma resultan tan poderosos que logra robar la película a muchos de sus camaradas de reparto.

En definitiva: The Expendables 2’ se trata de un film imprescindible del género de acción que, independientemente del éxito comercial del mismo, ya ha pasado indudablemente a la historia como una de las mayores y más divertidas machadas jamás filmadas. Imperdonable el perdérselo, sobre todo si alguna vez ha disfrutado del género o de alguno de sus actores fetiche. Un verdadero caramelo en dulce incluso para ese espectador propenso a sacar punta a este tipo de cine. Un film lleno de magia y nostalgia que se sustenta sobre los sueños de muchos de nosotros en nuestra niñez, y por qué no, incluso en nuestra madurez. Un sincero y leal homenaje a una década en la que el cine era mucho mejor que el de hoy en día.

-Lo mejor: Desde su acertado sentido de la autoparodia referencial hasta la inmensa mayoría de las espectaculares escenas de acción, pasando por el alto grado de diversión que ofrece la película y culminando con los innumerables guiños hacía los personajes y actores del cine de acción de los 80/90. Van Damme como el villano de la función.

-Lo peor: El único y gran hándicap es que el guión puede resultar demasiado pobre para el espectador que, equivocadamente, se resista a dejarse envolver por la esencia de la película y espere ‘algo más’ que no sea ver a los mejores actores del cine de acción exhibiéndose de manera espectacular durante una hora y cuarenta minutos.

-Más en: www.cineycine.com
5
26 de noviembre de 2017 Sé el primero en valorar esta crítica
Secuela del blockbuster con pretensiones pero resultados mixtos: la aparición de más caras conocidas atrae y el ritmo es más animado que en la primera, pero a menudo da la impresión de que podía haber sido mejor. Sólo recomendable para fanáticos de la acción sin mucho argumento.
6
29 de septiembre de 2021 Sé el primero en valorar esta crítica
Siguiendo con mi tónica de acercarme un poco al cine de acción y a los trabajos de actores fundamentales dentro de este género en los últimos años como son Stallone y compañía, me decidí a ver la segunda parte de la saga iniciada por Sly en el 2010 con su película "Los Mercenarios", la cual me pareció que estaba bastante entretenida.

Aquí, Stallone vuelve a participar en el guion y vuelve a ser el protagonista junto a sus colegas de profesión pero deja la dirección a Simon West, director conocido por películas como "Con Air", "La hija del general" o "Tomb Raider" con Angelina Jolie. A mí, sinceramente, me ha parecido más seria que la primera, mejor terminada y más entretenida si cabe, así que para los que gusten del cine de pura acción y testosterona, es una muy buena elección.

Sylvester Stallone se deja ver más natural que en la anterior, ya que en ésa parecía directamente Monchito de José Luis Moreno. Aquí no da tanta grima ver su rostro de cerca y parece no sufrir tanto físicamente como en su anterior parte de la saga, donde tuvo numerosas lesiones y accidentes.

De nuevo tenemos al atractivo Jason Statham, quizás con menos protagonismo que en la primera parte, a Jet Li apareciendo sólo los primeros minutos de la misma, y a un Jean-Claude Van Damme glorioso como villano de la película, con ,mucha más maldad que el anterior villano, elegantemente representado por Eric Roberts. Me ha sorprendido muy gratamente Van Damme y su mala leche aquí.

Como novedad dentro del grupo de mercenarios tenemos al hermano pequeño de Chris Hemsworth, un Liam Hensworth guapísimo y bastante correcto en su breve papel.

Por la fiesta vuelven a pasar brevemente Bruces Willis y Arnold Schwarzenegger, desaparece Mickey Rourke y volvemos a sufrir a Dolph Lundgren, el que sigue sin gustarme del todo. La chica de la película es la actriz china, Nan Yu, correcta y haciendo lo que puede con él.
Entretenida.
Un saludo,
Tess
7
21 de julio de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
Dirigida en esta ocasión por Simon West, que ya había dado sobradas muestras de saber dirigir cine de acción (Con Air, The Mechanic...), la segunda entrega de Los Mercenarios sigue la línea de su antecesora, pero incluso dotándola aún de más acción y trayéndonos algunos cameos y papeles de famosos del cine de acción ochentera más que se adhieren a la franquicia. Con un villano de manual (de nombre "Villain" XD) y mucha lucha sin cuartel, la película encadena de nuevo peleas, explosiones, cuchillos y balas en otro divertimento en la misma línea pero quizás incluso más potente y adrenalínico.
3
27 de agosto de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
En el 2010 andábamos muy perjudicados. La crisis del 2008, originada en EE.UU. gracias a las trapacerías de los directivos sin escrúpulos del mundo financiero, se había extendido por el globo gracias a las prácticas de muchos colegas en otros países, amén de a los políticos. La destrucción de empleo era bestial, los gobiernos mendigaban ingresos, la administración se tornó en el mayor moroso, y muchos que no eran funcionarios carecían de con qué pagar las hipotecas que habían firmado gracias, entre otros, al mercado inmobiliario y a aquel mantra codicioso que ya nadie tiene huevos de repetir: "La vivienda nunca baja". Vaya si bajó. Y con ella arrastró a los infiernos a pobres que se creían inversores.

Eran tiempos despiadados, en los que el Gobierno español falseaba las listas de desempleo vía cursos de formación (los inscritos automáticamente eran borrados como demandantes de empleo), a la vez que iniciaba una campaña de lavado de cerebro para que la turba se reciclara en "emprendedores". Nefasto término con el ocultar lo que siempre había sido un autónomo apaleado. Con ello perseguían que el poco dinero que la peña hubiera ahorrado se lo gastase en mover la economía y pagar impuestos. Arruinar al ingenuo para salvar la patria.

En ese contexto miserable, mirar el presente era descorazonador, hasta el punto de que había quienes recomendaban no ver informativos ni leer noticias, tal era el bajón que transmitían. Una continua crónica negra económica que, tras dos años, hundía al más optimista. Además, otear el futuro con ilusión se devenía en un ejercicio desmoralizador, dejando así el pasado como el único refugio emocional para los desamparados. Y justo ahí, en plena crisis golpeando el hígado, vino Stallone para enriquecerse a costa de los demás.

"Los mercenarios" (2010) fue el resultado de una jugada inteligente ideada por Sly años atrás. Tras una larga época de vacas flacas, Stallone había levantado cabeza en la vejez resucitando a Rocky y Rambo. Dos franquicias, muertas por sobreexplotación tiempo ha y que hasta entonces solo se citaban en pasado, que acabaron siendo un balón de oxígeno para el caballero. Por ello, y en plena racha de éxitos improbables, Sylvester se aprovechó de la indigencia emocional de las masas para venderles una película de acción saturada de nostalgia ochentera.

Con un argumento francamente estúpido que nunca le importó a nadie, y un némesis que nadie recuerda, Stallone se montó una película en donde acopió toda la carne pocha que Hollywood ya no quería. Actores de acción que, en su mayoría, habían dejado de gozar del beneplácito de las productoras, pues representaban un tipo de cine testosterónico que ya no movía molino.

Así, y reservándose el papel protagónico, la dirección y parte del guion, el agonías de Stallone congregó a todos los machacas carrozones que aceptaron ponerse bajo su mando (véase spoiler 1). Gente en su mayoría encasillada desde hacía tiempo en trabajos mediocres (o malos), bastantes de ellos olvidados por el público, y algunos tan añejos que podría hacerse caldo con sus huesos. Statham, Jet Li, Lundgren, Eric Roberts o Mickey Rourke fueron algunos de los que dieron un paso adelante. Otros, como Bruce Willis o Schwarzenegger, quizás desconfiando de la aventura de Sly, optaron por simples cameos.

Sylvester, más listo que el hambre, sabía también que tenía que jugárselo todo a una carta; la de las machadas y los excesos sazonados en nostalgia. Los mismos que flaquearon con la llegada de los 90. Pero debía ser cuidadoso. Si se excedía, corría el riesgo de caricaturizarse; si no apretaba lo suficiente, no tocaría fibra sensible... Y el muy cabrón supo dar con la nota correcta.

Efectivamente, "Los mercenarios" (2010) acabó triunfando. Sus $80 millones de presupuesto hicieron una taquilla mundial de más de $274 millones, demostrando así que muchos necesitaban escapar de la realidad ruin en la que vivían. Algo coherente con la teoría económica clásica, la cual dicta que, en tiempos de crisis, la turba gasta más en ocio evasivo. Una jugada tan inteligente que, en el momento de escribir estas líneas, ya está a punto de devenir en una cuarta entrega. Y hasta ahora ninguna ha palmado pasta.

Cualitativamente aquella primera película vale poco. Machos arrugados sobrados de adrenalina escupiendo frases socarronas mientras se sucedía el plomo, las explosiones y los muertos. Por no tener, ni siquiera tiene el estilo de algunos trabajos ochenteros, pues Stallone estaba más preocupado por que el dominó no parase. Eso sí, el hombre tuvo las suficientes luces de incrustar microdosis de humor entre tanto carnaval pirotécnico, facilitando así que los espectadores apagaran el cerebro y vibrasen como monos durante un orgasmo.

A día de hoy, "Los mercenarios" ha quedado reducido, no a un ejercicio de buen cine, porque eso es imposible salvo para las mentes que vuelan bajo el radar, sino a un brillantísimo ejemplo de reciclaje. Uno que, no solo supo recoger por cuatro duros todo lo que nadie quería, sino que lo rentabilizó para mayor gloria de su cuenta bancaria.

Toda esta turra viene a cuento porque esta entrega es la continuación de aquélla y, como tal, hereda casi los mismos defectos y virtudes. Las únicas diferencias, si cabe, son la salida de Stallone de la direccion, la pérdida de frescura, y la amplicación del plantel de tipos duros, caso de Liam Hemsworth, Chuck Norris y Van Damme. El segundo encarnando una jugada publicitaria brillante; el último en un papel simplón y esteorotipado; uno que el bruselense torpedeó aún más con su pobre interpretación.

En resumen, como película es aún peor que su antecesora, aunque es innegable la capacidad de estos tipos para sacarte de la realidad a golpe de bravuconadas, miradas pesadas y socarronería. Si está dispuesto a bajar sus estándares, o si bebe el suficiente alcohol, lo mismo hasta le gusta. Puestos a escoger, me quedaría con la primera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1º) La expresión "machacas carrozones" no es mía. La acuñó hace 13 años el autor de un blog ya desaparecido y, por lo que veo, no tuvo mucho recorrido.
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