30 monedasSerie

Hace tiempo que no veía un bodrio tan pretencioso en el cine español. He intentado ver dos veces el primer capítulo, y la segunda he llegado 1/4 de hora más que la primera, intentando encontrar algún atractivo en esta serie que me parece infumable. No he podido seguir. Puede ser que los capítulos siguientes sean una maravilla, pero por lo que he visto hasta ahora, la decepción es absoluta. Confío en el proverbio español que dice aquello de que quien mal anda mal acaba. Lo peor de esta vergüenza cinematográfica es que ni siquiera comienza a andar, con lo cual auguro un final catastrófico. No hay por dónde coger el guión, y aunque el terror pueda ser inverosímil como premisa en el cine, lo que no puede esperarse es un ridículo espantoso como el que se encuentra al menos en el capítulo inicial. No voy a ver los siguientes, no soy amigo de perder el tiempo, aunque atenderé las críticas que puedan hacer personas de cierta categoría intelectual. Me parece presuntamente escasa en la de los críticos oficiales que figuran alabando la película en su presentación. Coincido con uno de los comentarios recientes sobre la sospecha de que puedan estar ‘untados’, ya me entienden. El negocio da para eso y para mucho más, aunque el arte padezca, o no aparezca por ningún sitio.
En resumen: una serie aborrecible, al menos en su inicio.

Esta serie, hasta donde la he visto, es infumable por muchos conceptos. Se salvan un par de actores, pero no los cabeza de cartel. El de Fernández es un papel pomposo, algo habitual en él, y ahora además ridículo. Montaner, acartonada y pretenciosa. Silvestre, torpón y desorientado. ¿El guión? ¿Copia y pega? Resultado horroroso, incoherencias a mil, insoportable. Lleva un 2 por la música de Baños, aunque lamento que tan buen compositor se preste a ilustrar tales bodrios. Pero la pasta es la pasta. Se supone que también para ciertos críticos. Gastos de producción, claro. Y algunos comentaristas que califican con sobresalientes y notables, como un tanto sospechosos, ¿no?

Otra tontería pretenciosa, émula de engendros como "El código Da Vinci" que pretende, con un batiburrillo de religión, supersticiones y efectos especiales, crear una gran película. Pues no lo consigue: para que fuese una buena película de terror sobrenatural, a esta película se falta tanto de ideas claras como le sobran medios materiales (y el dinero no suple un buen argumento). Entiendo que hay a quienes les gustan estas fantasías seudomísticas, seudoreligiosas y seudosatánicas; a mí no: más bien me aburren. Y más aún cuando alargan innecesariamente durante varias horas lo que bastaría mucho menos tiempo para relatar (¿saben estos directores lo que es la elipsis?). Películas como "Angel's Heart" (El corazón de Ángel), "La escalera de Jacob" y tantas otras consiguen muchísimo más con muchísimo menos. Pero en España hace tiempo que se dejó de hacer cine.