La fórmula 007 no falla. Entretenimiento basado en la acción constante. Spectre no es el mejor título de la saga, aunque a los que aprecian este tipo de películas -que permiten desconectar y cuyo esquema conocemos todos antes de verlas- no les decepcionará. Sinceramente, a James le consiento todo.

Reconozo que no ha sido hasta que Daniel Craig tomó el relevo de Bond, James Bond que no han empezado a interesarme las películas del espía internacional. Me las he visto todas, las de Craig, digo, y puede que suene a tópico pero las anteriores me gustaron más que esta, sobre todo «Casino Royale» y «Skyfall».

Es la típica película de acción de James Bond con tiros, mujeres y espionaje a saco. Unas actuaciones más que decentes y una historia que si bien no es demasiado complicada sí que hay que estar atentos apra llegar a entenderla por completo. Y mucho más en esta entrega en la que se explican muchas de las cosas que ocurren en las anteriores.

La banda sonora no me ha llamado demasiado la atención, el tema de Sam Smith pues está bien, en la línea de las de 007, siempre tan clásicos dentro de lo modernitos que son los artistas que las interpretan. En definitiva, si quieres pasar un rato agradable sin darle muchas vueltas a la cabeza, esta es tu película.

Como anécdota destacar a Christophe Waltz sin calcetines ja ja ja.

Se suele decir que lo importante en una película, así como en cualquier relato, cuento, historia, etc. es el qué te cuentan, estando el cómo supeditado al qué. Partiendo del hecho que, quien más quien menos, cuenta con cierta cultura cinematográfica, las películas de James Bond parten con la desventaja de que ya sabemos de antemano de qué manera acaban. Ello les obliga a atraer al espectador con otro tipo de recursos y es aquí donde entra en juego el cómo te cuentan la historia y precisamente donde radica el atractivo de la enésima aparición en la gran pantalla del personaje creado por Ian Fleming. Y a fe mía que no es un trabajo fácil, cómo lograr que cada entrega supere a la anterior..

Empecemos por decir que la aportación de Daniel Craig supone un toque de realidad a un personaje al que ha dotado de profesionalidad, frialdad, brutalidad y preparación física, a diferencia de lo que anteriormente tuvimos la oportunidad de ver en otros actores, cada uno con sus características más o menos positivas. Algo parecido se puede decir de Sam Mendes; su segunda aportación a la saga es vertiginosa, va al grano, no aburre y parece haberle cogido el truquillo al personaje. Además, es muy loable el intento que, entrega tras entrega, hace el argumento para estar al día en lo que a circunstancias internacionales se refiere, ya sea la guerra fría, la carrera espacial, tensiones en Oriente Medio, posesión de materias primas estratégicas, la globalización y un largo etcétera, siempre tocando temas de actualidad. El alegato contra el terrorismo organizado desde las altas esferas de los países más poderosos del mundo y su manera velada de manejar los hilos de todo cuanto ocurre, en función de oscuros intereses, y sus similitudes y alusiones al subyugante universo creado por Orwell en su novela 1984 están presentes en la trama y es ahí donde Bond juega su papel.

Cómo no mencionar el casting: al ya citado Craig hay que añadir aciertos como el de M, Q y los habitualmente remarcables chica y villano, especialmente éste último. Las escenas de acción son intensas, la tensión crece por momentos a medida que transcurre la película, nos entretiene, no se nos hace larga... en fin, objetivo logrado con creces e, incluso diría, nos hace esperar la siempre prometida siguiente película con ilusión.

Skyfall fue excelente así que esta entrega tuvo mucho a lo que hacer frente para estar a la altura de ella y no la consigue llegar en nada. Desde el guión sin ninguna lógica que hasta molesta dentro de la posible suspensión de incredulidad, hasta el querer devolver a la trama a la era clásica, violando por tanto el toque Craig por completo. La historia no se termina de centrar, bailando entre la batalla personal de Bond contra Spectre y la toma de poderes del MI6 por parte del programa “Nueve ojos” y descompensando tanto a una como a otra. Debieron construir la película sobre una base o sobre otra. No es vibrante para nada, se siente alargada, cansada. Donde Skyfall y Casino Royale suponían puro entretenimiento de oro, Spectre no llega ni a Quantum of Solace para ganarse el bronce. Buena parte de la culpa la tienen las expectativas, vale, pero aún estando por debajo pudo quedar una película decente. Y a medida que avanza, Spectre pierde la decencia a ritmo escandaloso.

Fin del ciclo de Daniel Craig, fin del James Bond que cuanto menos ha sido distinto al resto de 007's.

Una película en la que se vuelve a ver al James Bond que desaparece en el final de Casino Royale, un tipo más provocador si cabe, elegante y burlón al mismo tiempo. Una obra maestra, donde se muestra el señorío británico, la raza.

La trama, a mi gusto, más floja que en Skyfall, el malo "más flojo" (no olvidemos a Barbosa, representado por Javier Bardem), pero aún así, un final de 10, como siempre. Escenas de acción a troche y moche, un sinfín de disparos, situaciones vertiginosas... en fin, es Bond, James Bond