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Pim, pam, pum... ¡Fuego!

Drama En plena posguerra, una corista se convierte en la amante de un estraperlista para ayudar a un miembro del maquis de quien se ha enamorado. Todo comienza en los primeros años cuarenta cuando, Paca, una corista que aspira a entrar en la Compañía de Celia Gámez, regresa a Madrid tras una gira por provincias. En el tren viaja Luis, joven indocumentado a quien Paca le permite pasar la noche en la habitación de realquilados donde vive con su ... [+]
Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
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7
13 de noviembre de 2024 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientada en los años cuarenta, cuando acaba de terminar la guerra civil y mientras unos pasan hambre, otros se enriquecen en el mercado negro. En un vagón de tercera clase abarrotado y destartalado del tren expreso de Sevilla a Madrid, la hambrienta corista Paca (Concha Velasco) y el asustado maquis Luís (José María Flotats) se conocen. En el duro Madrid de principios de los años cuarenta, entre la pobreza y las cartillas de racionamiento, Paca lo acoge en la pensión en la que vive con su padre enfermo (José Orjas) y se enamoran. Mientras tanto, él busca los papeles necesarios para huir a Francia y ella encuentra trabajo en la compañía de la 'Revista Musical' de Celia Gámez, que interpreta Yola en el Teatro Alcázar. Más tarde, encuentra trabajo en la Revista 'Cinco Minutos Más o Menos' del Teatro Martín, gracias a la influencia del adinerado 'estraperlista' Julio (Fernando Fernán Gómez), casado y con hijos, que quiere convertirla en su amante. La relación de Paca con Julio, un magnate sin remordimientos, le ofrece apoyo económico, pero Luis le da la ternura y el amor que no tiene con Julio.

Tras el éxito de ¨Tormento¨ (1974), basada en la novela homónima de Benito Pérez Galdós, que transcurre en el Madrid de finales del siglo XIX, y antes del fracaso de ¨La Corea¨ (1976), el director Olea realiza para el productor José Frade la segunda parte de la trilogía madrileña. Basada en un guion de Rafael Azcona y el propio Pedro Olea, proporcionando ambos una fructífera colaboración, incluyendo un cierto abanico de recursos de producción, lo cual les permiten hacer una buena reconstrucción del sórdido Madrid de los años cuarenta. Sin embargo, debido a que tiene que lidiar con los últimos compases de la censura de la dictadura franquista, Olea no consigue del todo que los amores trágicos entre la corista, el maquis y el estraperlista tengan la fuerza suficiente para que el desarrollo dramático sea suficientemente lógico. Entre la tragedia y el hambre, hay una atractiva selección de canciones de la época, entre las que destacan: ¨Tatuaje, No te mires en el río, Mírame, Perfidia, Mi sombrero, Eugenia de Montijo y Tiroliro¨.

Siendo bien rodada, con ambientaciones adecuadas y un nutrido y notorio star-system español. Así Olea vuelve a contar con Concha Velasco como protagonista, con la que ya había trabajado en ¨Tormento¨, realizando una gran interpretación como la corista desesperada y hambrienta en busca del amor verdadero y de cuidar a su afligido padre. Es el primer y mejor papel de Cocha Velasco en años y ya demuestra su buen hacer y experiencia en el drama, pues llevaba trabajando desde los años cincuenta, aunque predominantemente en comedias. Mientras tanto, Fernando Fernán Gómez está genial como siempre en uno de los papeles más perversos de la historia del cine español. Y el actor de teatro José María Flotats interpreta adecuadamente a un joven indocumentado al que Paca le permite pasar la noche en la habitación en la que vive con su padre enfermo. El reparto de apoyo es francamente excelente, abundando algunas caras conocidas ó bien familiares, tales como: José Orjas quién borda su rol de un bondadoso padre en sus últimas, José Franco, José Calvo, Pilar López Ferrer, Amparo Valle, Víctor Israel, Goyo Lebrero, Fernando Sánchez Polack, Mara Goyanes, José Riesgo, Ángel Menéndez, el eterno secundario Luis Ciges, entre otros.

Contiene una fotografía colorista y evocadora, aunque algo oscura, del cámara Fernando Arribas, mostrando espléndidamente exteriores del Madrid castizo, incluyendo monumentos antiguos y edificios clásicos de los Austrias. Muy buena y apropiada dirección de producción y decorados de Antonio Cortés y José Ramón Molina. Atmosférica aunque triste banda sonora de Carmelo Bernaola. Este acuciante drama fue dirigido profesionalmente por Pedro Olea. Esta resulta ser una de las mejores colaboraciones entre el importante productor José Frade y Olea, ambos crean una trilogía ambientada en Madrid, formada por ¨La Corea¨ (1976), ¨Tormento¨ (1974) ¨y esta ¨Pim, Pam, Pum.. Fuego¡ (1975) que resulta ser la mejor de la trilogía. Esta es la segunda entrada de Pedro Olea sobre Madrid, en este caso el Madrid hambriento de los años de posguerra, de hecho esta es la primera película de ficción española que fue capaz de mostrar una mirada crítica al período de posguerra. Olea es un buen artesano que ha dirigido decentes films, tales como: ¨Tiempo De Tormenta¨, ¨El Día Que Nací Yo¨, ¨El Maestro Esgrima¨, ¨El Bosque Del Lobo¨, ¨Aquelarre¨, ¨Días De Viejo Color¨, y varias otras. Calificación: 6.5/10, un film aceptable que está rondando al notable. Vale la pena verlo .
6
21 de junio de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Irregular drama sobre las miserias de una magnífica Conchita Velasco (dándolo todo para convertirse en Concha Velasco) deambulando por las dos Españas, representadas a través de sus dos "amores" masculinos: Fernando Fernán Gómez (la de los ganadores) y Josep Maria Flotats (la de los perdedores).
8
20 de febrero de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena película de Pedro Olea, con un guión muy bien desarrollado y unas interpretaciones excelentes del gran Fernán Gómez (pocas veces defrauda), Concha Velasco (en un papel plenamente dramático) y José María Flotats (en una de sus contadas incursiones en el cine, es un áctor puro de teatro y televisión). Muy solventes los tres.

Historia ambientada en la España de la posguerra, con un trío amoroso entre un estraperlista, una corista y un maquis, con final trágico. Engancha.

Muy interesante, hay que verla.
6
26 de octubre de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mierda de política (de vida). Éramos pocos y parió la abuela.
El tirolino. California.
Las cosas del querer + ¡Ay, Carmela! + Belle Époque + Amantes + La trinchera infinita + Los girasoles ciegos + Silencio roto.
De estructura clásica, muy sobada y tan cerrada, ese trío por antonomasia, de deriva trágica tópica y de realismo sucio o sórdido llena, esta película bonita, valga la paradoja, destaca, especialmente, por la portentosa Concha (de hecho, ella siempre era demasiado, excesiva, como que siempre ponía más de lo que debía, la carne en el asador que se quema, le daba igual ocho que ochenta, una obra maestra, tan pocas, me sobran los dedos y la mano y las yemas, o una puta mierda, mucho más habitual desgraciadamente, ¿casi que la inmensa mayoría?, ella siempre se dejaba la piel a tiras, el lado bestia de la vida, era increíblemente expresiva, inteligente, sensible, un animal interpretativo tan salvaje como pocos que exageraba, echaba humo por la boca, se pasaba, era demasiado generosa o buena, aunque no quisiera, que derrochaba, despilfarraba vida aunque tuviera que interpretar a un muerto o muerta, no medía, se le iba, aunque no lo/la merecieran, el producto, la industria, el contexto, el público, la época, sus compañeros, un escándalo, una maravilla, una hipérbole, una barbaridad, una locura), por el colosal Fernando, imposible hacer o encarnar mejor un tipo tan rastrero, y no tanto por el frío soso guapo hierático Flotats (que no sé por qué me recuerda a Rafael Argullol, qué cosas, ¿asociaciones de ideas o afinidades electivas?, veleidosas, bizarras, verbeneras, baciyelmas, caprichosas, vuelapluma, berberiscas) que no logra insuflar vida a un personaje sin desarrollar, puro nominalismo, utillaje narrativo, pasmarote, pingajo, armario ropero, muy pobre en comparación con los otros dos y hasta con el del gran Orjas.
La película, como decíamos, está la mar de bien, pero yo le encuentro algunas pegas o, más bien, le echo a faltar algunas cualidades o características necesarias en este caso, a saber, un mayor aire, amplitud, de miras u horizontes, o de humor, que no fuese o fuera tan reacia u opresiva, escueta y previsible, tan conducida hacia un final esperado (aunque no tanto), que no se ciñera o atara tan rápidamente al esquema prefijado o previsto, que se dejara llevar un poco más a ver qué pasa o qué hay, que tuviera más meandros o recovecos, que no fuera tan transparente o tan teatral y sí, mejor, más cinematográfica, con más personajes o algo diferente o nuevo, abrir las ventanas y que entre aire fresco, no tanto determinismo implacable agónico, Tormento, acababa en tren, aquí empieza en tren y él termina en estación, de tren, todo lo mismo, a cal y canto, Ana Karenina en Iberia, o que se permitieran más libertades creativas o que se relajaran o perdieran un tanto, más bajadas y subidas, montaña rusa, alternancias o contrastes o alternativas, que no fuera tan intensa o dramática o desmedida sifilítica, pero también hay que reconocerle su oficio, su bien llevar y traer o hacer y ese costumbrismo tan Azconiano sobre todo al principio, cuando el drama amoroso fatal todavía no se ha enseñoreado completamente de la trama, cuando todavía hay, o se dejan escapar, algún posible chascarrillo o algún pequeño pecado veneno venial cotidiano anodino doméstico anecdótico, cuando todo no es tan significativo definitivo, no es tan asfixiante o agobiante espantoso terrible.
Viejo-joven-azul-rojo-rico-pobre-bueno-malo-idealista-prgmático-cinico y en medio ella-casi-pura y detrás el padre-pobre-tullido-convidado de piedra, la cuadratura del círculo, triángulo rectángulo.
También recuerda al cine de Fernando, a El viaje a ninguna parte, con esa habitaciones o cuchitriles compartidos, esa miseria moral y física, ese hambre atrasada, el teatro, el acabose, la España de la posguerra, todo ese ambiente tan poco metafísico o elevado, tan a ras de tierra o suelo, tan primario o superviviente primitivo, tan material, tan nuestro y certero, lo que no gusta a los que prefieren ponerse solemnes e hincharse como pavos reales y apuntarse un tanto, una muesca más en su revólver, o ser o creerse americanos, os recibimos con alegría, o tan del norte europeos, también del centro y del este, rusos, austriacos, daneses, trascendentes, suecos, vikingos, suizos, Un franco, catorce pesetas, el anhelo de lo sublime o extranjero, de lo otro, del otro, el desprecio de lo propio, el deseo de escapar de ti, de sentirte mejor, de tomarte vacaciones de tu ser o existir, de tu realidad real, los existencialistas o torturados y tortuosos con el grito de Munch siempre tan metido a dentro o con él a cuestas, iluminados e hirsutos, los citadores de grandes autores, curas, vendedores de motos y crecepelo, publicistas, de pelo en pecho, los tan listos o listillos, los que sobrevuelan y viven del aire al sol que más calienta, pasamanos, parnasianos, sepulcros blanqueados, las formas puras o vacías, los físicos cuánticos con dolor de hígado, los de los mariscos, las cocochas y los centollos, gorrones, fashion víctim, pescados fríos, los exquisitos comedores de cadáveres, los arribistas, sibaritas y a la violeta eruditos, los tristes tigeres y malfollados, los tritontines o tontos en cualquier idioma imaginable o posible, los estirados y repelentes niños Vicente, los advenedizos y latosos o cabestros, los soplapollas y de Hamelín flautistas fantasmas fantasmagoría fantasmada estandartes o blasones portan.
(Spoiler aquí por falta de espacio ahí abajo)
No me gusta la conversación con el padre, el mundo al revés, cuando ella le cuenta(me) todo, concretamente que este le diga o pida que no enmierde también al otro pazguato o inútil, ¡¿cómo?!, si gracias a ella estáis los dos vivitos y coleando viviendo del cuento, cama, techo, comida y amor, qué más quieres, Baldomero, cagón, si tendríais que besar ambos dos el suelo que ella pisa, darle las gracias noche y día, mastuerzo (ahí está o se ve trasluce el tono, machacón, tremendista, de la obra,
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
en el hecho de que él le diga que tiene querido como si fuera el apocalipsis, después de todo lo que han pasado, una guerra nada menos, y todo lo que han perdido, hasta la columna, y cómo está la cosa, tan malamente, paupérrima, no sé, ahí hubiera necesitado/funcionado la historia mejor con algo más de escepticismo o esperpento chocarrero incluso, no tanto lamento o melodrama acartonado folletinesco lloroso -ahí vemos más a Pedro que a Rafael, creo, me temo, qué sé yo).
Lo que sí que estaba claro era que aquello acababa como el rosario de la aurora, dando a la tristeza pena, que al maqui le había hecho o puesto o preparado una trampa para cazar conejos, que de ahí no escapaba vivo, que se lo había cargado y que esa era la sorpresa, la liturgia, el rito, la misa negra que ese sacerdote diabólico había o estaba oficiando, otra cosa diferente es lo del asesinato postrero en mala hora, bruja, yo esperaba/pensaba que la iba a dejar tirada en medio de la nada y ya, que se las compusiera, echarla de la casa con cajas destempladas, también, y basta, lo otro, el crimen final, es un poco demasiado, aunque, por otra parte, coherente, lógico, Venganza, Vendetta, la humillación había sido mucha e inesperada para él, imposible de asimilar, en su misma cara/casa, en su orgullo la herida tremenda descerrajada, ataque de cuernos, ofendido, cuando creía que ya la tenía rendida, que era suya, que estaba bajo su bota o polla.
En toda la última parte, cuando están o descienden a los infiernos, a ese antro del subsuselo, averno, a escondidas del mundo, una escala de lo dantesco, él chifla al desgraciado de al lado como si este fuera un perro y casi que pareciera que aquello iba a finalizar o coronarse con Sade y Pasolini sexualmente, de qué si no, hablando, que la iba a forzar con ese otro ceporro para así devolverle la afrenta recibida tan dolorosa, Rompiendo las olas, y no, fue todavía, si cabe, mucho peor.
Está claro que a ella la quieren salvar en todo momento, ya que hasta su entrega es o se produce tras mil y un extorsiones y distorsiones contorsiones del diablo del estraperlo delante de sus ojos, tras mil bajezas u horrores de este miserable, prácticamente (ella nunca duda a ese respecto, nunca duda de su desprecio o frontal rechazo a Fernando) obligada por las circunstancias, forzada, diríamos que violada no tan literalmente, pero sí que de sobra en la esencia, quieren idealizarla (eres una sentimental, le dice el rufián, con lo que tú podrías lograr si quisieras, añade, y ella se niega, tozuda, terca, y, en la medida de lo posible, ofrece resistencia, dignidad, lo que la atrae de ella quizás, vencer esa entereza, honradez o dificultad, además de su atractivo físico, pero como ella podía haber tantas o más, confirmar su voluntad de poder, su capacidad para doblegar un junco salvaje, un alma buena, para mancillar algo decente, vivo, esperanzado, él, que es un vampiro, un peso muerto, un zombie, desea lo que no tiene, Ansia, lo que le falta, lo opuesto), al igual que a su amante o amado, la relación, para que haya más contraste o diferencia o dolor (romanticismo terminal agónico) con la impotencia agresiva y brutal de Fernando, en ese sentido es maniquea, y, más de lo mismo, quizás le hubiera venido bien algún grado mayor de ambigüedad o grisura moral, alguna gradación intermedia, que ella no fuera tan perfectamente víctima ni Flotats tan pánfilo cordero degollado, ni que Fernando fuera tan excesivo para lo bueno (omnipotente y plenipotenciario que le da o consigue todo, materialmente hablando) ni tan malo (se lo quita también, humanamente nos referimos), pero bueno, matices, tonterías, pejigueras, no pasa nada.
No puede haber un final (la puntilla, el descabello) más triste o desolador, sobre todo si te da por pensar o imaginar al viejo esperando a que ella vuelva.
La guitarra dolida susurra lamenta se queja en la noche más oscura, puntea los momentos más tiernos amorosos, el sexo deseado querido tras el sexo impuesto asqueado asqueroso.
.
8
12 de noviembre de 2014 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con algún que otro salto, consigue ser una película coherente para esa época.
Tuvo que salvar la censura franquista que no dejó que el protagonista fuese un dirigente franquista. Más sugerente el papel de Fernán-Gómez haciendo de extraperlista pero que es traslucido como personaje del régimen.
Buena interpretación de los protagonistas.
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