Nación asesina
6.1
5,025
Thriller
Salem ya no es el de los juicios por brujería. De hecho, el Salem de los smartphones es mucho peor. El hackeo y la publicación de buena parte de la información íntima de sus ciudadanos hará que la gente de Salem pierda los papeles, desencadenando una ola de violencia que termina arrastrando a cuatro chicas, acusadas de estar detrás de este hurto cibernético y perseguidas como si fuesen brujas de nuestros tiempos. (FILMAFFINITY)
4 de abril de 2019
4 de abril de 2019
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El segundo largometraje de Sam Levinson, el hijo de Barry Levinson. es una de las películas más extrañas y que me ha provocado más rechazo dentro de las que he visto en los últimos meses, pese a que la propuesta pretende ser original y mostrar de una manera transgresora los problemas de la sociedad actual, centrándose en las redes sociales y las nuevas tecnologías. Lo que nos quiere contar está bien, aunque no se novedoso, pero con lo que no conecto es con el método empleado, ya que a nivel formal la película es un auténtico despropósito, tanto en su montaje como en la dirección o la fotografía, y asunto aparte la música que me resultó insoportable tanto en las canciones a ritmo de rap y hip hop como en la banda sonora repetitiva y ruidosa. Parece que el cineasta norteamericano quiere imitar a Xavier Dolan, pero desgraciadamente el resultado está muy por debajo de las películas del genio canadiense.
La historia se desarrolla en el Salem actual, no el de los juicios por brujería, y no es casual la elección de ese enclave situado en el Estado de Massachusetts de los Estados Unidos de América, ya que en el fondo se está sometiendo a juicio a gran parte de la población, ya sean políticos o gente de poder, por hackers que están desvelando cosas privadas, aunque en algunos casos el exceso de narcisismo y querer enseñar el día a día personal puede provocar que lo que no queremos que sea visto salga a la luz pública. En esta película que tuvo su primera presentación en el Festival de Sundance de 2018, el escenario en donde el director triunfó en 2011 con su ópera prima "Another happy day", para meses después ser proyectada en Toronto, y en nuestro país su estreno tuvo lugar en el festival de Sitges ya que formó parte de su sección oficial a concurso.
Otros puntos negativos no citados son el abuso de la voz en off, de la rapidez en mostrar y quitar los mensajes de texto que escriben los personajes cuando están en redes sociales de sus teléfonos móviles u ordenadores.
A nivel interpretativo la película tampoco cuenta con un gran reparto, aunque hay algunas actuaciones decentes teniendo en cuenta el material que tienen delante. Odessa Young es la protagonista, la joven Lilly, y completan el reparto femenino las otras jóvenes de la localidad, Suki Waterhouse como Sarah, Hari Nef en el de Bex y Abra como Em.
Pero no todo es negativo, ya que hay varias cosas a destacar, y me refiero a un plano secuencia muy bien filmado durante el asalto a una casa, que me produjo mucha tensión y que me recordó a una situación de la película francesa "Custodia compartida" y que es un prodigio técnico, y que contrasta con el resto de escenas de la película que parecen no estar rodadas por la misma persona. También me parecen acertados los trabajos de los técnicos diseñadores del maquillaje y del vestuario.
Puede tener su público, aunque dudo que guste a los adolescentes, y quizás a los de mediana edad que disfrutan con un cine diferente y extraño con crítica social.
LO MEJOR: La calidad técnica del plano secuencia.
LO PEOR: Sus excesos. El abuso de la voz en off. El montaje.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com/
La historia se desarrolla en el Salem actual, no el de los juicios por brujería, y no es casual la elección de ese enclave situado en el Estado de Massachusetts de los Estados Unidos de América, ya que en el fondo se está sometiendo a juicio a gran parte de la población, ya sean políticos o gente de poder, por hackers que están desvelando cosas privadas, aunque en algunos casos el exceso de narcisismo y querer enseñar el día a día personal puede provocar que lo que no queremos que sea visto salga a la luz pública. En esta película que tuvo su primera presentación en el Festival de Sundance de 2018, el escenario en donde el director triunfó en 2011 con su ópera prima "Another happy day", para meses después ser proyectada en Toronto, y en nuestro país su estreno tuvo lugar en el festival de Sitges ya que formó parte de su sección oficial a concurso.
Otros puntos negativos no citados son el abuso de la voz en off, de la rapidez en mostrar y quitar los mensajes de texto que escriben los personajes cuando están en redes sociales de sus teléfonos móviles u ordenadores.
A nivel interpretativo la película tampoco cuenta con un gran reparto, aunque hay algunas actuaciones decentes teniendo en cuenta el material que tienen delante. Odessa Young es la protagonista, la joven Lilly, y completan el reparto femenino las otras jóvenes de la localidad, Suki Waterhouse como Sarah, Hari Nef en el de Bex y Abra como Em.
Pero no todo es negativo, ya que hay varias cosas a destacar, y me refiero a un plano secuencia muy bien filmado durante el asalto a una casa, que me produjo mucha tensión y que me recordó a una situación de la película francesa "Custodia compartida" y que es un prodigio técnico, y que contrasta con el resto de escenas de la película que parecen no estar rodadas por la misma persona. También me parecen acertados los trabajos de los técnicos diseñadores del maquillaje y del vestuario.
Puede tener su público, aunque dudo que guste a los adolescentes, y quizás a los de mediana edad que disfrutan con un cine diferente y extraño con crítica social.
LO MEJOR: La calidad técnica del plano secuencia.
LO PEOR: Sus excesos. El abuso de la voz en off. El montaje.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net y http://habladecine.com/
24 de junio de 2019
24 de junio de 2019
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno quiere ver la tele a la hora de la sobremesa tiene varias opciones, a cada cual más nefanda. No me voy a poner a recapitular las miserias que uno ha de aguantar a favor de que le laven el coco y consigan que consuma información adulterada, en el mejor de los casos.
Y es que el mundo se ha convertido en un patio de vecinas que se dedica a opinar y sangrar al prójimo a base de comentarios lapidarios. Y es triste, porque los vemos mientras masticamos un trozo de lechuga y pa dentro. Aquí como en todo, da igual que no tengas la más puta idea de lo que estás hablando: tú abrre la boca y rebuzna, insulta, creete importante. Vemos el caso de un suicidio de una mujer en Iveco y un garrulo como Fran Rivera sale y da su opinión de baboso.
Está película trata de meter el dedo en la llaga de todo este pan y circo, y digo trata porque no sale airosa del todo, pero queda la forma y la intención que en este caso a mi me vale.
Una suma de espectáculo y mensaje, como una botella perdida que no arriba a la isla ni que sople el viento. Estoy convencido que el que vea esta peli hará una autocritica de 5 minutos y volverá al móvil a tuitear y a criticar al otro, que la valentía que otorga el no ser nadie delante de la pantalla nos hará libres.
Estos artefactos serían válidos si nos hicieran reaccionar y usar las nuevas tecnologías en haras de mejorar el futuro, pero si el patio en televisión está como está y es un medio más antiguo que debemos esperar de esto.
Buenas interpretaciones, mucha sangre, espejo negro, perdición, fotos, videos y sexo.
Recapitulemos, sentemonos a conversar, lleguemos a un punto de conciencia y consigamos ser menos Manada, por favor, sus hijos lo agradecerán.
Y es que el mundo se ha convertido en un patio de vecinas que se dedica a opinar y sangrar al prójimo a base de comentarios lapidarios. Y es triste, porque los vemos mientras masticamos un trozo de lechuga y pa dentro. Aquí como en todo, da igual que no tengas la más puta idea de lo que estás hablando: tú abrre la boca y rebuzna, insulta, creete importante. Vemos el caso de un suicidio de una mujer en Iveco y un garrulo como Fran Rivera sale y da su opinión de baboso.
Está película trata de meter el dedo en la llaga de todo este pan y circo, y digo trata porque no sale airosa del todo, pero queda la forma y la intención que en este caso a mi me vale.
Una suma de espectáculo y mensaje, como una botella perdida que no arriba a la isla ni que sople el viento. Estoy convencido que el que vea esta peli hará una autocritica de 5 minutos y volverá al móvil a tuitear y a criticar al otro, que la valentía que otorga el no ser nadie delante de la pantalla nos hará libres.
Estos artefactos serían válidos si nos hicieran reaccionar y usar las nuevas tecnologías en haras de mejorar el futuro, pero si el patio en televisión está como está y es un medio más antiguo que debemos esperar de esto.
Buenas interpretaciones, mucha sangre, espejo negro, perdición, fotos, videos y sexo.
Recapitulemos, sentemonos a conversar, lleguemos a un punto de conciencia y consigamos ser menos Manada, por favor, sus hijos lo agradecerán.
3 de febrero de 2019
3 de febrero de 2019
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede filmar un pasarratos con mensaje? Evidentemente sí. Y en este pasarratos hay varios mensajes de calado: la necesidad de redefinir el peso social de los diferentes géneros, el peligro de exponer nuestra vida con la inestimable ayuda del smartphone, el ramalazo ultraconservador que oculta hasta la comunidad más civilizada...
Todo esto, envuelto en un estilo calculadamente innovador (llamativo el modo en que resumen al comienzo todo lo que va a aparecer en la película) y con una estructura vertiginosa, nos invita a pensar que "Nación salvaje" es una peli de la que hacer bandera. Huele perfectamente a producto joven, nuevo y desafiante.
Pero avanza la cosa y... la faceta pasarratos va devorando a la faceta reflexiva. Hay que dejar al público con buen gusto y para ello lo más seguro es orquestar un final violento, vengativo y expeditivo donde gran parte del trabajo previo salta por los aires. Aun así, algo de poso queda.
Todo esto, envuelto en un estilo calculadamente innovador (llamativo el modo en que resumen al comienzo todo lo que va a aparecer en la película) y con una estructura vertiginosa, nos invita a pensar que "Nación salvaje" es una peli de la que hacer bandera. Huele perfectamente a producto joven, nuevo y desafiante.
Pero avanza la cosa y... la faceta pasarratos va devorando a la faceta reflexiva. Hay que dejar al público con buen gusto y para ello lo más seguro es orquestar un final violento, vengativo y expeditivo donde gran parte del trabajo previo salta por los aires. Aun así, algo de poso queda.
7 de agosto de 2019
7 de agosto de 2019
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año más llegó, y ya van tres. Primera jornada del III Ciclo de Cine Fantástico y de Terror al Aire Libre de Burgos, y no se puede abrir esta edición de una mejor manera.
Infinidad e infinidad de recovecos pueblan esta rotunda y desvergonzada versión moderna de los juicios de Salem que es “Nación salvaje”. La sociedad a examen en una magnífica obra comandada por un Sam Levinson con certera mano de hierro en todos y cada uno los aspectos.
La paranoia social de la brujería, acontecida con mayores ecos en Salem entre 1692 y 1693, es sustituida en “Nación salvaje” por la no menos dañina paranoia digital. De la cual surgen además infinidad de ramificaciones que sirven para radiografiar una sociedad no menos enferma que la de mediados del siglo XVII. Machismo, homofobia, transfobia, la doble moral, el peligro de las redes sociales… Y podría seguir enumerando los puertos en los que atraca este barco, pero no lo haré porque el propio Levinson ya se encarga de ello al principio de la cinta. Todo ello para generar un genial y sano debate posterior, que beneficia el ya de por si excelente poso del film.
Técnicamente nada que reprochar, Sam Levinson se sale. Controla a la perfección todos y cada uno de los ámbitos de la película. Hay momentos que están hechos para el evidente lucimiento, como cierto plano secuencia, pero es que el cineasta no deja nada al azar. El montaje, la selección musical, la fotografía, la realización, el diseño de producción… Todo en “Nación salvaje” seduce antes o después.
“Nación salvaje”, con gran valor, opta por criar desde bien pequeño a su propio monstruo antes que por aprovecharse de él ya crecido. Su desarrollo argumental y narrativo es muy jugoso. Cierto que al principio puede chocar un poco, haciendo que cueste un rato entrar y aposentarse en el producto, pero luego todo va rodado. El film empieza con un velado guiño a "El resplandor" (Stanley Kubrick, 1980) y acaba con un tercer acto puro Harmony Korine. No hará falta citar todo lo de en medio para comprobar el buen gusto cinéfilo de Levinson, reflejado en un carismático trabajo incapaz de acomodarse en un género. Cierto que dentro del estupendo y maduro desarrollo argumental choca un poco lo hiperbólico e incluso inverosímil del tercer acto, muy a lo “Spring breakers” (2012). Es evidente que está hecho con la intención de que resulte exagerado, pero no deja de chocar que Sam Levinson haya medio tirado por el retrete la rectitud que llevaba durante el resto del metraje.
En definitiva, “Nación salvaje” es de lo mejor del 2018. Cierto que el producto va inevitablemente destinado a un target bastante concreto, pudiendo dejar algo apartado al que no pertenezca a dicho grupo. Pero en fin, no se puede tener todo.
Infinidad e infinidad de recovecos pueblan esta rotunda y desvergonzada versión moderna de los juicios de Salem que es “Nación salvaje”. La sociedad a examen en una magnífica obra comandada por un Sam Levinson con certera mano de hierro en todos y cada uno los aspectos.
La paranoia social de la brujería, acontecida con mayores ecos en Salem entre 1692 y 1693, es sustituida en “Nación salvaje” por la no menos dañina paranoia digital. De la cual surgen además infinidad de ramificaciones que sirven para radiografiar una sociedad no menos enferma que la de mediados del siglo XVII. Machismo, homofobia, transfobia, la doble moral, el peligro de las redes sociales… Y podría seguir enumerando los puertos en los que atraca este barco, pero no lo haré porque el propio Levinson ya se encarga de ello al principio de la cinta. Todo ello para generar un genial y sano debate posterior, que beneficia el ya de por si excelente poso del film.
Técnicamente nada que reprochar, Sam Levinson se sale. Controla a la perfección todos y cada uno de los ámbitos de la película. Hay momentos que están hechos para el evidente lucimiento, como cierto plano secuencia, pero es que el cineasta no deja nada al azar. El montaje, la selección musical, la fotografía, la realización, el diseño de producción… Todo en “Nación salvaje” seduce antes o después.
“Nación salvaje”, con gran valor, opta por criar desde bien pequeño a su propio monstruo antes que por aprovecharse de él ya crecido. Su desarrollo argumental y narrativo es muy jugoso. Cierto que al principio puede chocar un poco, haciendo que cueste un rato entrar y aposentarse en el producto, pero luego todo va rodado. El film empieza con un velado guiño a "El resplandor" (Stanley Kubrick, 1980) y acaba con un tercer acto puro Harmony Korine. No hará falta citar todo lo de en medio para comprobar el buen gusto cinéfilo de Levinson, reflejado en un carismático trabajo incapaz de acomodarse en un género. Cierto que dentro del estupendo y maduro desarrollo argumental choca un poco lo hiperbólico e incluso inverosímil del tercer acto, muy a lo “Spring breakers” (2012). Es evidente que está hecho con la intención de que resulte exagerado, pero no deja de chocar que Sam Levinson haya medio tirado por el retrete la rectitud que llevaba durante el resto del metraje.
En definitiva, “Nación salvaje” es de lo mejor del 2018. Cierto que el producto va inevitablemente destinado a un target bastante concreto, pudiendo dejar algo apartado al que no pertenezca a dicho grupo. Pero en fin, no se puede tener todo.
9 de enero de 2019
9 de enero de 2019
22 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto es cine. Potencia audiovisual. Buenas imágenes, buen ritmo, buenos recursos y a mi gusto, un tema interesante trabajado de manera interesante. Por supuesto que entonces no es una película para todos los gustos, justamente por eso las advertencias del inicio del film (tan hilarantes como ciertas) lo destacan. La recomiendo con ganas.
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