La segunda temporada de esta serie es simplemente espectacular y mucho mejor que la primera. Para mí incluso mejor que Merlí original. Me causó emociones muy sentidas, sobretodo las diferentes situaciones que atraviesan Pol y María. Me ha encantado la verdad, especialmente las reflexiones del dueño del bar satanassa, que me sacaron más de una sonrisa y me hicieron tenerlas presente durante un buen tiempo. Solo por esta temporada vale la pena llegar hasta el final.
Una serie para llorir!

En serio que no dejo de maravillarme con este chico, hay actores en Hollywood que no le llegan ni a la punta del dedo del pie. Es tan maravilla verlo actuar, que ya solo por eso vale la pena, cada gesto que hace ya sabes lo que piensa, como se siente, es brutal su actuación, sin infravalorar todos los demás actores y actrices pero es que él.... se come la pantalla. La serie, para mí, buenísima, hay gente que se queja que no está a la altura de Merlí, discrepo, porque son series diferentes, tiene un aire más adulto, la calidad de la grabación es superior, las comparaciones son odiosas, Merlí es Merlí (sublime), y Sapere Aude es Sapere Aude. Está muy bien cuidada, no es hacer algo por hacer, o alargar algo por alargar, es algo nuevo, fresco, la evolución de ciertos personajes es sublime, yo, no me canso, estaría toda la vida viendo la vida de Pol, porque se te hace tan real y cercano que parece que ya forma parte de tu vida.

Este spinoff de Merlí es una copia mala de lo que fue la serie original sobre todo en las primeras temporadas que es interesante e instructiva. Una serie de éxito que ha pasado en esta nueva entrega a ser una copia con una Merlí encarnada por María Pujalte que no le llega ni a la suela de los zapatos y un Carlos Cuevas que ya tenemos muy visto en la Merlí. Bastante mediocre al menos hasta el capitulo seis que dejé de verla después de verme todo Merlí en una semana.

Es una serie increíble, super recomendada.
El trabajo de los actores excelente, los guiones sublimes y en cuanto a calidad de imagen notamos un salto de calidad.
Aunque no hayas visto Merlí puedes ver esta serie perfectamente ya que todos los detalles importantes se cuentan, pero si habías visto Merlí este Spin off te gustará tanto o más si cabe.
Centrada en el personaje de Pol Rubio, siempre fue mi favorito, es un personaje con un arco enorme, su personalidad, la forma en la que vive su sexualidad y toda su situación personal hace que te enamores del personaje. Carlos Cuevas hace un trabajo extraordinario y consigue que el espectador capte perfectamente todos los matices del personaje.
Respecto a los nuevos personajes destacar a Maria Pujalte cuyo personaje me parece muy acertado, un nuevo referente para Pol, pero no un sustituto, la forma de relacionarse con ella aunque es cercana es diferente a la que tenía con Merlí, fruto de su propia personalidad pero también de la madured adquirida y el echo de que ella es catedrática de la universidad. También su situación personal la hace un personaje muy interesante y necesario.
También seguimos teniendo a Bruno cuya presencia es más que necesaria ya que como ya sabemos al final Bruno y Pol acabarán juntos pero no sabemos como llegarán a ese punto.
El padre de Pol es un personaje muy necesario con una evolución brutal respecto a Merlí y que comprende y intenta mejorar su relación con Pol.
Una vez más destacar el gran trabajo de todos los actores, de Héctor Lozano, del director y de todo el equipo que nos ofrecen un trabajo excelente y una calidad extraordinarias.
La historia está muy bien contada y 8 capítulos se hacen cortos. ¡ Ya estoy esperando las siguientes temporadas!

El spin off de Merlí intenta infructuosamente alejarse del nivel de la primera temporada. Movistar ha intentando por todos los medios hacer una serie internacional que por su bajo vuelo se queda en solo márketing.María Pujalte es el engranaje que no encaja Lo que chirría en el sistema es la nueva docente, la catedrática Bolaño (inocente guiño autoral para colgarse de la fama del escritor). Disparado desde el lado opuesto a su predecesor, el cercano Merlí de Orella, el personaje de María Pujalte queda tras los dos primeros episodios como atrapado en un limbo, a veces fuera de la frecuencia en la que emiten con tanta armonía el resto de elementos de la serie. Quizá por una presentación excesivamente villanesca, casi de madrastra de cuento, o quizá por asperezas sin limar en el propio trabajo de Pujalte. Lo que aburre de Merlí es el cliché de siempre, y que ya sabes cómo terminará. Movistar sigue fuera de competencia en la ficción.