¡Vampiros en La Habana!Animación
6.8
5,451
Animación. Comedia
Un científico vampiro ha creado el Vampisol, una pócima revolucionaria, que permite a los vampiros pasear bajo la luz del Sol. En cuanto la noticia llega a oídos de los grandes clanes de vampiros, todos viajan a La Habana para hacerse con el control de la fórmula: los estirados y siniestros vampiros europeos, y los mafiosos vampiros norteamericanos. Pepito, un trompetista, sobrino del creador de Vampisol, será perseguido por ambos ... [+]
24 de julio de 2008
24 de julio de 2008
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena película de animación aun cuando los dibujos no son de gran calidad.
El guión de la película es magnífico y la hace muy original. Es una película sobre vampiros con muchísimo humor negro. Hasta Drácula se divertiría si viese a sus descendientes en esta película.
En definitiva nos encontramos ante una película de animación con mucho contenido y una gran historia realizada aproximadamente quince años antes que las películas de Pixar y con muchísimos menos medios.
El guión de la película es magnífico y la hace muy original. Es una película sobre vampiros con muchísimo humor negro. Hasta Drácula se divertiría si viese a sus descendientes en esta película.
En definitiva nos encontramos ante una película de animación con mucho contenido y una gran historia realizada aproximadamente quince años antes que las películas de Pixar y con muchísimos menos medios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El tema de la playa para los vampiros es de lo más original. Se inventa un elixir que permite a los vampiros salir al sol y a estos se les ocurre ir a la playa. Lo más de lo más.
5 de septiembre de 2020
5 de septiembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Animación para adultos con un guión muy ingenioso, humor absurdo, con una gran banda sonora y comprometida a nivel político.
Pepito es un trompetista follador y revolucionario cubano nieto de Drácula que durante años vive engañado, sin saber que es un vampiro, gracias a una fórmula que le permite caminar bajo el sol. Pepito se verá involucrado en una guerra entre las dos grandes organizaciones vampíricas mundiales, la estadounidense y la europea. Estás dos lucharán por hacerse con el control del "vampisol" el producto que permite a los vampiros exponerse al sol.
El ritmo es trepidante y su duración 69 minutos, raro será que se le haga pesada a alguien. La animación es más bien mala, pero su particular diseño hace que no importe mucho. Como película de humor cumple. La situación y los personajes son muy cómicos y no le hace falta tener que recurrir a chistes para sacar la sonrisa, se valen más de la forma de expresarse de sus personajes y de lo absurdo de su premisa. Respecto al doblaje si bien es cierto que es muy gracioso, también es cierto que en ocasiones no entendí nada (soy español). La banda sonora nos deleitará con algunos temas de latinjazz, pero para mi gusto se queda corto, yo hubiese intentado explotar más este aspecto. A nivel político es una clara crítica al capitalismo. EEUU y Europa enfrentadas por un producto que mejoraría la vida de todos los vampiros. Por un lado EEUU quiere eliminar el vampisol para poder seguir creciendo en sus propios negocios; por otro lado Europa quiere el vampisol para comercializarlo y sacar provecho económico de ello. Tan real como la vida misma.
Es una rareza que merece que se le dé una oportunidad por su originalidad, por su ajustada duración y por su buen final.
Pepito es un trompetista follador y revolucionario cubano nieto de Drácula que durante años vive engañado, sin saber que es un vampiro, gracias a una fórmula que le permite caminar bajo el sol. Pepito se verá involucrado en una guerra entre las dos grandes organizaciones vampíricas mundiales, la estadounidense y la europea. Estás dos lucharán por hacerse con el control del "vampisol" el producto que permite a los vampiros exponerse al sol.
El ritmo es trepidante y su duración 69 minutos, raro será que se le haga pesada a alguien. La animación es más bien mala, pero su particular diseño hace que no importe mucho. Como película de humor cumple. La situación y los personajes son muy cómicos y no le hace falta tener que recurrir a chistes para sacar la sonrisa, se valen más de la forma de expresarse de sus personajes y de lo absurdo de su premisa. Respecto al doblaje si bien es cierto que es muy gracioso, también es cierto que en ocasiones no entendí nada (soy español). La banda sonora nos deleitará con algunos temas de latinjazz, pero para mi gusto se queda corto, yo hubiese intentado explotar más este aspecto. A nivel político es una clara crítica al capitalismo. EEUU y Europa enfrentadas por un producto que mejoraría la vida de todos los vampiros. Por un lado EEUU quiere eliminar el vampisol para poder seguir creciendo en sus propios negocios; por otro lado Europa quiere el vampisol para comercializarlo y sacar provecho económico de ello. Tan real como la vida misma.
Es una rareza que merece que se le dé una oportunidad por su originalidad, por su ajustada duración y por su buen final.
29 de noviembre de 2023
29 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Animación caribeña. Un clásico de la animación en castellano. De la animación adulta. Un guión sin embargo, algo politizado, propagandístico, propio del régimen en el que se rodó. La vieja y rancia Europa se enfrenta a los nuevos yankees sin escrúpulos y eligen como campo de batalla la idílica Cuba, el paraíso proletario, con sus gentes guasonas, la vida nocturna, amigas del vivir y de su música. De hecho, el protagonista, es trompetista y revolucionario, quiere mucho a su novia pero se beneficia a otras por la patria. Valores cubanos y valores revolucionarios. Cuba way of life. No es extraño, ya que en 1985 aún estaban los Castro mandando en la isla.
Fuera del mensaje, tenemos una entretenida película, dinámica, divertida, con personajes arquetípicos pero curiosos, con una animación clásica, de la que Juan Padrón fue el alma mater y creador, muy del estilo de "La Pantera Rosa".
Animación en Cuba, hay que ser valiente. Una animación quizás demasiado clásica, pero resultona.
Fuera del mensaje, tenemos una entretenida película, dinámica, divertida, con personajes arquetípicos pero curiosos, con una animación clásica, de la que Juan Padrón fue el alma mater y creador, muy del estilo de "La Pantera Rosa".
Animación en Cuba, hay que ser valiente. Una animación quizás demasiado clásica, pero resultona.
17 de enero de 2008
17 de enero de 2008
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre largometraje y mediometraje, entre pieza de culto (friki) y totalmente underground, se encuentra esta producción cubana. Funciona muy bien como testimonio de que hacer una película va más sobre tener buenas ideas que de contar con dinero. Un trasfondo de sociedad vampírica muy similar a la imaginería de Anne Rice, que a su vez dio paso a un juego de rol. La verdad, por fecha no sé si fue una inspiración de retroalimentación de ideas, o era el camino más lógico para reinventar la temática vampírica. Luego Carpenter nos recordaría que los vampiros no son románticos y no están -tan taimados, tan sutiles, tan ladinos; todos ellos- detrás de teorías de conspiración.
Tiene algo de propaganda política. Aunque hay que buscarla, o estar sensible a ella. Se puede disfrutar de manera totalmente lúdica. Es muy divertida.
“oyeeee chico, tu mañana no tieneh que tlabajal?, con la tlompetita toda la nocchhe” (así, escrito, como que pierde gracia).
Tiene algo de propaganda política. Aunque hay que buscarla, o estar sensible a ella. Se puede disfrutar de manera totalmente lúdica. Es muy divertida.
“oyeeee chico, tu mañana no tieneh que tlabajal?, con la tlompetita toda la nocchhe” (así, escrito, como que pierde gracia).
7 de agosto de 2015
7 de agosto de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A primera vista es una película que desconcierta, pues se nos presenta un estilo gráfico divertido y caricaturesco para crear un cine de animación muy para adultos en el que se ofrece un componente nacionalista (en el que Cuba aparece, frente a los norteamericanos y los europeos, como una tierra alegre, aunque con problemas, en la que acaba triunfando la solidaridad y la libertad, y en la que se derrota a los tiranos), un componente revolucionario (Pepito, el protagonista, es, además de vampiro y músico, un revolucionario comprometido en la lucha contra Machado) y, derivado de lo anterior, una metáfora sobre la luz y las sombras, en la que se puede ver un mensaje de propaganda (la luz es Cuba, mientras que las sombras de los vampiros típicos representan a los poderes internacionales que someten a los débiles y, en definitiva, chupan la sangre a todo el mundo) tanto como un combate entre el bien y el mal, clásico en el cine sobre vampiros, pero mezclado con un componente político.
Se enfrentan así la solidaridad del socialismo y el egoísmo del capitalismo, pero también, a la vez, en una lectura más cubana, o más nacional, los partidarios de la democracia frente a los seguidores de un régimen totalitario. Al ser una película cubana se menciona con rapidez el componente propagandístico, pero en el fondo es un film relativista, que dice que, lo mismo que hay seres humanos buenos y malos, hay vampiros buenos y malos. El Pepito de esta película es un personaje emparentado con Elpidio Valdés, por supuesto.
Con estos mimbres, se narra una historia que combina la comedia disparatada, un humor negro y a veces absurdo, enredos amorosos y escenas picantes, la recreación histórica (pues la acción transcurre en La Habana de 1933) y una visión del mundo de los vampiros mucho más satírica que terrorífica. Las ideas y los temas puestos en juego poseen una brillantez que por desgracia no se traduce plenamente en la animación y en el guión. La historia se pierde en demasiados giros irrelevantes, y eso hace que no sea todo lo entretenida que debería ser. Pero algunas ideas, como la de las playas subterráneas para vampiros, o el Vampisol, son muy buenas, y en conjunto es un film divertido, que, por cierto, se ríe bastante de los españoles, representados por un emigrante gallego y un vampiro de Madrid.
Se enfrentan así la solidaridad del socialismo y el egoísmo del capitalismo, pero también, a la vez, en una lectura más cubana, o más nacional, los partidarios de la democracia frente a los seguidores de un régimen totalitario. Al ser una película cubana se menciona con rapidez el componente propagandístico, pero en el fondo es un film relativista, que dice que, lo mismo que hay seres humanos buenos y malos, hay vampiros buenos y malos. El Pepito de esta película es un personaje emparentado con Elpidio Valdés, por supuesto.
Con estos mimbres, se narra una historia que combina la comedia disparatada, un humor negro y a veces absurdo, enredos amorosos y escenas picantes, la recreación histórica (pues la acción transcurre en La Habana de 1933) y una visión del mundo de los vampiros mucho más satírica que terrorífica. Las ideas y los temas puestos en juego poseen una brillantez que por desgracia no se traduce plenamente en la animación y en el guión. La historia se pierde en demasiados giros irrelevantes, y eso hace que no sea todo lo entretenida que debería ser. Pero algunas ideas, como la de las playas subterráneas para vampiros, o el Vampisol, son muy buenas, y en conjunto es un film divertido, que, por cierto, se ríe bastante de los españoles, representados por un emigrante gallego y un vampiro de Madrid.
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