Quiero comerme tu páncreasAnimación
6.9
2,734
Animación. Drama. Romance
Un día, un solitario estudiante de secundaria encuentra un libro de bolsillo en el hospital. Su título es "Conviviendo con la Muerte". Resulta ser un diario de una compañera de clase, Sakura Yamauchi, en el cual escribe que, debido a su enfermedad pancreática, le quedan sólo unos cuantos meses de vida. Esto hace que surja una amistad entre ellos muy especial, desvelando la difícil circunstancia por la que atraviesa Sakura no sólo en ... [+]
25 de noviembre de 2019
25 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni amigos ni novios. La película nos recuerda que no podemos agarrarnos a nada. Tiene que ver con la imponente diferencia de una cultura y otra. Pero va más allá. Como occidentales no podemos comprender el porqué de muchos actos de una cultura "extraña". No obstante, la relación entre los dos protagonistas habla sobre dos caras de la humanidad. La cara de las relaciones sociales que nos hacen ser quienes somos. No somos nadie sin los demás; estamos moldeados a imagen y semejanza de nuestro entorno social.
Y la cara de lo inescrutable, lo inasible. Nada de lo que podamos anticipar en la película, escena por escena, sucede. Los caminos de Sakura y Haruki son dos estrellas fugaces movidas como sin razón ni motivo pero atraídas la una por otra. Así es la vida. Aunque parezca que hay un orden y una serie de caminos trazados, no es así, es sólo una ilusión.
Más allá de una animación sólo decente (lejos de los cielos de Makoto Shinkai), de unos personajes más vivos que el que escribe esto, y de una típica y tópica relación de aprendizaje, la película habla sobre la condición de la vida humana.
Y la cara de lo inescrutable, lo inasible. Nada de lo que podamos anticipar en la película, escena por escena, sucede. Los caminos de Sakura y Haruki son dos estrellas fugaces movidas como sin razón ni motivo pero atraídas la una por otra. Así es la vida. Aunque parezca que hay un orden y una serie de caminos trazados, no es así, es sólo una ilusión.
Más allá de una animación sólo decente (lejos de los cielos de Makoto Shinkai), de unos personajes más vivos que el que escribe esto, y de una típica y tópica relación de aprendizaje, la película habla sobre la condición de la vida humana.
2 de enero de 2020
2 de enero de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detrás de su extraño e inquietante título, Quiero comerme tu páncreas esconde una bella historia de amor, y sobre todo, una reflexión sobre la vida y la muerte y la importancia de aprovechar al máximo lo que tenemos.
Sin embargo, es un proyecto que ha estado siempre a la sombra de Your Name, y puede que la sombra sea demasiado alargada. O puede que sea ese final apresurado y desconcertante. O quizás ese ritmo tan propio de los animes japoneses, que entusiasma a sus seguidores pero puede desesperar a quien no esté demasiado versado en la materia. Es bonita, está bien, pero tampoco entusiasma y podría haber sido algo más corta.
Correcta, pero no extraordinaria.
Sin embargo, es un proyecto que ha estado siempre a la sombra de Your Name, y puede que la sombra sea demasiado alargada. O puede que sea ese final apresurado y desconcertante. O quizás ese ritmo tan propio de los animes japoneses, que entusiasma a sus seguidores pero puede desesperar a quien no esté demasiado versado en la materia. Es bonita, está bien, pero tampoco entusiasma y podría haber sido algo más corta.
Correcta, pero no extraordinaria.
24 de abril de 2020
24 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me esperaba un romance tan empalagoso y meloso tomando una enfermedad terminal como motor de la acción de una forma tan cansina y con ínfulas lacrimógenas como en Quiero comerme tu páncreas. Con un guión, a mi punto de vista, extremadamente forzado, la premisa toma como protagonista un estudiante de secundaria cínico e introvertido que no gusta de la relación con la gente prefiriendo arroparse y suplir esa falta de afecto y miedos con lecturas (Haruki Shiga), el cual encuentra un diario de 'convivencia con la enfermedad', escrito por una chica cuya esperanza de vida es drásticamente reducida por el padecimiento de una dolencia en el páncreas y que es todo lo contrario, el polo opuesto, del protagonista en cuanto a personalidad y manera de vivir (Sakura Yamauchi). La dirección de Shin'ichirô Ushijima, basándose en la novela de Yoru Sumino, está bien ejecutada teniendo en cuenta el ritmo que debe tener una película tan cargada de sentimientos melodramáticos, con una narración lenta y algo espesa que puede alargarse demasiado teniendo en cuenta que el espectador va a conocer desde el planteamiento el cómo se van a desarrollar los hechos, ya que resulta algo predecible, incluyendo el giro argumental que se augura mediante diálogos en segundo plano desde muy tempranos momentos de la cinta. La animación es bastante bonita (me ha gustado especialmente la empleada en la escena de los fuegos artificiales) que acompaña muy bien los fondos en los que se sumergen los protagonistas. Exceptuando los personajes principales, todos los demás son perfectamente prescindibles siendo su aportación a la trama una inutilidad, haciendo mucho hincapié en Kyoko que lo único que hace es dar rabia y provocar el deseo de cruzarle la cara de un guantazo. Hacía tiempo que no veía en pantalla un personaje tan insoportable. El mensaje, edulcorado hasta más no poder, y básico como sí solo se intenta remarcar con situaciones absolutamente forzadas de sus personajes que rompen un transcurso de la acción apacible para convertirlo en un festival de sentimientos baratos y sensibleros que provocan más aburrimiento que sentimentalismo. La evolución de los personajes, en especial del protagonista, que es la más importante, es tan obvia que termina por cansar tanto por su construcción psicológica como por las situaciones anticlimáticas que crea para tratar de dar más énfasis a una personalidad atormentada por la inclusión inesperada de un tercero en su vida. En fin, que tanto sentimiento aburre, pero puede llegar a gustar a amantes de este género, a mí, no especialmente. (5.5).
12 de noviembre de 2022
12 de noviembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el minuto cero sabes qué va a ser de los personajes pero, como no sabes cómo ni cuándo ocurre, simplemente ves cómo van forjando su relación y creciendo como personas gracias a dicho lazo. Te encariñas de ellos, ríes, empatizas y reflexionas, porque los protagonistas son muy carismáticos. Conoces sus miedos y los ves en sus momentos de vulnerabilidad, se sienten muy reales.
Pero de pronto, sucede inesperadamente lo esperado, por irónico que resulte. Las dos veces que la he visto me ha hecho llorar porque tiene detalles que te rompen. La animación puede parecer sencilla, pero tiene grandes momentos y se nota que todo está hecho a consciencia, al igual que la música.
De todas maneras, para mí, lo que más valor tiene es la historia y la manera en que está escrita. No puedo hacer suficiente énfasis en esto, ya que tanto los diálogos como la narración y el lenguaje no verbal han sido planeados y desarrollados a la perfección.
Pero de pronto, sucede inesperadamente lo esperado, por irónico que resulte. Las dos veces que la he visto me ha hecho llorar porque tiene detalles que te rompen. La animación puede parecer sencilla, pero tiene grandes momentos y se nota que todo está hecho a consciencia, al igual que la música.
De todas maneras, para mí, lo que más valor tiene es la historia y la manera en que está escrita. No puedo hacer suficiente énfasis en esto, ya que tanto los diálogos como la narración y el lenguaje no verbal han sido planeados y desarrollados a la perfección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Detalles que me acaban de romper (porque creo que se nota que adoro esta película):
- La escena en que el protagonista se entera de qué le ha pasado a Sakura. Sus expresiones y en general su reacción, se queda paralizado. Y es que todo parecía ir bien, ni siquiera muere por su enfermedad. Es injusto y sientes impotencia. Después te hundes, porque ella era muy carismática y optimista y graciosa, y por culpa de una sola persona ya no está. La vamos conociendo durante toda la película para perderla en un abrir y cerrar de ojos. Duele muchísimo.
- Los nombres. Están hechos el uno para el otro.
- "¿Ya puedo llorar?". Que pregunte algo así duele. No suele sentirse así, mucho menos en frente de otra gente. Por lo tanto, no está acostumbrado a mostrarse tan vulnerable. Pero tampoco hay otra cosa que pueda hacer, ha perdido a la que probablemente fuera su alma gemela.
Y más, pero creo que ya es suficiente.
- La escena en que el protagonista se entera de qué le ha pasado a Sakura. Sus expresiones y en general su reacción, se queda paralizado. Y es que todo parecía ir bien, ni siquiera muere por su enfermedad. Es injusto y sientes impotencia. Después te hundes, porque ella era muy carismática y optimista y graciosa, y por culpa de una sola persona ya no está. La vamos conociendo durante toda la película para perderla en un abrir y cerrar de ojos. Duele muchísimo.
- Los nombres. Están hechos el uno para el otro.
- "¿Ya puedo llorar?". Que pregunte algo así duele. No suele sentirse así, mucho menos en frente de otra gente. Por lo tanto, no está acostumbrado a mostrarse tan vulnerable. Pero tampoco hay otra cosa que pueda hacer, ha perdido a la que probablemente fuera su alma gemela.
Y más, pero creo que ya es suficiente.
1 de mayo de 2019
1 de mayo de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Shin'ichirô Ushijima, uno de los artificies de esa saga superheróica iniciada con "One Punch Man" en 2015, demuestra buen pulso a la hora de sobrellevar el género con un tono fresco en pos del existencialismo basado en un sentimentalismo afilado cuya punta se clava directamente en nuestro corazón. Sin abandonar de ese humor tan típico del anime japonés, Ushijima ha sabido superar el fandom que arrastraba un relato como el de Sumino, una historia que nació en este océano llamado internet allá por el año 2014 con varias entregas y completada ya en papel en el 2015. En los últimos tres años ha dado origen a un manga, editado en Monthly Action (Futabasha), una película life-action, llamada "Let Me It Your Pancreas" y la susodicha a la que hace referencia esta critica cuya producción se anunció en otoño de 2017.
"I Want To It Your Pancreas" trata de una chica, Sakura, en estado terminal (y macguffin de la trama) que relata sus últimas memorias en un diario que es encontrado por Haruki, un chico de instituto marginado que evita ser sociable, ni siquiera con Haruka. Ambos son compañeros de clase, pero se conocen en el hospital. Sakura le pide salir juntos. Y eso, a Haruki, le descoloca un poco porque él tiene un trabajo a tiempo parcial en la biblioteca, lugar donde las únicas relaciones que tiene son para y con los libros. Así que a partir de este punto de conflicto, nuestro protagonista Haruki Shiga descubrirá el verdadero significado de la vida, a través de los ojos (o más bien, del corazón) de una persona de carne y hueso.
Tras la apariencia canibalista del título "Kimi no suizô wo tabetai" (Aniplex, 2018), título desacertado en toda traducción que se plazca pero en el fondo lleno de profundidad, se esconde un contenido edulcorado con los temas románticas soft/alternative rock y new wave de sumika, banda originaria de Kawasaki. Unas baladas tan bien ejecutadas por todos ellos, sobre todo del vocalista Kenta Kataoka, que pareciera como si la armonía que Ryan Addams poseía en sus cuerdas vocales se apoderase de Kataoka y su banda de postromanticos.
Las películas de anime (si estás acostumbrad@ lo notarás) son puro cliché, llenos de adolescentes irritantes hasta el punto de que un microgesto te llega a sacar una carcajada y alégrate el sombrío día, los personajes están elevados a la cota más alta del esperpento (con gestos faciales muy exagerados: "caras de culpa"). Los relatos japoneses han sabido tocarnos la parte más humana hasta el punto de sofocarnos, asfixiarnos, dejarnos jadeantes durante un buen rato (108 min.) pues la conexión entre sentimientos humanos es algo que trasciende los límites del humor y sino miren lo que Makoto Shinkai hizo en "Kimi no nada (Your Name)". Y no hablo sólo de la parte que le toca como autor, sino también de la atmósfera creada a partir de la banda sonora, de los paisajes sonoros, del diseño animado, etc.
"I Want To It Your Pancreas" trata de una chica, Sakura, en estado terminal (y macguffin de la trama) que relata sus últimas memorias en un diario que es encontrado por Haruki, un chico de instituto marginado que evita ser sociable, ni siquiera con Haruka. Ambos son compañeros de clase, pero se conocen en el hospital. Sakura le pide salir juntos. Y eso, a Haruki, le descoloca un poco porque él tiene un trabajo a tiempo parcial en la biblioteca, lugar donde las únicas relaciones que tiene son para y con los libros. Así que a partir de este punto de conflicto, nuestro protagonista Haruki Shiga descubrirá el verdadero significado de la vida, a través de los ojos (o más bien, del corazón) de una persona de carne y hueso.
Tras la apariencia canibalista del título "Kimi no suizô wo tabetai" (Aniplex, 2018), título desacertado en toda traducción que se plazca pero en el fondo lleno de profundidad, se esconde un contenido edulcorado con los temas románticas soft/alternative rock y new wave de sumika, banda originaria de Kawasaki. Unas baladas tan bien ejecutadas por todos ellos, sobre todo del vocalista Kenta Kataoka, que pareciera como si la armonía que Ryan Addams poseía en sus cuerdas vocales se apoderase de Kataoka y su banda de postromanticos.
Las películas de anime (si estás acostumbrad@ lo notarás) son puro cliché, llenos de adolescentes irritantes hasta el punto de que un microgesto te llega a sacar una carcajada y alégrate el sombrío día, los personajes están elevados a la cota más alta del esperpento (con gestos faciales muy exagerados: "caras de culpa"). Los relatos japoneses han sabido tocarnos la parte más humana hasta el punto de sofocarnos, asfixiarnos, dejarnos jadeantes durante un buen rato (108 min.) pues la conexión entre sentimientos humanos es algo que trasciende los límites del humor y sino miren lo que Makoto Shinkai hizo en "Kimi no nada (Your Name)". Y no hablo sólo de la parte que le toca como autor, sino también de la atmósfera creada a partir de la banda sonora, de los paisajes sonoros, del diseño animado, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo único que tengo que objetar es la muerte de su protagonista, Sakura Yamauchi. En cierto sentido anunciada por Haruki y verbalizada a través de sus palabras cuando hablaba de los atracos y la situación social del barrio, en cierto sentido crítica a lo que supone vivir con la culpa de haber matado a un ser con el que has compartido sus últimos días de vida pues es impredecible.
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