Grandiosa y destornillante serie sobre el día a día de unos empleados en una empresa cualquiera. Pero de currar, nada, en la máquina de café todo el santísimo día contándose sus penas, sus quehaceres e incluso mostrando momentos amorosos.
Los distintos actores lo bordan totalmente, todos los diálogos hacen gracia, los sucesos que ocurren son para cagarse y hay muchas frases célebres que pasarán a la historia.
Resumiendo mucho puedo decir que nunca me entretuve tanto en toda mi vida. Valió la pena esperar cada noche para verla durante la cena. Si aún no la habeis visto, A qué esperais? De visionado obligatorio.

He de reconocer que al principio este programa me parecía una chorrada. Al cabo del tiempo, tras ver algunos programas y algunos cortos sueltos en Internet, me he dado cuenta de que no está tan mal. Tiene sus puntos, aunque hay algunas ideas que están demasiado rebuscadas, como para salir del paso. Afortunadamente, ya solamente lo echan una vez a la semana, con lo que los guionistas tienen más tiempo para pensar unos buenos guiones.

Entre los actores, destaco a MºCarmen ( la Cañizares ) y al Bernardo, los dos considerados "feos" pero que son divertidísimos, sobretodo la primera. Tal vez el que menos gracia me hace es Arturo Valls, resultando su personaje hasta despreciable. Algunas de las conversaciones pueden ser normales en una máquina del café y simplemente quieren que nos ríamos de nosotros mismos, de lo absurdos que podemos ser a veces. También son divertidos los gags de entremedio en donde sale un vaso de café y algún pequeño gag ( que salen caramelos en vez de leche, que sale un submarinista del café, que se derrama todo, que se funde el vaso, etc ).

Lo mejor es que cada vez meten a más trabajadores y así no se hace tan monótono. En total, un 6'5.

Una serie de algo muy sencillo. Sí de acuerdo de una chorrada. Una máquina expendedora de trabajo, una oficina de trabajo cualquiera. ¿que dirían si hablasen estas máquinas en la mayoría de sitios?

Situaciones absurdas, situaciones de todo tipo pero ante todo situaciones cómicas. Más que una serie como un nexo a seguir era un conjunto de sketches.

Buenos momentos y buenas risas tuve con Arturo Valls y compañía delante de la máquina de café.

La cámara es una de esas expendedoras de café y el lugar el pasillo de una oficina. Con los más variopintos personajes se barajan diferentes situaciones en que su mayor valor radica en que los actores a cámara fija y sin demasiado atrezo de apoyo con sus interpretaciones y diálogos llevan todo el peso del guión resultando en ocasiones muy entretenida. Casi parece que se toma más café que se trabaja. ¿Serán funcionarios?. Creo que no.

Inolvidable serie compuesta por pequeños cortos que aprovechó un reducido espacio para explotar al máximo sus planteamientos de crítica y parodia de las relaciones laborales a todos los niveles: el jefe con su mala leche (pero en ocasiones un poco bipolar) y sus empleados, el chuleta, la mujer pija y despampanante, el (y la) friki... En cada corto intervenían por lo general dos personajes que interactuaban y se contaban sus historias y tribulaciones, reflejándonos en muchas de ellas.

Entre los actores, asistimos a uno de los mejores trabajos de Arturo Valls y muchos descubrimos también a Cesar Sarachu. Su papel de Bernardo es sencillamente soberbio y sus escenas de "tensión sexual no resuelta" con Mari Carmen (Esperanza Pedreño) son de las más efectivas de la serie. Posteriormente se incorporaron algunos nuevos personajes que supusieron cierto aire fresco para la serie. Sin embargo, su última temporada experimentó cierto agotamiento y eso siempre es negativo. A veces es mejor cerrar un poco antes.