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Armageddon

Ciencia ficción. Fantástico. Drama. Acción. Romance Un asteroide del tamaño del estado de Tejas apunta directamente hacia la Tierra. Los expertos de la NASA tan sólo encuentran una posible solución: enviar a un equipo de astronautas al espacio para que destruya el meteorito antes de que colisione con nuestro planeta. Para ello recurren a Harry S. Stamper, el mayor experto en perforaciones petrolíferas, y a su cualificado equipo de perforadores, para que aterricen en la superficie del ... [+]
Críticas 172
Críticas ordenadas por utilidad
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5
4 de septiembre de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra Gran Película Americana: sin guión, sin actuaciones que merezcan ese nombre, pero con mucha salsa: los actores guapos de moda, explosiones, efectos especiales a tutiplén... Por supuesto (es que me tengo que reír) es otra peli de "ciencia ficción" sin ningún rigor científico (la forma de que tienen de "navegar" por el espacio haría llorar a cualquier pobre becario del JPL).

Aun así es un buen espectáculo palomitero, ¿Quién se niega a ver de vez en cuando una Gran Caca Americana bien pertrechado en el sofá con un cubo de palomitas king size? Yo no. Me gusta ver obras maestras, pero también echar unas risas con un buen pestiño.

Y qué guapa Liv Tyler, madrelamorhermoso.
7
2 de diciembre de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el aspecto bueno lo tiene todo para ser altamente disfrutable, tiene actores de primer nivel, tiene una buena musica, tiene buenas escenas de acción, esta bien rodada, es en varios momentos emotivos, divertidos, vamos un cine altamente disfrutable en el cine, una de las taquilleras de cualquier verano.
En el aspecto malo, es una americanada en toda su esencia, banderas en todas partes, propaganda y propaganda, es verdad que el cine de Michael Bay es así y no engaña a nadie, considerando todo esto, esta es mi nota. Un placer.
4
3 de febrero de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haciendo un esfuerzo de memoria (cinematográfica), cuando Hollywood pone el ojo en un tema suelen salir películas alrededor de él con distintos actores, distintas tramas y distintas intenciones. Títulos acertados (y no tanto) que en muchas ocasiones acaban convirtiéndose en carne del olvido más merecido precisamente por la simple razón de competir a ver quien supera a quien pero a poco que uno las analice se da cuenta que acaban siendo casi fotocopias las unas de las otras. Pero hubo un tiempo, sobre todo en los 90, que la osadía y el duelo iban de dos en dos. Es decir, sobre una misma cosa solían sacar dos filmes que se convertían en lucha directa por ver quién recaudaba más, centrando la atención en el caudal de efectos y explosiones y dejando a un lado, por desgracia, la trama o guión, que es a fin de cuentas lo que hace que una película tenga calidad o no. Lógicamente quien lograba estrenar primero jugaba con ventaja. 1998 fue el año de los meteoritos y la batalla estaba entre la aburrida (y perfectamente olvidable) “Deep impact” y la adrenalínica (pero igual de vacía) “Armageddon”.

Michael Bay siempre ha sido un director de constantes fijas. Desde que se presentó al mundo con “Dos policías rebeldes”, a mitades de la década de los noventa, su cine se ha basado siempre en un formato muy característico que sin fallarse a sí mismo se ha convertido en una seña de identidad y en un adjetivo para el propio cine. A medida que ha ido estrenando películas, Bay no ha fallado en ningún momento a su idiosincrasia particular donde una explosión resume lo que otros preferirían utilizar diálogo. En esta ocasión, amparándose en una referencia bíblica, sigue manteniéndose en sus 13 para dar rienda suelta a todo tipo de pirotecnias y cabriolas ya no sólo en la tierra sino fuera de ella (años después vendrían los Transformers de Hasbro para darse cuenta que aunque se pueda estancar en lo visual su ambición no tiene límites). La película que aquí se nos presenta siempre ha sido pasto del cine blockbuster con la única intención de servir al espectador una dosis ingente de efectos especiales realmente espectaculares, una trama emotiva (y bastante sentimentaloide) y siempre al servicio del sello distintivo “Made in America” que tanto le gusta enarbolar al director mientras que con una mano agita la bandera con la otra detona toda la artillería pesada.

Puede decirse que “Armageddon” fue un antes y un después para el propio Bay. Tan sólo hay que seguir un poco la filmografía del director para darse cuenta que el germen de lo que ha deparado su cine se encuentra encerrado en este meteorito mastodóntico. Esa espectacularidad por destruir todo a su paso, esa sobredimensión de la épica del héroe anónimo y esas ganas de hacer volar todo por los aires a ritmo de explosiones machaconas, todo eso que define al hombre que ansía detonar un efecto dominó en todos y cada uno de sus planos partió de aquí. La constante cámara lenta hipertrofiada que sirve para convertir a sus películas en la más grande epopeya del cine contemporáneo, donde el presupuesto de cada nueva propuesta está acorde con todo el circo que ofrece iba perfilándose como una de las constantes de sus odiseas. En este caso subrayándolo todo con una solemnidad muy marcada para colocar a la humanidad en una posición de desamparo absoluto ante una amenaza mayor. Un cine que intentaba ser mucho más emocional que racional pues de esta forma, si uno analizaba fríamente el guión podría pasar por alto cualquier error o desperfecto pues todo cuanto contemplamos está al servicio de salvar al planeta y a sus habitantes. Pero como suele decir el dicho: por mucho que la mona se vista de seda mona se queda. Por mucho que se le quiera dar cierta sofisticación y dramatismo romántico no deja de ser un filme vacío de contenido y cargado de un exceso que poco arreglo tiene.

Muchos dicen que este tipo de cine es mejor verlo con el piloto del todo vale, analizarlo críticamente es hacerle daño. Pero me cuesta admitir esa teoría como válida. Una película debe tener validez por sí misma, no necesita que yo sea permisivo para poder disfrutarla. Y es que darle el visto bueno simplemente porque es un espectáculo visual apasionante es hacerle un flaco favor porque todo, hasta lo más moderno acaba teniendo fecha de caducidad. Aún así, también hace falta reseñar que se ha quedado desfasada. Estamos ante una historia trillada, aburrida, pasada de vueltas (y no me refiero a los distintos momentos donde se puede ver los resultados de los impactos de meteoritos en distintos lugares de la tierra). Es por la sencilla razón de que a pesar de intentar ser una especie de drama de facturación cara todo está al servicio del porqué sí aunado además de una colección de personajes que poco ayudan y todos están al servicio del postureo rural que tanto le gusta emplear a Bay en sus películas para dar cabida a lo que él considera un héroe que disfruta siéndolo porque sirve a su país y ante todo lo hace porque debe hacerlo.

- continúa en spoiler -
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spoiler:
Es cierto que nos encontramos con el clásico cine de verano, ese que suele estar ideado y creado para hacer más soportable el calor pegajoso del estío. Sin ir más lejos fue la segunda película más taquillera de 1998 en Estados Unidos sólo superada por “Salvar al soldado Ryan” (Steven Spielberg). El ser cine para los meses de sol y playa le hace ser más escueto en rigurosidad y más espléndido en espectacularidad. Pero incluso Bay, en ciertos instantes, se pone serio como si intentase que el drama, la solemnidad, la rigurosidad pudieran tener cabida y ser el ejemplo de que no sólo piensa en prender la mecha. Pero la silla de director calmo le queda justa y no puede evitar ser quien es. Tanto que ese rollo yankee, lógico por otra parte, le puede y le domina. De ahí que sus héroes no pueden evitar caminar a cámara lenta como si nada ni nadie pudiera vencerlos. Son anónimos convertidos en superhéroes que no necesitan ni capa ni poderes. Si encima van comandados por Bruce Willis y la flor y nata del cine de acción de los 90 el público se tragará la píldora sin pestañear y quizás dando las gracias.

Aún y así puedo llegar a entenderlo. Cada uno barre para su casa y en cine mainstream de este calibre no hay cabida para nada más que no sea épica y está claro que el héroe del cine de acción no era otro que Willis, alguien que llegó a ser un actor cool metido a hombre comprometido con la causa. Su pose, su mirada, sus gestos, su porte y su hombría daban la talla para enfrentarse a lo que fuera, en este caso, un meteorito del tamaño de Tejas. Incluso uno puede llegar a sentir simpatía, empatía y compadreo con este personaje que tiene una siderurgia y que para salvar al planeta decide reunir a su tropa para darle finiquito a algo que ha decidido acabar con nosotros. Y si algo ha defendido el cine de Hollywood es que nada puede quedar impune si pretende destruirnos. Pero teniendo eso presente, nos encontramos con una colección de estereotipos, clichés y chascarrillos baratos que a día de hoy no producen risa sino bochorno. Si encima le calzamos un final que pretende arrancar la lágrima de aquel que esté despistado todo rezuma aburrimiento para algo que se supone debía captar la atención. Y si bien es cierto que las cuatro escenas marcadas logran su propósito al demostrar la pericia del equipo técnico no sirven como salvavidas de este título pasado de moda y que hay que ser muy benévolo como para aprobarlo.

https://claquetadebitacora.wordpress.com/2018/02/04/critica-armageddon-michael-bay-1998-el-meteorito-vacuo/
3
17 de noviembre de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra americanada mas "made in Michael Bay", acción, explosiones, guión pésimo, tiene un gran reparto, pero no es suficiente.

Lo mas destacable la banda sonora a cargo de Aerosmith.
3
23 de febrero de 2021 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si durante el verano de 1.998, esta era una de las mejores apuestas en la cartelera... En fin. Un sinsentido trepidante de acción sin destino, con Bruce Willis acomodado en ese tipo de papeles que tan bien acometía, o acomete. Un jovencillo Ben Affleck, comenzando a construir su carrera, por cierto, brillante carrera posterior.

Su frenético ritmo hace que el consumidor mas entregado a estos entretenimientos visuales, no piense... Bueno, habitualmente no dedica su tiempo a pensar. Para el resto, decirle que la nota media global no alcanza el seis; lo que me lleva a pensar que hay mucho "hamburguesero" votando.

Hace casi 23 años de su estreno y a la hora de escribir mi comentario, pienso, no creo que aporte mucho a la página.
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