Truman
7.0
30,080
5 de marzo de 2016
5 de marzo de 2016
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La peli va de un tipo con cáncer que decide suicidarse (no es spoiler, que tampoco cuento nada que no se sepa muy al comienzo de la película). Entonces viene un amigo para intentar convencerlo de que no lo haga, y si no lo logra, al menos pasar unos últimos días con él. A partir de ahí, se van dando ramalazos de la vida del enfermo, la mayoría de ellos sin pena, ni gloria, ni nada extraordinario que aportar.
Habrá quien vea en la decisión del enfermo todo un acto de valentía, de no querer ser una carga para los demás. Otros verán un acto de cobardía, de no querer sufrir, ni verse mermado. Yo lo que veo es que sin ser habitual, tampoco es extraordinario. Anda que no hay casos de gente que se quita de en medio cuando ven que no hay salida, y probablemente con mejores historias vitales que la de este tipo, y no se hace de ellos una película. Porque esa es otra: me pregunto si el tío hubiese sido inspector de hacienda en lugar de actor, si los propios actores le hubiesen dado tanta cera a la película.
Habrá quienes vean un gran acto de solidaridad y amistad en el personaje de Cámara. Yo lo que veo es un tontainas del que el otro se aprovecha. Que una cosa es ver a un viejo amigo, y otra que te dé sablazos a cada paso.
En general el drama se deja ver, pero no aporta nada. Quizás haya hecho reflexionar a quienes nunca se hayan parado a pensar sobre la insoportable levedad del ser, y hayan descubierto ahora que hay gente que asume la muerte con racionalidad. Posiblemente cuando han oído una noticia en la tele de que un señor de 80 años ha matado a su esposa de 76 años y luego se ha quitado la vida, nunca pensaron en la posibilidad de que ella no pudiera valerse por si misma, y el hombre, viendo que él ya no podía ayudarla por su avanzada edad, decidió que lo mejor para ambos era dejar de sufrir. No hacen falta ficciones para plantearse estos temas.
Habrá quien vea en la decisión del enfermo todo un acto de valentía, de no querer ser una carga para los demás. Otros verán un acto de cobardía, de no querer sufrir, ni verse mermado. Yo lo que veo es que sin ser habitual, tampoco es extraordinario. Anda que no hay casos de gente que se quita de en medio cuando ven que no hay salida, y probablemente con mejores historias vitales que la de este tipo, y no se hace de ellos una película. Porque esa es otra: me pregunto si el tío hubiese sido inspector de hacienda en lugar de actor, si los propios actores le hubiesen dado tanta cera a la película.
Habrá quienes vean un gran acto de solidaridad y amistad en el personaje de Cámara. Yo lo que veo es un tontainas del que el otro se aprovecha. Que una cosa es ver a un viejo amigo, y otra que te dé sablazos a cada paso.
En general el drama se deja ver, pero no aporta nada. Quizás haya hecho reflexionar a quienes nunca se hayan parado a pensar sobre la insoportable levedad del ser, y hayan descubierto ahora que hay gente que asume la muerte con racionalidad. Posiblemente cuando han oído una noticia en la tele de que un señor de 80 años ha matado a su esposa de 76 años y luego se ha quitado la vida, nunca pensaron en la posibilidad de que ella no pudiera valerse por si misma, y el hombre, viendo que él ya no podía ayudarla por su avanzada edad, decidió que lo mejor para ambos era dejar de sufrir. No hacen falta ficciones para plantearse estos temas.
18 de noviembre de 2017
18 de noviembre de 2017
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bonita y alegre no creo que nadie piense que es "Truman" pues su argumento giro sobre un enfermo terminal de cáncer que quiere vivir sus últimos días sin someterse a tratamiento médico alguno para no alargar la cosa inútilmente. Sea como fuere, lo cierto es que Cesc Gay es un director que anda con pies de plomo, lento pero seguro, de tal modo que te vas a encontrar trabajos bien estructurados, maduros, lógicos argumentalmente, sin florituras, ni idas de olla (SPOILER). Después de la aceptable "En la ciudad" (2003) y la interesante "Una pistola en cada mano" (2012), entre otras, nos llega "Truman", que pese a sus defectos creo que se deja ver por su tono serio e intención. Eso sí, me parece excesiva la nota media, las críticas de los especialistas, es de las primeras veces que todas, y hay más de veinte, tienen un punto verde positivo, e incluso los muchos premios, incluidos los cinco Goyas, además en las categorías principales, mejor película, director, actor principal, secundario y guión. Claro que viendo las candidatas a lo mejor hasta es justo que se los lleve.
Pese a todo y a su apariencia intensa, "Truman" es una obra menor, alicorta y poco ambiciosa. Realmente no plantea ningún dilema moral, ni te hace reflexionar y apenas sentir algo especial por ese tono monocorde cotidiano que imprime Gay al largometraje. Aquí uno echa en falta que alguien se rompa, especialmente Julián (Ricardo Darín), pero no, la contención nunca se pierde por lo que el relato termina siendo frío. Dicho esto, la propia pareja no me convence para nada. Si lo pensamos Tomás (Javier Cámara) no aporta absolutamente nada, sólo un recurso para hacer más fácil la narración. Ni siquiera hay momentos en los que esa amistad cobre cuerpo por medio de recuerdos, confidencias o momentos especiales. Creo que "Truman" hubiera funcionado muchísimo mejor dejando la trama en la amistad entre Julián y su mascota, que por algo se supone que es el protagonista, según el título. Esta relación ente hombre y animal es una filón para la emotividad y la humanización que Gay elimina por completo convirtiendo a Truman en un simple perro que pasaba por ahí.
Pese a todo y a su apariencia intensa, "Truman" es una obra menor, alicorta y poco ambiciosa. Realmente no plantea ningún dilema moral, ni te hace reflexionar y apenas sentir algo especial por ese tono monocorde cotidiano que imprime Gay al largometraje. Aquí uno echa en falta que alguien se rompa, especialmente Julián (Ricardo Darín), pero no, la contención nunca se pierde por lo que el relato termina siendo frío. Dicho esto, la propia pareja no me convence para nada. Si lo pensamos Tomás (Javier Cámara) no aporta absolutamente nada, sólo un recurso para hacer más fácil la narración. Ni siquiera hay momentos en los que esa amistad cobre cuerpo por medio de recuerdos, confidencias o momentos especiales. Creo que "Truman" hubiera funcionado muchísimo mejor dejando la trama en la amistad entre Julián y su mascota, que por algo se supone que es el protagonista, según el título. Esta relación ente hombre y animal es una filón para la emotividad y la humanización que Gay elimina por completo convirtiendo a Truman en un simple perro que pasaba por ahí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aunque aquí la escena de sexo es más bien absurda y fuera de lugar. Eso sí, se ve que eso de ponerle los cuernos a la parienta que está en Canadá pues está muy bien, no hay que reprocharse nada que para eso somos todos muy progres. Al final los de izquierdas se delatan solos.
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Truman está compuesta de 100 minutos de materia de obra maestra y 3 de una escena mal encajada que, al menos a mí, me rompió ese tono de dulce desencuentro entre lo cómico y lo trágico que tan hábilmente se mantiene durante toda la película. Sin rozar siquiera ninguno de los tópicos del drama de la vida con fecha de caducidad y la pérdida de un ser querido, consigue que dos actores en estado de gracia digan más con sus gestos y sus silencios que con sus palabras, a pesar de que el brío e ingenio de los diálogos a veces recuerda la brillantez de Billy Wilder. Es una lástima que Cesc Gay no se haya dado cuenta, antes del montaje, que una sola escena puede ser como la guinda caída de un sabroso pastel. Aun así es una cinta refrescante, inteligente, emotiva y divertida a la vez, que merece, sin duda alguna ser vista.
3 de noviembre de 2015
3 de noviembre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que sea mala película, pero es que estaban dadas las condiciones para ser un peliculón: con un tema durísimo, actorazos (bueno, Javier Cámara.... ejém...) y presupuesto, pero no creo que aproveche apenas semejante potencial. No todo puede pasar por la mirada de Darín, no es el comodín que te resuelve todo.
Hay tema y potencial para dejarnos convulsionados, destrozados, por toda una licuadora de emociones, pero no. Pareciera que el tabú de la temática también le ha pesado al equipo artístico. Una pena.
Hay tema y potencial para dejarnos convulsionados, destrozados, por toda una licuadora de emociones, pero no. Pareciera que el tabú de la temática también le ha pesado al equipo artístico. Una pena.
14 de noviembre de 2015
14 de noviembre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cineasta catalán Cesc Gay nos deja una modesta maravilla sobre la amistad y la muerte, las relaciones humanas y como encarar nuestros últimos días.
Gay siempre se ha caracterizado por un cine modesto, con voz propia en el panorama nacional y encarando como temática central las relaciones humanas en la mayoría de sus filmes, diseccionando los carácteres únicos de cada uno.
En Truman el director catalán se vuelve más accesible pero manteniendo sus excelentes improntas y volviendo a realizar un relato lleno de verdad, honestidad y modestia.
Cámara vuelve a Madrid para visitar a su amigo enfermo Julián (Ricardo Darín); durante cuatro días le acompañará y será testigo de la manera de encarar sus últimos momentos de vida y de ordenar asuntos pendientes.
Aunque su trama puede llevar a la lacrimogenia fácilmente, Gay mantiene una mirada cercana e inteligente que aleja el melodramatismo excesivo; siendo un filme de realista forma y sin aspamientos estéticos, lo cual la dota de una verdad magistral.
El sentido del humor, la emoción, su inteligencia y sobretodo la entrega de los dos intérpretes protagonistas le brindan a Truman (así se llama el perro que acompaña a Darín) el honor de ser una de las películas más memorables de nuestro cine en los últimos años, gracias a su modestia, talento y honestidad.
El Crítico Inquilino
Gay siempre se ha caracterizado por un cine modesto, con voz propia en el panorama nacional y encarando como temática central las relaciones humanas en la mayoría de sus filmes, diseccionando los carácteres únicos de cada uno.
En Truman el director catalán se vuelve más accesible pero manteniendo sus excelentes improntas y volviendo a realizar un relato lleno de verdad, honestidad y modestia.
Cámara vuelve a Madrid para visitar a su amigo enfermo Julián (Ricardo Darín); durante cuatro días le acompañará y será testigo de la manera de encarar sus últimos momentos de vida y de ordenar asuntos pendientes.
Aunque su trama puede llevar a la lacrimogenia fácilmente, Gay mantiene una mirada cercana e inteligente que aleja el melodramatismo excesivo; siendo un filme de realista forma y sin aspamientos estéticos, lo cual la dota de una verdad magistral.
El sentido del humor, la emoción, su inteligencia y sobretodo la entrega de los dos intérpretes protagonistas le brindan a Truman (así se llama el perro que acompaña a Darín) el honor de ser una de las películas más memorables de nuestro cine en los últimos años, gracias a su modestia, talento y honestidad.
El Crítico Inquilino
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