James Cameron y Arnold Schwarzenegger se aliaron una vez más para entregarnos esta obra maestra del entretenimiento, realmente vitaminada y adrenalítica (y tan efectiva y divertida que más que entretenerte te acaba encantando), que supone ser también una de las mejores películas del ahora gobernador Arnold Schwarzenegger.

La película empieza genial, casi perfecta, y logra mantener ese nivel durante toda la trama, sin ninguna excepción.
Es tan violenta y frenética como irónica y divertida; así pues es una inteligente comedia de acción, que posee algunos de los momentos de acción más graciosos que se recuerdan (la gran escapada del inicio de la película y la secuencia final) y que tiene el gran detalle de mantener los niveles tanto de acción como de humor igualados en todo momento.

Y desde luego, Schwarzenegger está genial, así como Jamie Lee Curtis, quién protagoniza uno de los stripteases más divertidos y recordados.

Imposible no recomendarla.

Tampoco es que sea una referencia dentro del cine de acción, pero para pasar la tarde está más que bien. Realmente entretenida, con mucha acción y dosis de comedia realmente sorprendentes, porque ¿quién lo iba a decir? El Governator hizo que se me escapase alguna que otra sonrisa. El argumento es aceptable (sorprendente en una película de acción de Schwarzenegger) y Jamie Lee Curtis está genial. Un 6 bien merecido.

Súper eficaz comedia de acción que entretiene de principio a fin con su historia de agentes encubiertos que trabajan para la seguridad nacional por un lado, y no menos interesante en su profundidad donde encontramos un ejercicio reflexivo sobre los dobleces y las mentiras en el matrimonio.

Es una película exageradamente licenciosa en su trama, pero ello es positivo porque nos encontramos ante un producto destinado al entretenimiento masivo, repleto de pirotecnia y efectos visuales muy bien manejados como James Cameron sabe utilizar.

Pero no todo queda en lo estético y en las virtudes propias del vértigo que destila el filme en sus impactantes secuencias. También la cinta aprovecha de la experiencia y la solvencia histriónica de Arnold Schwarzenegger en su protagónico, que también se complementa bien con Jamie Lee Curtis desplegando las dos caras de un mismo personaje. No menos efectivo resulta el aporte cómico de Tom Arnold y Bill Paxton, cuyos personajes son los que más jocosidad brindan al relato.

Y como si fuera poco, en este filme que supuestamente se dedica sólo a la acción con toques humorísticos, hay detrás a manera de trasfondo discursivo una interesante cuota reflexiva sobre la infidelidad, las mentiras, la falta de confianza, el poco tiempo compartido, la baja autoestima, la necesidad de aventura y la rutinaria monotonía dentro del matrimonio.
Un trabajo que busca en todo momento dejar el mensaje de que con la verdad se puede reconstruir la unidad familiar venciendo los problemas que la quiebran.

Un producto que tiene un aprobado alto, tanto desde su cuota de entretenimiento como desde su estudio crítico inserto en el fondo.

Nunca tantos despropósitos y tal derroche de increíbles barbaridades me habían resultado tan entretenidos. La peli es una parida como la copa de un pino, y mientras uno la está viendo, es imposible dar crédito a todo lo que allí está pasando, pero, joder, qué buen rato se pasa.

Normalmente, una película en la que pasan cosas tan flipadas como el hecho de que una ametralladora se caiga por unas escaleras con tan buena fortuna que le da de lleno a todos los malos, me habría hecho tirarme de los pelos. Pero qué quieren que les diga, en este contexto de sinsentidos, la cosa tiene su gracia.

Mención aparte merece la metamorfosis experimentada por Jamie Lee Curtis... madre mía, qué capacidad camaleónica la de esa mujer, cuánto potencial oculto, cuánta exuberancia escondida bajo modestos y amorfos ropajes... ella es la verdadera bomba de la película, amigos. Y lo digo sin ser hombre; me figuro que para ellos, la escenita del baile tiene que haber sido algo así como una revelación (también para Arnold, si hasta se le cae la grabadora al suelo al pobre...).

En este caso, vaya por delante el entretenimiento para puntuar: se gana un 7 como una casa, porque me ha tenido pegadita a mi asiento todo el rato, y eso que tenía ganas de hacer pis.

True Lies..hasta el título original es genial...sin olvidar,hay que ser objetivos,que está basada en un clasico francés.

Todavía la recuerdo en el cine..lo más impactante que yo he vivido en una butaca..tanto por las escenas de acción,perfectas,como por sus diálogos,perfectos,y su trama,combinación perfecta de acción,comedia y romance.

El film ya comienza con clase..y con contundencia...perfecto castillo que envuelve una fiesta de ricos,donde el héroe(nada tópico) hace de las suyas en plan superespía: es capaz de robar archivos con la misma facilidad que usa un estático, a propósito, tango con la mala, y perfecta seductora, Carrere para escapar de los secuaces..y cómo escapa!..por la puerta grande,a lo grande..

A partir de ahí,cada escena se hace inolvidable(algo que en el cine de hoy ya no consigo descubrir).Pero para mí lo mas meritorio de Cameron es como reparte a partes iguales tiros con besos,gadgets con mentiras,persecuciones de caballos y motos con miradas acusadoras y todo esto sin darse importancia...sin sobreactuaciones(perfecta Curtis,perfecto Paxton,perfecto Arnold)o efectos visuales innecesarios de pega..No se trata de demostrar lo que el producto vale,que aprendan Bay o Emmerich...

Y el final,apoteósico...sin límites.Con elegancia y a la vez con gracia...que difícil juntar ambas.

No soy imparcial..es cierto.Pero no respetar al menos esta película es no entender de cine.Es no querer ver lo que se ve.Una cinta trepidante,sofisticada,hilarante,espectacular y hasta entrañable.

Ojalá hubiera habido segunda parte.No hay otra igual..creo que no lo he dicho:perfecta.