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La batalla de las colinas del whisky

Western. Comedia En el otoño de 1867, en la ciudad de Denver se plantea un grave problema: no les queda whisky para poder pasar el largo y crudo invierno. Preparan entonces un plan para traer un gran cargamento de bebida a la ciudad. El coronel Thadeus Gearhart (Burt Lancaster) es el encargado de custodiar la preciada mercancía frente a los indios sioux, que quieren arrebatársela. (FILMAFFINITY)
Críticas 15
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8
13 de mayo de 2010 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay gente que opina que el humor y el western son incompatibles. Yo estoy de acuerdo casi totalmente, esta película es la excepción.

Un cargamento de whisky es el objeto del deseo de casi todos los que intervienen en la película: los indios, los habitantes de Denver que lo esperan como agua de mayo antes de que venga el invierno, las señoras de la liga antialcohol que lo quieren interceptar. Para complicar la cosa, los carreteros exigen mejoras laborales. Y en medio de todos, un grupo de soldados intentando que el asunto no se desmande.

Me resulta un poco larga, pero se lo perdono por lo que me río durante gran parte de la película. Sobre todo cuando los soldados regresan al fuerte y creen que se ha armado la gorda.

No es mi favorita de John Sturges, pero le agradezco que se lanzara a este experimento sin burlarse de nadie, porque las risas son a causa de todo bicho viviente. Y me encanta la elección de Burt Lancaster y Lee Remick.
5
23 de noviembre de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal y como apunta la mayoría, yo también coincido al observar que sumar más de dos horas en cualquier película es demasiado cuando lo que se quiere contar ciertamente no es para tanto. Ese exceso de metraje para la mayoría es algo que se puede pasar por alto si se consigue el efecto necesario, y sanísimo, que es divertirse gracias a la historia de unos barriles de whisky. Si por desgracia, como me ha sucedido a mí, el punto de humor constante que tiene esta película no acaba de ser afín a los gustos personales, esas más de dos horas y media acaban siendo un defecto considerable porque aparece el aburrimiento inevitablemente. Una comedia de la mitad de duración puede tener mayor peso, mayor reconocimiento.

Por otro lado, no considero que ningún género deba ser obligadamente purista, el western es, desde que el cine es cine, de una manera muy determinada y para mí este tipo de desviación es bien recibida. Hay militares, hay indios, tiros, galopes, gente dura y escenas de acción bien rodadas, la firma de Sturges no es una firma cualquiera, y sin embargo desde el inicio la película se nos presenta esencialmente como una comedia. Con un humor nada afín a mí, qué le vamos a hacer, pero como resulta que las del oeste me gustan y las ortodoxias me resbalan, la compensación merecía la pena a priori.

Rescato y me quedo con Lancaster, poderoso siempre encarnando a todo tipo de personajes, haciendo de rufián cuando toca, de presidiario, de matón, de personaje típico del western y como aquí, de militar atípico del western. La música, cuando una película se hace larga, lamentablemente acaba siendo pesada, como este caso, con una melodía que se repite en exceso. El personaje de Lee Remick es para mí odioso mientras que los indios son geniales... En fin, tiene cosas buenas pero no encaja con lo que busco, no creo que vuelva a verla nunca, las comedias familiares no van conmigo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sorprende que tras más de dos horas y media, con tiros por todos los frentes, amenazas y tensión, acabe la película con el mismo saldo de fallecidos que al inicio. Ni un militar, ni un indio, ni un colono, ni una mujer muere...
6
31 de marzo de 2018 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchas veces es mejor quedarse con los recuerdos de la infancia, vi por primera vez "La batalla de las colinas del whisky" con nueve o diez años y aficionado como era ya a los westerns se convirtió rápidamente en una de mis películas preferidas, vista ahora con el paso de los años es evidente que la impresión no es la misma, aún así sigue siendo un divertido western, un poco largo quizás, pero con una excelente música a cargo de Elmer Berstein y un grupo de actores y actrices en estados de gracia, empezando por Burt Lancaster, un excelente actor del Hollywood clásico capaz también de interpretar magistralmente personajes cómicos, pasando por Donald Pleseance, Lee Remick, Jim Hutton o terminando con Martin Landau haciendo de ¡indio!, todos absolutamente geniales. A pesar de que el western es un género poco propicio para las comedias "La batalla de las colinas del whisky" es una buena película llena de parodias sobre el ejercito, las ligas femeninas, los indios o los mineros, una película que ya no está entre mis preferidas pero que sigo recomendando para ver en familia.
7
19 de abril de 2008
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película hay algo que no termina de convencerme, no se si son los personajes un poco patéticos.... pero lo cierto es que guarda escenas divertidas... como la del oráculo, y a Burt Lancaster le viene bien este tipo de papeles, rudos y divertidos.

A John Sturges se le va de las manos el metraje, demasiado largo para poca historia, la música de Elmer Berstein me pareció lo mejor. Por lo tanto, es una pelícua demasiado larga, que se puede ver perfectamente y de hecho algunas escenas son divertidas de verdad.
7
6 de julio de 2010 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El western siempre se ha considerado como un género cinematográfico pero a lo mejor debería considerarse como una ambientación, un set en el que se han encontrado multitud de géneros distintos. Y si no es así que alguién me diga qué tienen en común películas como esta y Centauros del desierto; o El bueno, el feo y el malo y Horizontes de Grandeza.
En el caso que nos ocupa tenemos un claro ejemplo de comedia ambientada en el Oeste, un caso más bien raro en aquel mundo de hombres duros que favoreció siempre más a los dramas. Cogiendo los estereotipos del oeste, un pequeño pueblo lleno de mineros, un fuerte con bravos chaquetas azules y una tribu de intrépidos indios, John Sturges consiguió realizar una película que se ríe de gran parte de los tópicos que había dado el género y que se muestra como un relato fresco y entretenido que te hace pasar un buen rato. Tampoco consigue mucho más, puesto que el humor es un poco sencillo e infantil, pero para mi ya es suficiente.
Recuerdo que cuando la vi de pequeño me reí muchísimo, ahora la he vuelto a ver y me ha gustado menos pero incluso ahora reconozco que tiene escenas realmente ingeniosas y memorables. Mención aparte merece la banda sonora de Elmer Bernstein, genial como siempre, que es una de las grandes bazas de esta película.
En resumen, una película digna de verse y saborearse y que yo recomiendo especialmente para el público infantil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Escenas más memorables:
- La carrera de carros llenos de champán.
- Cuando los barriles de whisky empiezan a salir de las aguas del pantano.
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