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Un día en Nueva York

Musical. Comedia Tres marineros disfrutan de un alegre, romántico y musical día de permiso. Donen y Kelly ruedan su ópera prima, en la que, por primera vez en la historia del cine, las cámaras abandonan los platós y los decorados interiores para salir a las calles a rodar los bailes de estos tres vitalistas marineros. (FILMAFFINITY)
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8
27 de febrero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un día en Nueva York de Stanley Donen y Gene Kelly es una comedia musical basado en 3 marineros que aprovechan al máximo un día de permiso para conocer la ciudad de Nueva York. Dirigida con un ritmo desenfrenado y con el estilo habitual y movido de los musicales de los directores, es una obra arrolladora en sus ritmos y coreografías bien trabajadas por no decir excepcionales que se quedan para siempre en la retina del espectador, al igual que el resto de musicales en los que participe Gene Kelly, concluyendo un hermoso y sorprendente film que deja al público boquiabierto todo el rato con sus bailes, canciones y simpáticas interpretaciones de unos actores míticos y muy respetados en el panorama musical.
La fotografía en color está repleta de detalles inspiradores y coloridos y tiene la particularidad de ser la primera rodada en exteriores, siendo por tanto una labor vistosa y espléndida que encantará al público. La música es de lo mejor del film gracias a sus sonidos rítmicos y espectaculares que llaman la atención del público con sus arrolladoras canciones que agradan y emocionan según el momento del film, logrando una irresistible tarea para deleite del espectador. Los planos y movimientos de cámara consuman una brillante labor técnica muy dinámica a través del uso del avanti, retroceso, grúas, ascendentes, descendentes, seguimiento, travellings, reconocimiento, generales y cámara en mano que exprimen lo mejor de las actuaciones y las coreografías.
Las actuaciones son auténticas y genuinas en el trío protagonista. Como principales Gene Kelly está genuino y simpático como era habitual en él y Frank Sinatra está irreprochable en sus canciones, siendo magníficos también los acompañamientos de Betty Garrett, Ann Miller, Jules Munshin, Vera Ellen y Florence Bates entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos del personaje según su profesión de marineros, taxistas, policías y trabajadores en una soberbia labor que junto con los decorados de interiores y sobre todo de exteriores te transportan a Nueva York.
El guion, escrito por Adolph Green y Betty Comden, es agradable de ver, divertido y entretenido en sus innumerables canciones y coreografías protagonizadas por los 6 protagonistas, 3 hombres y 3 mujeres que a lo largo de un día completo pasan cantidad de vivencias y emocionantes situaciones al dar rienda suelta a sus deseos y pasiones y hacer así pasar al espectador un rato inolvidable, finalizando con ello lo que sin duda es uno de los musicales más respetables y recordados en la historia del séptimo arte. Esto se lleva a cabo con una narrativa en su mayoría cantada y rítmica, siendo también expresiva y efusiva en una dinámica tarea. Cabe destacar también, el montaje seguido y acompasado que marca un ritmo vigoroso al film y pasa en un santiamén.
En conclusión, la considero una obra inmortal e insustituible en el género musical que atrapa de principio a fin al espectador con sus melodías y bailes coreografiados que entretienen y amenizan el rato del público por su calidad y atractivo visual que además tiene el aliciente de ser el primero rodado en exteriores, finalizando con ello uno de los mejores musicales del séptimo arte. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que vuelven a Un día en Nueva York, un film remarcable y digno de elogio por el que sin duda alguna no pasan los años.
8
1 de febrero de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arthur Freed marcó un antes y un después en la producción de musicales, en su caso para la MGM e impulsó la carrera de muchas de sus estrellas. Les daba, cosa inusual, libertad creativa a los directores y el resultado fue un puñado de los mejores musicales de la historia. Ahora que "La, La Land" vuelve a poner al musical de moda, no viene mal revisar algunos de los clásicos como este "On the Town", en el que Gene Kelly pidió y se le concedió que algunos números fueran rodados en exteriores de la propia ciudad, con la consiguiente dificultad y revuelo. Frank Sinatra estaba en lo más alto de su popularidad.
Kelly se estrenó como director con su ayudante coreográfico Stanley Donen, repitió con Sinatra con el que ya había trabajado en "Levando anclas" (1945 / George Sidney) y un resto del elenco equilibrado y divertido consiguiendo una adaptación de la obra teatral del mismo título a su vez inspirada en un ballet. La mayoría de la música de Bernstein perteneciente a la obra teatral se quedó por el camino; se consideró demasiado operística para el tono desenfadado que se le quería dar a la comedia y se compuso nuevos temas para la película.
La ciudad de Nueva York es la auténtica protagonista. Unos marineros pasan su día de permiso en ella y encuentran a sus tres medias naranjas en una serie de escenas donde el baile y la comedia se dan la mano de manera fresca y con buen ritmo. Es destacable la importancia de los personajes femeninos que son las que llevan las riendas de los encuentros, fruto del papel protagonista que había ejercido la mujer durante la guerra. Ya nada podía ser igual. Ellos podían haber empuñado las armas pero en casa ellas habían trabajado duro y ocupado muchos de sus roles que ya no abandonarían.
Fue un gran éxito y se consideró uno de los mejores musicales hasta el momento. Visto con la perspectiva de los que vinieron después, entre ellos "Cantando bajo la lluvia" del mismo dúo de directores se nos antoja algo simple. No es óbice para que 68 años después se siga disfrutando sin complejos.
9
22 de noviembre de 2018 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La máquina de hacer buenos musicales de Arthur Freed logra una nueva joya, recreando la primera visita de unos marineros a la ciudad de Nueva York con una sensación de alegría sin fin difícil de igualar, más allá de su convencional y a menudo imbecilizante argumento. Gene Kelly y Stanley Donen sacan la cámara, las canciones y la danza a las calles y consiguen números como el inicial New York, New York, que interpretan los tres marineros, Kelly, Munshin y Frank Sinatra, o el de estos tres con sus respectivas parejas, Vera-Ellen, Ann Miller y Betty Garrett, On the town, además del divertido Prehistoric man, con el electrizante zapateado de Ann Miller, el romántico baile a dúo de Kelly y Vera-Ellen When you walk down Mainstreet with me, los simpáticos duos vocales Come up to my place y You’re awful de Sinatra y Garrett (él en su papel de zoquete apocado y ella de cazanovios infatigable), y el vitalista You can’t count on me, de nuevo con toda la troupe, con la sustitución de Vera-Ellen por la feucha Alice Pierce. Para los incondicionales de Kelly, el fin de fiesta es uno de sus números de ballet puro, A day in New York, a menudo tachados por la crítica y evitados por el público, que no obstante, es de los más breves y vistosos de su repertorio.
8
9 de marzo de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena película, casi casi considerada como mítica.
Bien dirigida y coreografiada, constituye un placer, sobre todo para los incondicionales del cine musical.
Con este film y gracias a las grandes e imaginativas ideas del tándem Kelly-Donen, las escenas de bailes se trasladaron a la calle, lejos de los estudios, tal y como había sucedido hasta entonces.
El resultado a la vista está. Una obra maestra en su género.
Para degustar cada cierto tiempo. Verla de nuevo nunca es mala idea, aunque te la sepas de memoria.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
6
13 de diciembre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
227/09(10/12/19) Un clásico en fulgente technicolor dentro del género musical, algo sobrevalorado, muy liviano, con un guión tan delgado que llega a ser invisible en su sencillez, con números musicales que no trascienden, sin mucha imaginación (excepto en el que en un momento dado se recrea lo visto hasta entonces sin palabras, solo con baile), pero que si no atendemos a su popularidad sobredimensionada, nos encontramos con un film vitalista, electrizante en su ritmo, refrescante, desde que los tres marinos bajan del buque, con humor, romance ligero, con dos temas extraordinarios para el recuerdo (los dos del inicio "I Feel Like I'm Not Out Yet Yet" y el mítico “New York, New York”), y con unos protagonistas notables, además dejando un substrato del empoderamiento femenino surgido tras la post-guerra. Fue la primera dirección del dueto Stanley Donen y Gene Kelly (este repitió con Sinatra tras “Levando anclas” de 1945) en la parte de la coreografía, basado en las letras de Betty Comden-Adolph Green, musicalizadas por Leonard Bernstein. Es una adaptación de la Broadway etapa musical homónimo producido en 1944 (que en sí es una adaptación del espectáculo de ballet de Jerome Robbins titulado Fancy Free que también fue producido en 1944), aunque se hicieron muchos cambios en el guión y la partitura de la versión original del escenario; por ejemplo, la mayoría de la música de Bernstein fue abandonada en favor de nuevas canciones por Edens (La película presenta solo cinco piezas de música de la partitura original compuesta por Leonard Bernstein, y seis nuevas canciones que fueron creadas por Edens, Comden y Green especialmente para la pantalla), a quien no le gustó la mayoría de la partitura de Bernstein por ser demasiado compleja y demasiado operística. Esto hizo que Bernstein boicoteara la película. El principal problema experimentado por la producción fue tratar con multitudes de fanáticos de Frank Sinatra, por lo que se hicieron algunas tomas con la cámara ubicada en una camioneta para reducir la visibilidad pública del tiroteo. La cinta tiene éxito en transmitir la alegría y ciudad que no duerme de New York.

Kelly (Gabey), Frank Sinatra (Chip) y Jules Munshin (Ozzie) encarnan a tres marineros que pasan 24 horas (de 6 de la mañana a las 6 de la mañana) en Nueva York; Vera-Ellen, Ann Miller y Betty Garrett son las chicas con las que lo pasan. Loius B. Mayer no quería que la película saliera de los estudios, mientras que Kelly quería filmar la imagen completa en Nueva York, algo nunca antes realizado por un gran estudio, lo que llevó a un compromiso en el que a Kelly se le permitió unos frenéticos nueve días de rodaje, filmando el Bronx, The Battery, Coney Island, Brooklyn, el Empire State Building, Times Square, la Estatua de la Libertad, la Quinta Avenida, Radio City, el Zoológico del Bronx, Central Park, el Carnegie Hall, el metro, Wall Street, la Tumba de Grant y el Brooklyn Navy Yard. Roger Edens y LennieHayton ganaron el único Oscar de la película por la mejor puntuación de un musical. En 2006, la película ocupa el número 19 en el American Film Institute 's lista de los mejores musicales. En 2018, fue seleccionado para la preservación de la película en los Estados Unidos Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso como siendo "cultural, histórica o estéticamente significativa". La trivialidad de la película es contrarrestada por ser una oda al optimismo, a la amistad, a la solidaridad, y sobre todo a la música con su poder de exaltación de la vida.

La cinta arranca de modo electrizante con el ‘I Feel Like I'm Not Out of Bed Yet’ entonado por Bern Hoffman mientras se dirige de mañana al curro, a lo que le siguen tres marineros que bajan del barco de permiso cantando de modo entusiasta ‘New York, New York’, por Gene Kelly, Frank Sinatra y Jules Munshin, ello mientras en un extasiante montaje nos pasean por los lugares emblemáticos neoyorkinos. Para parar y definir las personalidades de cada uno de los tres, Ozzie es un mujeriego en busca de presa, Gabey un idealista en busca de la mujer ideal, y Ozzie solo pretende disfrutar de la ciudad y sus lugares turísticos. Y entonces cual montaña rusa veloz los tres se cruzan con tres mujeres, que serán la horma de su zapato. Gabey se obsesiona con un cartel publicitario del metro con una hermosa chica, Ivy (Vera-Allen), que termina por convertirse en una especie de Cenicienta con secretitos; Ozzie se topa en un museo con una aspirante a antropóloga, Claire Huddesen (Ann Miller), que lo toma a él como un experimento; Chip es “embestido” por una extrovertida taxista, Brunhilde (Betty Garrett) que le cae en gracia a primera vista.

Destaca el modo soterrado en que hacen una radiografía del tiempo (la post-Guerra) y lugar (Nueva York como epítome USA), dejando un fresco de como la mujer ha salido de su ancestral lugar de ama de casa para conquistar profesiones vedadas a ellas, esto enraizado en como los hombres se alistaron en el ejército masivamente, dejando estos empleos vacantes, ejemplo claro es Brunhilde que labora de taxista, incluso Chip se lo echa en cara cuando la ve al volante (‘Que haces tú de taxista si ya ha acabado la Guerra?’ le dice más o menos), como si la mujer no tuviera derecho a ese trabajo, en una clara visión reaccionaria del tiempo. También queda expuesta la actitud de la nueva mujer urbanita (pues la de pueblo, como se destapa en el final es más reservada)surgida de la mencionada los nuevos tiempos post-guerra que arrollan a los viejos, con una mujer independiente, decidida, segura de sí misma, que no espera a que la cortejen, tomando la iniciativa si les gusta un hombre (incluso los invitan a su casa, soterradamente a fornicar, aunque no se diga por razones obvias),… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
y con ello sorprendiéndolos (Brunhilde: ‘Él [Chip] quería ver vistas y yo se las he enseñado todas”; y Claire es una joven que abraza y besa ella a su “experimento” macho), mientras estos resultan más apocados y tímidos ante esta impulsividad sin prejuicios de las féminas, llegan. En referencia a esto es curioso el número musical ‘Prehistoric Man’ en el museo, donde se ve a uno de los protas tirando de los pelos arrastrando a la antropóloga, en clara alusión a los viejos tiempos, que en la película son volteados. Todo esto también sirve para mostrar la típica lucha de sexos, donde las viejas normas de comportamiento son arrasadas por estas urbanitas mujeres. Aunque en su debe está la subtrama concerniente a Lucy Schmeeler (Alice Pearce) como la compañera de piso de Brunhilde, donde se rien de ella porque es fea (o más bien se lo hace con sus poses), me chirrían los gags con ella.

Las actuaciones van de lo correcto en algunos casos a lo caricaturesco, en el tono distendido y trivial del relato. Lo que hay que valorar son las dotes de bailes (me encanta el claqué) y de cantar de modo alegre contagiante, esto lo cumplen bien, no pueden luchar contra unos números sin calado alguno, ganado la partida el penoso del "Prehistoric Man".

Momentos musicales:
"I Feel Like I'm Not Out of BedYet" – Ship yard worker (música de Leonard Bernstein)
"New York, New York" – Gabey, Chip, y Ozzie (música de Bernstein)
"Miss Turnstiles Ballet" (instrumental) – Ivy y ensemble (música de Bernstein). Este es para mí el mejor tramo del film, el único en que la imaginación es destacable por el modo de resumir lo visto hasta entonces en modo teatral ágil, ello a través del filtro inocente de Gabey, muy cómico, y sin canciones, todo en una excelente coreografía.
"Prehistoric Man" – Claire, Ozzie, Gabey, Chip, y Hildy. (música de Roger Edens y letra de Adolph Green and Betty Comden)
"Come Up to My Place" – Hildy y Chip (música de Leonard Bernstein)
"Main Street" – Gabey y Ivy. (música de Roger Edens y letra de Adolph Green y Betty Comden)
"You're Awful" – Chip y Hildy. (música de Roger Edens y letra de Adolph Green y Betty Comden)
"Onthe Town" – Gabey, Ivy, Chip, Hildy, Ozzie, y Claire. (música de Roger Edens y letra de Adolph Green y Betty Comden)
"Counton Me" – Gabey, Chip, Ozzie, Hildy, Claire, y Lucy. (música de Roger Edens y letra de Adolph Green y Betty Comden)
"A Day in New York" (instrumental) – Gabey, Ivy, y dreamcast (música de Leonard Bernstein)
"I Feel Like I'm Not Out of Bed Yet"/"New York, New York" (reprise) – Ship yard worker, three sailors, y coro.

Es reseñable la notable labor en la cinematografía de Harold Rosson (“El Mago de Oz” o “Cantando bajo la lluvia”), sabiendo dar lustre a los números musicales, asimismo dando encanto a las secuencias de Nueva York, sumando un cromatismo vitalista fulgente en tono con el aire del relato; Como apreciable es el diseño de vestuario Helen Rose (“Cautivos del mal” o “La gata sobre el tejado de zinc”) para las mujeres, esponjosos y con mucho vuelo, haciendo que los números musicales tengan den volumen con las ondas que crean.

'Gabe, Gabey, por qué quieres perseguir chicas todo el tiempo?' - Chip (Frank Sinatra).
'Te lo diré cuando tu voz cambie, junior.' - Gabey (Gene Kelly).

En conjunto me queda una película demasiado sobrevalorada, pero eficaz en su función de entretenerte con un producto ligero, de nulo poder de trascendencia. Fuerza y honor!!!
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