Haz click aquí para copiar la URL

Sin aliento

Drama. Romance Michel Poiccard (Jean-Paul Belmondo) es un ex-figurante de cine admirador de Bogart. Tras robar un coche en Marsella para ir a París, mata fortuitamente a un motorista de la policía. Sin remordimiento alguno por lo que acaba de hacer, prosigue el viaje. En París, tras robar dinero a una amiga, busca a Patricia (Jean Seberg), una joven burguesa americana, que aspira a ser escritora y vende el New York Herald Tribune por los Campos ... [+]
Críticas 144
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
6
19 de septiembre de 2007
58 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos nosotros sabemos que la Nouvelle Vague, la nueva ola francesa, es el movimiento cinematográfico mas aceptado mundialmente desde el neorrealismo en adelante. La Novelle Vague nació para romper con todo lo pactado de antemano en una reaccion contra la forma de cine industrial debilitada por las formulas y los patriarcas. El joven Truffauth abrió el fuego desde la crítica en 1954, y junto a otros colegas de los Cahiers du Cinéma, embistieron contra un cine que consideraban hipócrita y obsoleto. Pocos años mas tarde, Chabrol filmó lo que fue la presentación oficial de la Novelle Vague, "El Bello Sergio" (1958). Al año siguiente el boom ya era indiscutido con "Los 400 golpes" de Truffauth y "Al final de la escapada" de Godard. La aclamación de la crítica desbordó los límites locales, y pronto la Nouvelle Vague se convirtió en un fenómeno de mercado: la cuestión es que, en los cuatro años que duro su auge, casi cien nuevos directores presentaron su primer largometraje. Como podrá sospecharse, se trataba de un conjunto llamativamente desparejo. Es que la tendencia, apoyada en el uso de equipos de técnica austera y costos reducidos, aceptando la improvisación y haciendo elogio de la desprolijidad, permitió una explosión que en poco tiempo se autodepuró. Sus máximos exponentes se ocupaban especialmente en demoler a sus adversarios estéticos (sin temer al exceso), y reconocerse como herederos de una tradición inexplorada. Entre sus connacionales, el selecto grupo compuesto por Renoir, Becker, Tati, Bresson o Melville era reinvidicado, mientras que en el cine clásico norteamericano se ubicaban los ideales tan admirados como irrepetibles. Como fenómeno cultural, la Nouvelle Vague duró cuatro temporadas, desde 1958 a 1962. Para ese entonces ya no era tan nueva, y mucho de sus percusores ensayaban caminos divergentes. Cuando vio luz el oportunismo de un Claude Lelouch en "Un hombre y un mujer" (1968) más que parasitar un movimiento vigente, ya estaba aprovechando una onda temprana de edulcorada nostalgia.
En los últimos años y, especialmente desde Francia parece haber tomado cierto auge una corriente revisionista que trata de cuestionar los abusos de la Nouvelle Vague contra sus percusores, a la vez de denunciar las concesiones que jalonaron las carreras de algunos de sus representantes más conspicuos. Pero si se la aprecia como lo que fue, esto es, un fenómeno cultural de expansión tan portentosa como inmediata - incluso con componentes extraestéticos - dificilmente cabe imaginar un impacto semejante desde el neorrealismo italiano hasta el presente.

Continua en el spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final de la escapada, la ópera prima de Jean Luc Godard, es uno de los máximos exponentes de esto que acabamos de explicar. Se ve claramente en la escena inicial de Michel en el auto: todos los innecesarios cortes, el empalme rústico e, incluso, la rotura del eje de acción. Otro evidencia se ve en cada diálogo: la gran mayoría de ellos tratan de cosas intrascentes, rutinarias, que no hacen avanzar la historia. Algo que no pasaba en el cine clásico, donde cada palabra estaba en pos de un fin. Después nos preguntamos como logró Tarantino poner a dos tipos hablando de hamburguesas cuando van a matar a otro. ¿Como se llama la productora de Tarantino? Band Apart, el título de una película de Godard.
2
30 de noviembre de 2005
106 de 178 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se cita al bueno de Fernández Santos: "Sin esta película no se entiende el cine posterior". Absolutamente de acuerdo: el cine posterior es tan artificial, pedante, chapucero, jactancioso, onanista y deshonesto como esta película. Y así vamos
8
1 de enero de 2008
42 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra imaginativa e innovadora. Aún se ve y queda uno maravillado por su ritmo novedoso, fresco, aventurado, vanguardista, más posmoderno que el posmodernismo actual.

No es de extrañar la referencia en este film a William Faulkner, el escritor norteamericano del s. XX, ganador en 1949 del Premio Nobel de Literatura y en 1955 del premio Pulitzer, famoso en literatura por su uso de técnicas literarias innovadoras. Pues bien, en un momento de este film se le cita, tomando un párrafo de su novela "Las palmeras salvajes" (The wild palms - If I Forget Thee Jerusalem, 1939), donde dice: «Entre el dolor y la nada, elijo el dolor.» O sea un vitalista a pesar de todos los sinsabores que conlleva la vida. De donde resulta que el personaje masculino de esta película, interpretado por Jean-Paul Belmondo, es un calco de dicha filosofía. Todo lo contrario de lo que por su parte sostendrá el contemporáneo de Faulkner, el también escritor y filósofo francés de origen rumano (filósofo del pesimismo), Émile Michel Cioran, cuando se decanta: «Entre el dolor y la nada, elijo la nada.»

Para este hombre joven, Michel Poiccard, personaje central del film, vividor a todo riesgo y con todas las consecuencias, "la mayor ambición en la vida es ser inmortal y después morir".

Y por último hacer mención honorífica de la actriz norteamericana, Jean Seberg, ideal para este papel por ser su vida en gran medida de parecido vanguardismo contestatario. Jean Seberg, la bellísima rubia que encarnó a Lilith (de Robert Rossen, USA 1964), medio inocente y medio desequilibrada que resultó ser un copia aproximada de su propia existencia.

Fej Delvahe
7
3 de enero de 2007
44 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
La "nouvelle vague". Cine directo, sin pausas, mucho diálogo, cortes bruscos, largos y continuos planos-secuencia, cine de sentimientos, sin concesiones. Truffaut (idea original), Chabrol (asesor técnico) y Godard (director) se dan cita en esta película de culto de la nueva ola francesa.
Amores y odios, momentos felices y grandes fustraciones. Ese toque de sadomasoquismo al final.
Jean Paul Belmondo: Un vividor. Disfruta (o sufre) el instante. Se rinde a la vida fácil; aspira con ir a Milán y Roma. Le gusta Patricia (Jean Seberg). Carece de moral. Pero no parece ser feliz; incluso está de acuerdo en ir a la carcel para acabar con la fustrante intensidad de su vida.
Jean Seberg: Guapa y perturbadora ¿que busca?. Es sensual y sexy. Parece tener dudas acerca de todo, lo cual es normal. Es casi una niña.
Jean-Luc Godard deja que los sentimientos afloren. Casi sin límites y muchas veces sin lógicas claras. Así es la vida. No todas las actitudes son explicables.
Es el cine de autor puro y duro, para bien o para mal.
Sin embargo es una película (un genero?) no excesivamente entendible-asequible, especialmente fuera de Francia. Puede haber un punto de sobrevaloración cinéfila.
3
18 de septiembre de 2009
38 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sin esta película no se entiende el cine posterior"... Pues no entiendo nada. No digo que en su época no fuera rompedora ni que no abriese un sinfín de nuevas posibilidades pero desde luego me ha parecido un tostón como la copa de un pino. Lo mejor, la pareja Belmondo - Seberg. El resto lo olvidaré tan pronto como pueda. Era una película que tenía muchas ganas de ver y menuda decepción, madre mia...
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para