Más allá del límite (Serie de TV)

Es un regalo para los amantes del misterio, la ciencia ficción y el suspenso. Esta serie televisiva, reinventada para una nueva generación, ofrece una experiencia única que desafía las expectativas y lleva a los espectadores a explorar las profundidades del universo y la mente humana.

Desde su primer episodio, "Mas Allá del Límite" cautiva con su habilidad para crear mundos alternativos, introduciéndonos en historias emocionantes y a menudo perturbadoras que desafían nuestra percepción de la realidad. Cada episodio es una joya de narrativa inteligente y provocativa, explorando temas como la inteligencia artificial, los viajes en el tiempo, los dilemas éticos y las posibilidades infinitas del cosmos.

Una de las fortalezas más destacadas de la serie es su elenco talentoso, que incluye a actores reconocidos y emergentes que entregan interpretaciones memorables en cada episodio. Estos actores dan vida a personajes complejos y convincentes, sumergiendo al espectador en las emocionantes tramas y haciéndoles reflexionar sobre las profundidades del alma humana.

Además, "Mas Allá del Límite" se distingue por su capacidad para crear atmósferas envolventes y visuales impactantes. Cada episodio está meticulosamente elaborado, desde los efectos especiales hasta la dirección artística, lo que resulta en una experiencia visualmente estimulante que transporta al espectador a mundos extraordinarios y desconocidos.

Otro aspecto destacado de la serie es su capacidad para abordar temas relevantes y universales, a menudo presentándolos en un contexto futurista o fantástico que permite una reflexión más profunda. Ya sea explorando los peligros de la tecnología sin restricciones o cuestionando los límites de la moralidad y la humanidad, "Mas Allá del Límite" invita a los espectadores a cuestionar sus propias creencias y valores mientras se sumergen en historias apasionantes.

En resumen, "Mas Allá del Límite" de 1995 es una serie televisiva que trasciende los confines del género de ciencia ficción para convertirse en una obra de arte que desafía, emociona y estimula la imaginación. Con su narrativa inteligente, su elenco talentoso y su estética visualmente impresionante, esta serie sigue siendo una fuente de inspiración y asombro para los amantes del buen entretenimiento y la exploración de lo desconocido.

Para quien no haya visto esta serie, se trata de capítulos inconexos de ciencia ficción o temática paranormal, basados en gran parte en relatos cortos o novelas, algunas más famosas que otras. Como he dicho, cada capítulo es una historia, aunque a veces te sorprenden con un doble capítulo, o con un capítulo que retoma los acontecimientos de otro episodio muy anterior. Y todo con una carga moral a base de moralejas de una voz en off que hace de maestro de ceremonias. Si bien es cierto que el rsultado final es casi siempre previsible y naif, al menos hay que reconocer que este aspecto le suma dramatismo al conjunto. Lo que predomina es la tensión y el suspense en detrimento de la acción.

Bueno, la verdad es que uno se siente dividido ante productos como este, el cual es bastante peculiar. Yo recuerdo haber pasado muy buenos momentos de mi adolescencia viendo esta serie emitida en la televisión. Quizá eso también ayuda a subir la nota. Hay que decir de antemano que el tiempo ha pasado por esta serie.

Es cutre, muy cutre. El cartón piedra chapucero con purpurina, el látex gomoso a granel, las pelucas, tías maquilladísimas cuando deberían estar hechas un trapo, iluminación de estas de los 90 con muchos coloridos neón que saturan a más no poder (unido a la baja calidad del video de aquellos años), caracterización de personajes nada creíble (soldados con el pelo largo y barba kinki, pelucazas de lo peor, aquí nadie suda ni cuando están a 40 grados a la sombra, etc)...
Las actuaciones son malas se solemnidad, salvo algún caso muy aislado. Rozan lo lamentable casi siempre. No hay mucho más que decir al respecto.
Y todo acompañado (especialmente en las dos primeras temporadas) de una de las peores músicas jamás hechas para una serie de TV. Y no me refiero al tema principal (que no es muy allá pero se ha convertido casi en icónico), sino al score que acompaña a la acción. Se trata de unas cuerdecillas sintéticas y a todas luces improvisadas según se visiona el capítulo, constantes, incesantes, y que te vuelven totalmente loco; y en TODOS los capítulos lo mismo. A partir de la tercera temporada la cosa mejora un poco, pero no espereis gran cosa al respecto.

Tratándose de ciencia ficción, hay que decir que en lo tocante a ciencia, es un chiste. Podría hablar de todos los capítulos, pero ya lo vereis vosotros mismos.
A menudo se presentan escenarios distópicos de lo más ridículo desde el propio planteamiento.
En multitud (y cuando digo multitud, es realmente multitud) de capítulos, la trama principal queda eclipsada por historias de amor con niños de los 90 totalmente repelentes (porque en los 90 los niños en la TV y en el cine eran de patada en la boca), haciendo de esos capítulos un pastelón totalmente moñas, insoportable y soporífero. Os advierto que en cuanto salga la jamelga en cuestión, y se eche miraditas con el prota, preparad el mando para "fastforwatear" a muerte o directamente pasad a otro capítulo, porque es un coñazo que sobra totalmente. La acción se detiene entre inteminables escenas hinchadas de dramatismo a lo culebrón venezolano dando al traste con el suspense y la tensión que deberían predominar. Y es que esto es TV americana señores, lo que quiere decir que hay que rodar para todos los públicos. Más audiencia, peor calidad.
Entonces, ¿por qué es buena esta serie? Lo digo en el spoiler por falta de espacio, pero no hago ningún spoiler.

No sé si se llegó a emitir en España completa, pero yo solo llegué a ver un par de veces la primera temporada. Sigue el patrón de “En los límites de la realidad” y “Cuentos asombrosos”, donde cada capítulo es independiente, autoconclusivo y con diferentes actores. También cumple la norma de ser un “remake” de una serie mucho más antigua.
La vi muy joven, y con todos los años transcurridos desde entonces y todo lo visto, la serie puede parecer una auténtica antigualla. Es cierto que los efectos especiales de ciertos momentos dejaban bastante que desear y vistos ahora pueden espantar al más pintado, pero también tiene muchas historias que eran bastante atrayentes, con unos argumentos buenos.
Uno de mis episodios favoritos son el que protagoniza Robert Patrick (cuando todavía estaba fresco el éxito de “Terminator 2”), aislado en una cárcel espacial.
También me gusta mucho ese otro de la misión espacial que está volviendo a la Tierra con un “invitado” inesperado. Este en particular tiene unos “FX” de “razzie”, pero al mismo tiempo es uno de los mejores. Y tenía una inquietante música que, aun después de tantos años y habiendo visto la primera temporada solo dos veces, logro recordar porque se mete mucho en la cabeza.
Aunque me crié en los 80 y esta producción es bastante posterior, tengo con ella una cierta nostalgia de lo mucho que me gustaba cuando la vi, aunque haya envejecido bastante mal. Pero en general, es una buena antología de relatos de ciencia ficción, al menos la primera temporada que es la que he visto.

Se escucha de fondo la música más turbadora y terrorífica imaginable, la pantalla nos finge tener interferencias, el narrador comienza a hablar con contundencia: "No le pasa nada a su televisor, no intente ajustar la imagen. Ahora la transmisión está bajo nuestro control..."

La primera vez que vi esto fue de noche, de niña (unos 10 años), aparentemente sola en la sala. Fue un episodio sobre una especie de "hombre-lagarto" (no recuerdo si era mutante voluntaria o involuntariamente). Debo decir que en aquella época esta serie me daba un miedo impresionante y sobrecogedor. La cosa me impactaba con creces... tanto que, aun sabiendo que tendría el miedo en el cuerpo los días siguientes, trataba de ver todas las historias de "Más allá del límite". Trataba de hacerlo por adicción... al morbo.

Pues sí, la misma razón por la que ahora se pueden ver los programas del corazón o el Gran Hermano, yo veía "Más allá del límite" simple y llanamente por el morbo.

Porque estas historias de miedo a costa de la imaginativa ciencia-ficción (cada capítulo trataba de una historia diferente con personajes diferentes) estaban bien interpretadas con actuaciones bastante dignas (sin ser tampoco algo excesivamente loable), tenían los típicos recursos del suspense que generaban una mínima atención... y las historias eran muy morbosas.

Y entonces... ¿por qué a día de hoy esta serie ni me da miedo, ni me genera interés alguno cada vez que intento ver un capítulo?. Pues porque es una serie morbosa y tonta a partes (y ratos) iguales. Parte de ideas de ciencia-ficción interesantes, pero se desarrollan con algo de infantilismo. Y la calidad de la serie en la realización es, como es de esperar... de telefilm. Me recuerda a "Pesadillas de R.L. Stine". Se respira en ella un aire cutre y algún que otro momento ridículo dadas ciertas situaciones extremadamente payasas (a esta serie solo le faltan aliens borrachos... y no desentonarían). Desde luego, algunos episodios eran muy retorcidos y truculentos, pero otros eran risibles (y una vez en la etapa adulta resultan incluso aburridos y comunes).

Entregas con títulos tan "jugosos" como "Monstruos", "Una nueva raza", "Radio alienígena", "Imágenes fugaces","Debajo de la cama", "Regeneración " "Vida futura", "La vacuna" o "El niño interno" dan una idea de lo casposa pero infantilmente acojonante y morbosa que puede ser la serie en cuestión (la mayoría de la gente enamorada de esta serie que conozco es por nostalgia infantil).

Es una serie muy simple, pero muy gratificante si lo que se quiere ver son vulgares insinuaciones de aliens, viajes en el tiempo, mutantes, fantasmas, música de terror, oscuridad misteriosa en la pantalla y finalmente... algún previsible y poco trabajado susto.

Particularmente a estas alturas la serie más que miedo o interés, me hace gracia (aunque su cabecera me sigue dando un miedo infantil, lo admito).

La cabecera: ...

"The Outer Limits" de los años 60 era una serie bastante buena. Y ésta no voy a juzgarla porque sólo he visto un capítulo. Concretamente el undécimo de la temporada quinta: Jack el Destripador. Mi nota es exclusivamente basándome en ese capítulo. Espero que los restantes sean mejores, porque la verdad viendo éste no dan ganas de ver los demás.

Bueno, la serie es de ciencia-ficción como todo el mundo sabe. Así que me esperaba algún planteamiento imaginativo respecto al mito ripperiano. Y sí, no está mal el planteamiento inicial: resulta que Jack... es la víctima. Este darle la vuelta al calcetín del mito está muy bien. E incluso la resolución del problema a lo extraterrenal puedo aceptarla. Pero madre mía, ¡falla todo lo demás! La ambientación del Londres brumoso es de opereta. Whitechapel parece un barrio pijo, ¡si hasta las putas parecen damas! El guión está escrito por Winnie the Poo, y la música presuntamente de intriga sólo hace que molestar.
Como curiosidad, David Warner interpreta al inspector. Y en otra peli ripperiana, "Los pasajeros del tiempo", hacía del mismísimo Destripador.
Soy condescendiente por mitómano y por ello le subo un puntito, que si no la destripaba a gusto.