Crash (Colisión)
7.5
108,841
Drama
El descubrimiento en una cuneta del cuerpo de un hombre brutalmente asesinado hará que las vidas de varias personas se entrecrucen en Los Ángeles. Un policía veterano y racista, su compañero novato e idealista, la esposa del fiscal del distrito, un tendero iraní, un acaudalado matrimonio negro... Entre estos personajes surgirán tensiones raciales, religiosas y sociales que ilustran la caótica vida de los habitantes de Los Ángeles. Debut ... [+]
26 de febrero de 2010
26 de febrero de 2010
40 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo comienza en una cuneta de Los Ángeles. Sobre ella, el cuerpo de un joven asesinado. La cinta no nos proporciona más detalles sobre la identidad de la víctima. No sabemos su nombre, no conocemos su rostro y no podemos hacernos ni de lejos una pequeña idea del por qué ha podido producirse este crimen. Por supuesto, también desconocemos la autoría del mismo. Y entre las sombras que proporciona la oscuridad de la noche en la que transcurre esta escena y gran parte de la película, el argumento es impulsado hacia el pasado más cercano, tan sólo un día atrás, para presentarnos una auténtica maraña de personajes tejida magistralmente por el director. Éstos irán entrelazándose entre sí de alguna manera, luciéndose ante el espectador con una sobriedad en su trabajo que sorprende por lo perfecto de todas las interpretaciones.
Y una vez la película se encarga de presentarnos meticulosamente a los protagonistas de la historia, se adentra en el difícil objetivo de saber unir de manera metódica todas las historias paralelas que en la trama aterrizan, representadas por gente de todas las creencias y religiones, colores, razas y posiciones sociales. Una desesperada esposa de un fiscal del distrito, un agente de policía con 17 años de experiencia en el cuerpo que deja claras sus posturas racistas, un cerrajero al que le brillan los ojos cada vez que ve a su hijita, una pareja de color que trabaja en televisión, un par de jóvenes negros que roban coches mientras comparten sus reflexiones sobre la sociedad y el racismo... y así hasta llegar a completar el conjunto de historias que conforman el argumento general de la película.
Todas estas situaciones son contadas de modo soberbio mientras todas las escenas son montadas sin descanso en lo que se nota la buena mano y el trabajo incansable de Paul Haggins (En el valle de Elah, 2007), que no para de contar historias, a veces un poco melodramáticas, otras veces demasiado realistas e incluso hasta en alguna ocasión se permite recurrir a la fábula para dejar al espectador ensimismado con una serie de desenlaces muy originales y completamente inesperados. La película dura 100 minutos. Pero creo que si hubiese durado 200, o 300, hubiese seguido viéndola con la misma pasión e inquietud que como he visto la duración de este metraje. El director y guionista -esto último junto con Bobby Moresco- no sólo une bien todas las piezas de la película si no que se permite el lujo de hacer esto con demasiada soltura, pues es capaz de llevar a los infiernos a un personaje y después subirlo al cielo o de hacer totalmente lo contrario mientras el resto de papeles siguen manteniéndose en forma y sin perder fuerza, siendo con total seguridad la historia que llevan Sandra Bullock y un Brendan Fraser que sobra, la más simple y aburrida. Podría decirse que los momentos protagonizados por éstos perjudican al conjunto del film.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
Y una vez la película se encarga de presentarnos meticulosamente a los protagonistas de la historia, se adentra en el difícil objetivo de saber unir de manera metódica todas las historias paralelas que en la trama aterrizan, representadas por gente de todas las creencias y religiones, colores, razas y posiciones sociales. Una desesperada esposa de un fiscal del distrito, un agente de policía con 17 años de experiencia en el cuerpo que deja claras sus posturas racistas, un cerrajero al que le brillan los ojos cada vez que ve a su hijita, una pareja de color que trabaja en televisión, un par de jóvenes negros que roban coches mientras comparten sus reflexiones sobre la sociedad y el racismo... y así hasta llegar a completar el conjunto de historias que conforman el argumento general de la película.
Todas estas situaciones son contadas de modo soberbio mientras todas las escenas son montadas sin descanso en lo que se nota la buena mano y el trabajo incansable de Paul Haggins (En el valle de Elah, 2007), que no para de contar historias, a veces un poco melodramáticas, otras veces demasiado realistas e incluso hasta en alguna ocasión se permite recurrir a la fábula para dejar al espectador ensimismado con una serie de desenlaces muy originales y completamente inesperados. La película dura 100 minutos. Pero creo que si hubiese durado 200, o 300, hubiese seguido viéndola con la misma pasión e inquietud que como he visto la duración de este metraje. El director y guionista -esto último junto con Bobby Moresco- no sólo une bien todas las piezas de la película si no que se permite el lujo de hacer esto con demasiada soltura, pues es capaz de llevar a los infiernos a un personaje y después subirlo al cielo o de hacer totalmente lo contrario mientras el resto de papeles siguen manteniéndose en forma y sin perder fuerza, siendo con total seguridad la historia que llevan Sandra Bullock y un Brendan Fraser que sobra, la más simple y aburrida. Podría decirse que los momentos protagonizados por éstos perjudican al conjunto del film.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El guión transcurre con fluidez y se presenta cómodo al oído. Está lleno de reflexiones y refleja con acierto todo lo que pretende acercarnos. Lo que respecta a la dirección y guionistas en esta película es digno de aplauso, pues Paul Haggins no sólo debutaba con esta cinta como director, si no que lo hacía después de haber triunfado trabajando de la mano de Clint Eastwood haciendo el guión de Million Dollar Baby, trabajo por el que estuvo nominado al Oscar.
El trabajo del reparto es tan bueno que es difícil destacar objetivamente a alguien, así que sólo puedo limitarme a decir cuales han sido los actores que creo que han estado por encima del listón, como valoración personal. Y éstos son Matt Dillon, que vence y convence, Michael Peña (World Trade Center, 2006), con muchos menos minutos que el anterior pero con la suficiente capacidad para saber representar a un personaje que transmite todo lo que se propone, y la guapa de Thandie Newton (W., 2008), que con sólo una mirada no necesita más palabras para penetrar en las emociones. Este es un punto que se limita a los gustos personales de cada uno, pues generalmente todas las interpretaciones son grandiosas y no es fácil decantarse por alguna, ya que siempre queda la sensación de que nos podemos olvidar injustamente a cualquier otro de los actores del reparto.
También, comentar la acertada elección de la música para esta película, entre la que destaca el tema “In the deep” de Bird York, que es la canción que más se ha respetado en todo el film, pues su reproducción es íntegra y aparece en el momento más indicado para llevar a lo más alto a la escena que acompaña. El tema principal también es digno de mención, siendo una canción completamente bañada en la melancolía, que invita a la angustia y la desesperación a la vez que intenta ver con optimismo la perspectiva de la paz social.
Por último decir que el mensaje sobre el racismo que transmite la película puede que no sea el más adecuado, pues lejos de pretender unir da la sensación de hurgar en esta polémica herida con la intención de conmover resucitando este fenómeno cuando más superado está y ofreciendo el mismo desde un punto de vista exagerado. A pesar de ello y con todo, una gran película que consigue cumplir con su objetivo de gustar, sorprender y entretener, que al verla con bastante escepticismo al no conocer demasiado de la misma, me sorprendió gratamente. Quizá lo que consigue no hacerla perfecta además de lo citado al inicio de este párrafo, es una parte de su tramo central, en la que se suceden algunos momentos más lentos y algunas escenas de tedio. Pero después de ese momento, de esa desaceleración en la velocidad del metraje, descubrí que todo era una treta del director para que el espectador se confiase y terminara sorprendiéndose con lo que vendría a continuación.
El trabajo del reparto es tan bueno que es difícil destacar objetivamente a alguien, así que sólo puedo limitarme a decir cuales han sido los actores que creo que han estado por encima del listón, como valoración personal. Y éstos son Matt Dillon, que vence y convence, Michael Peña (World Trade Center, 2006), con muchos menos minutos que el anterior pero con la suficiente capacidad para saber representar a un personaje que transmite todo lo que se propone, y la guapa de Thandie Newton (W., 2008), que con sólo una mirada no necesita más palabras para penetrar en las emociones. Este es un punto que se limita a los gustos personales de cada uno, pues generalmente todas las interpretaciones son grandiosas y no es fácil decantarse por alguna, ya que siempre queda la sensación de que nos podemos olvidar injustamente a cualquier otro de los actores del reparto.
También, comentar la acertada elección de la música para esta película, entre la que destaca el tema “In the deep” de Bird York, que es la canción que más se ha respetado en todo el film, pues su reproducción es íntegra y aparece en el momento más indicado para llevar a lo más alto a la escena que acompaña. El tema principal también es digno de mención, siendo una canción completamente bañada en la melancolía, que invita a la angustia y la desesperación a la vez que intenta ver con optimismo la perspectiva de la paz social.
Por último decir que el mensaje sobre el racismo que transmite la película puede que no sea el más adecuado, pues lejos de pretender unir da la sensación de hurgar en esta polémica herida con la intención de conmover resucitando este fenómeno cuando más superado está y ofreciendo el mismo desde un punto de vista exagerado. A pesar de ello y con todo, una gran película que consigue cumplir con su objetivo de gustar, sorprender y entretener, que al verla con bastante escepticismo al no conocer demasiado de la misma, me sorprendió gratamente. Quizá lo que consigue no hacerla perfecta además de lo citado al inicio de este párrafo, es una parte de su tramo central, en la que se suceden algunos momentos más lentos y algunas escenas de tedio. Pero después de ese momento, de esa desaceleración en la velocidad del metraje, descubrí que todo era una treta del director para que el espectador se confiase y terminara sorprendiéndose con lo que vendría a continuación.
12 de marzo de 2006
12 de marzo de 2006
52 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crash: colisión de culturas. Estremecedora película que nos habla del tejido social que hace décadas existe en los países del primer mundo y que ya es una realidad también en España tras nuestro no muy lejano ascenso a la "primera división". Una sociedad hosca, hostil, abrumada e insensibilizada por la lucha por la supervivencia y, a pesar del desencanto que transmite esta angustiosa visión, el o los autores nos transmiten un resultado final esperanzador. No todo está perdido. Aún podemos encontrar dentro de nosotros o en nuestro entorno lo que nos une y nos redime.
La película a mi entender plantea el problema social desde el punto de vista del individuo, dejando a un lado, como suele ser habitual en el cine estadounidense, el ultracompetitivo sistema socio-político que ellos se han dado y que, al parecer, siguen considerando incuestionable.
Un gran guión, con el detrimento quizás de alguna concesión a lo melodramático en los momentos de desesperación de algún personaje, es la base de una película extraordinaria donde el resto de los recursos cinematográficos (dirección, montaje...) creo que tampoco fallan.
La película a mi entender plantea el problema social desde el punto de vista del individuo, dejando a un lado, como suele ser habitual en el cine estadounidense, el ultracompetitivo sistema socio-político que ellos se han dado y que, al parecer, siguen considerando incuestionable.
Un gran guión, con el detrimento quizás de alguna concesión a lo melodramático en los momentos de desesperación de algún personaje, es la base de una película extraordinaria donde el resto de los recursos cinematográficos (dirección, montaje...) creo que tampoco fallan.
3 de febrero de 2007
3 de febrero de 2007
68 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Higgis, guionista de Million dollar baby, se aventura a dirigir una película
escrita por él mismo para la gran pantalla. Su film agrupa múltiples historias relacionadas entre sí por el racismo y con la ciudad de Los Ángeles como telón de fondo.
“En Los Ángeles nadie te toca”, reflexiona uno de los personajes nada más dar comienzo la película, cuando su coche acaba de ser embestido por otro. “Siempre estamos detrás de este metal y este cristal. Creo que echamos tanto de menos tocarnos que chocamos los unos con los otros, para sentir algo”. Esta parece ser la idea que pretende imprimir el director. Los personajes no se tocan simplemente, chocan, colisionan, y sus vidas y puntos de vista se ven afectados por este choque. Además, todos ellos cojean del mismo pié: se han creado, fruto de dramas personales, un concepto erróneo de personas de distinta raza o clase, y los hechos en los que se ven envueltos harán que ese concepto dé un giro de 180 grados.
El planteamiento es interesante aunque poco novedoso, y la película navega en la peligrosa línea que separa lo emotivo de lo sensiblero, lo creíble de lo artificioso, lo profundo de lo plano. Las inverosímiles coincidencias urdidas por el director pueden alejarnos del drama y ver manipulación gratuita en el guión. Las parábolas que quiere trasmitir Higgis se valen de clichés y excesivo énfasis dramático forzando innecesariamente las situaciones. Se transmite esa sensación sobre todo cuando se utilizan discutibles primeros planos (por ejemplo cuando el cerrajero grita de espanto al creer que han disparado a su hija) o forzados diálogos (la historia del ángel protector del dueño de la tienda).
La ópera prima de Paul Higgis repite de forma innecesaria el mismo mensaje, subrayando una y otra vez su idea del racismo, con una mirada sincera pero ingenua.
escrita por él mismo para la gran pantalla. Su film agrupa múltiples historias relacionadas entre sí por el racismo y con la ciudad de Los Ángeles como telón de fondo.
“En Los Ángeles nadie te toca”, reflexiona uno de los personajes nada más dar comienzo la película, cuando su coche acaba de ser embestido por otro. “Siempre estamos detrás de este metal y este cristal. Creo que echamos tanto de menos tocarnos que chocamos los unos con los otros, para sentir algo”. Esta parece ser la idea que pretende imprimir el director. Los personajes no se tocan simplemente, chocan, colisionan, y sus vidas y puntos de vista se ven afectados por este choque. Además, todos ellos cojean del mismo pié: se han creado, fruto de dramas personales, un concepto erróneo de personas de distinta raza o clase, y los hechos en los que se ven envueltos harán que ese concepto dé un giro de 180 grados.
El planteamiento es interesante aunque poco novedoso, y la película navega en la peligrosa línea que separa lo emotivo de lo sensiblero, lo creíble de lo artificioso, lo profundo de lo plano. Las inverosímiles coincidencias urdidas por el director pueden alejarnos del drama y ver manipulación gratuita en el guión. Las parábolas que quiere trasmitir Higgis se valen de clichés y excesivo énfasis dramático forzando innecesariamente las situaciones. Se transmite esa sensación sobre todo cuando se utilizan discutibles primeros planos (por ejemplo cuando el cerrajero grita de espanto al creer que han disparado a su hija) o forzados diálogos (la historia del ángel protector del dueño de la tienda).
La ópera prima de Paul Higgis repite de forma innecesaria el mismo mensaje, subrayando una y otra vez su idea del racismo, con una mirada sincera pero ingenua.
13 de enero de 2009
13 de enero de 2009
33 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
AAA. Esta es la clase de película que nos permite Ver. Debería apreciarla toda la humanidad, porque, todos aquellos que consigan conectarse con ella sentirán que se expanden sus sentidos y que aumenta la luz en su corazón... y, quizás, comprenderán que, todo lo que sucede, es ley de causalidad determinada por nosotros mismos.
Al director, Paul Haggis, pareciera que se le permitió beber de la fuente de la sabiduría al momento de abordar su Opera Prima y lo que nos brinda es una historia de la más honda inspiración: Un puñado de seres humanos, de distintas razas y nacionalidades, se entrecruza cuando los hechos parten del descubrimiento de un cadáver por parte de un policía.
La palabra, crash, posee varias acepciones y posibles significados: Podría aludir al choque de emociones que comienza a darse luego de la colisión de dos vehículos en el que viajan dos damas: la una oriental y la compañera del policía; pero, puede también hacer referencia al estallido que se produce en nuestro interior cuando comprendemos que estábamos equivocados, que las cosas no eran como parecían y que, por no reflexionar, pudimos cometer un grave error... y, entonces, nos vemos invitados, amorosamente, a sacudir nuestros instintos y a darle más cabida a la racionalidad y la tolerancia.
Crash, también podría ser, abrirse camino para salir de la ignorancia que sólo produce infelicidad; huir de la intemperancia que suele producir desgracias; y escapar de la egolatría que conduce al aislamiento.
Y por otra parte, crash podría significar el derribamiento de viejos paradigmas que nos mantienen anclados en la soledad, y la exploración del amor y la luminosidad que nos conduzcan hacia la paz y hacia la unión con todos nuestros congéneres.
<<CRASH>>, podría asumirse como un alegato contra el racismo y la discriminación, pero, antes que nada, es un canto a la hermandad; un poema esperanzado de que podamos entender que todos los hombres somos buenos, pero todos nos equivocamos.
Impecable edición, correctísimas actuaciones, significativos encuadres, sensible banda sonora y, por sobre todo, una gran fuerza espiritual, hacen de, <<CRASH>>, una película entrañable.
¡Cuán productivo sería que se viera y analizara en familia! ... y que fuera llevada a las instituciones educativas para una larga reflexión.
Al director, Paul Haggis, pareciera que se le permitió beber de la fuente de la sabiduría al momento de abordar su Opera Prima y lo que nos brinda es una historia de la más honda inspiración: Un puñado de seres humanos, de distintas razas y nacionalidades, se entrecruza cuando los hechos parten del descubrimiento de un cadáver por parte de un policía.
La palabra, crash, posee varias acepciones y posibles significados: Podría aludir al choque de emociones que comienza a darse luego de la colisión de dos vehículos en el que viajan dos damas: la una oriental y la compañera del policía; pero, puede también hacer referencia al estallido que se produce en nuestro interior cuando comprendemos que estábamos equivocados, que las cosas no eran como parecían y que, por no reflexionar, pudimos cometer un grave error... y, entonces, nos vemos invitados, amorosamente, a sacudir nuestros instintos y a darle más cabida a la racionalidad y la tolerancia.
Crash, también podría ser, abrirse camino para salir de la ignorancia que sólo produce infelicidad; huir de la intemperancia que suele producir desgracias; y escapar de la egolatría que conduce al aislamiento.
Y por otra parte, crash podría significar el derribamiento de viejos paradigmas que nos mantienen anclados en la soledad, y la exploración del amor y la luminosidad que nos conduzcan hacia la paz y hacia la unión con todos nuestros congéneres.
<<CRASH>>, podría asumirse como un alegato contra el racismo y la discriminación, pero, antes que nada, es un canto a la hermandad; un poema esperanzado de que podamos entender que todos los hombres somos buenos, pero todos nos equivocamos.
Impecable edición, correctísimas actuaciones, significativos encuadres, sensible banda sonora y, por sobre todo, una gran fuerza espiritual, hacen de, <<CRASH>>, una película entrañable.
¡Cuán productivo sería que se viera y analizara en familia! ... y que fuera llevada a las instituciones educativas para una larga reflexión.
20 de febrero de 2007
20 de febrero de 2007
80 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que le dieran el Oscar a "Crash" antes que a "Munich", "Buenas noches y buena suerte", o "Match Point", me parece sencillamente un insulto a la inteligencia, una broma de muy mal gusto.
El problema de "Crash" no es solo que esté sobrevalorada hasta el infinito debido a su efectismo barato. El problema de "Crash" es que no me la creo. Me parece una película ridícula, superficial en el drama que plantea y blanda en su resolución final, bordeando los límites de la vergüenza ajena.
"Aquí no ha pasado nada, los americanos en el fondo somos buena gente, los casos de racismo son aislados y aquí todo tiene arreglo puesto que las personas somos en el fondo muy buenas, solo es el contexto y la situación lo que nos pervierte." ¿Y esto se supone que es la lección vital que me iba a maravillar?
Me parece mentira que el director de este simplista e infantil análisis de la sociedad americana haya sido también creador del guión de una obra tan perturbadora, dura y magistral como "Million dollar baby".
Supongo que siempre nos quedará Clint Eastwood.
El problema de "Crash" no es solo que esté sobrevalorada hasta el infinito debido a su efectismo barato. El problema de "Crash" es que no me la creo. Me parece una película ridícula, superficial en el drama que plantea y blanda en su resolución final, bordeando los límites de la vergüenza ajena.
"Aquí no ha pasado nada, los americanos en el fondo somos buena gente, los casos de racismo son aislados y aquí todo tiene arreglo puesto que las personas somos en el fondo muy buenas, solo es el contexto y la situación lo que nos pervierte." ¿Y esto se supone que es la lección vital que me iba a maravillar?
Me parece mentira que el director de este simplista e infantil análisis de la sociedad americana haya sido también creador del guión de una obra tan perturbadora, dura y magistral como "Million dollar baby".
Supongo que siempre nos quedará Clint Eastwood.
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