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El padre

Aventuras. Drama La historia tiene lugar en la aldea turca de Mardin en 1915: en una noche en la que la policía turca está atrapando a todo hombre armenio, el joven herrero Nazaret es separado de su familia. Años después, tras sobrevivir al horror del genocidio, recibe noticias de que sus hijas gemelas también están vivas. Obsesionado con la idea de encontrarlas, sigue el camino que, ojalá, desemboque en un reencuentro. (FILMAFFINITY)
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6
10 de julio de 2015 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de Fatih Akin que parece decepcionar a sus partidarios y no entusiasmar a los que lo somos menos. De la estridencia y provocación que caracterizaron sus películas anteriores, hemos pasado en "El padre" a la narración plana de la trayectoria personal de un armenio (Tahar Rahim) que sobrevive al holocausto armenio y dirige su vida a buscar lo que le queda de familia. El título original (The cut) alude a la mudez sobrevenida del personaje como consecuencia de su supervivencia en un degüelle colectivo. Es de suponer que esta imposibilidad de hablar tenga una intencionalidad metafórica en relación con el primer genocidio del siglo XX y el más silenciado de todos.
Ni tanto ruido, como en la aparatosa “Contra la pared”, ni tanto silencio como en esta, podría pensarse.
La película, que no está mal y puede verse si se tiene la paciencia suficiente, no funciona debido a algo inesperado: la completa falta de ambición y dirección personal que la inspira. No se entiende que el tema armenio no haya sido planteado con un poco más de pasión ni que el viaje posterior no tenga ni una pizca de la tensión de, por ejemplo, “América, América”, de Elia Kazan (que narra también el viaje de un fugitivo del Imperio Otomano, en este caso un griego).
En la parte positiva, pueden destacarse la belleza formal de las imágenes y numerosos aspectos técnicos, que hacen un film de calidad aunque falta de corazón.
5
29 de octubre de 2015 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos meses después del inicio de la Primera Guerra Mundial se perpetraba en el antiguo Imperio Otomano el primer genocidio de la historia moderna. Un hecho no reconocido como tal por la actual Turquía pero en el que fueron masacrados más de un millón y medio de civiles armenios.

Sobre este acontecimiento histórico se centra el relato de un herrero que es separado de su familia y, tras conseguir sobrevivir a la guerra, inicia un viaje por medio mundo para reencontrarse con sus hijas.

Una película que comienza de modo impactante, a buen ritmo, y mostrando parte del problema armenio y el odio turco, movido principalmente por una de las grandes trabas de la Humanidad, venga de donde venga: la religión, que lejos de ser una creencia libre e individual acaba por convertirse en un arma con la que someter al pueblo, y al “enemigo”. A partir de ahí, la cinta se diluye: The Cut pretende abarcar demasiado hasta que se pierde en una simple historia de búsqueda y sufrimiento sin ahondar en las motivaciones de personajes secundarios que podrían haber dado mucho más de sí.

El cine de Fatih Akin, que nos ha deleitado con intensos dramas sociales libres de clichés, como Contra la pared (2004) o Al otro lado (2007), se transforma aquí en cine épico europeo que, quizás por querer acercarse al americano, cae en el error del victimismo y la miseria en lugar de intentar contar el trasfondo de una historia. De ese modo, la película se nutre de largos y excesivos planos de sufrimiento que aportan más bien poco a un relato que de por sí es trágico.

Una tragedia que, por otra parte, queda en numerosas ocasiones enmarcada en una fotografía casi perfecta, y, si se puede decir, preciosa. Escenas terribles que sin embargo se nos hacen armoniosas y, en cierto sentido, bellas gracias al enorme trabajo en la composición de imágenes de Rainer Klausmann, habitual en las películas del director alemán. Este aspecto, junto con la música de Alexander Hacke que las acompañan son los dos aspectos más sobresalientes (de verdad sobresalientes) de la cinta.

Sin embargo, el desarrollo de la película se hace cada vez más denso, debido en gran parte a la construcción de un personaje protagonista que apenas sufre evolución a lo largo de su viaje. Un recorrido lleno de lugares comunes y situaciones límite avocadas a un más que predecible desenlace.
4
8 de julio de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Y cualquiera que dejare casas, hermanos, o hermanas, o hijos, o hijas, o mujer, o tierras por mi nombre, recibirá cien veces tanto, y herederá la vida eterna"...¡Padre!
Sufrimiento, el deleznable padecimiento del genocidio y su impunidad es lo que hallarás aquí, cinco minutos de exposición de la calidez del hogar de una familia sencilla, honesta, que se ama y respeta, que trabaja y convive con alegría y cariño con sus hermanos de comunidad y..., la aparición del diestro diablo, del sagaz belcebú humano con su peor lado, la llegada del atropello, del dolor y la miseria, las penurias e injusticias de un mal que se eleva en nombre del Señor -dale el nombre propio que quieras-, para aniquilar, golpear, abusar, violar y llevar hasta el límite de la extenuación el aguante de un cuerpo humano, de un alma inocente, de una razón que no entiende.
Porque no se comprende ese desprecio, odio, aberración contra aquellos que profesan una religión diferente, católicos-musulmanos-judíos, Dios-Allah-Yahveh, Jesucristo-Mahoma-Moisés y la época que se quiera, continuas batallas crueles donde, según el año y el momento, unos mandan/otros reciben palos, armas de opresores/víctimas a la espera de la barbarie de turno, todo en nombre de una Fe, esa palabra mágica capaz de las aberraciones más horribles y de la voluntad de esfuerzo y superación más subliminal y grandiosa.
Fotografía áspera, seca, árida, estéril de un desierto pedregoso y ruín expuesto al tormento inquisidor del astro sol, tormento inagotable de una imagen indigesta, atroz e incómoda que expone los horrores de una guerra, da igual su localización, con sus andrajosos rastros de inmundicia espeluznante y la huella sufridora y deleznable de la vileza que el ser humano puede causar a sus semejantes.
Lo repito, sufrimiento, esa tortura de carrera contra destino por reencontrar a los tuyos y abrazar a la familia, supervivencia y perdón/masacre y placer, tremenda existencia en la que nuestro incansable héroe imperecedero, un conforme y adecuado Tahar Rahim, no se permite rendirse ni abandonar gracias al inmenso amor del que está repleto su castigado, pero aún vivo, corazón que se levanta a cada caída y subsiste firmemente con sólo la esperanza de volver a acariciar el rostro de sus hijas, la cara de su amada mujer y cuyo pensamiento es vitalidad enérgica para dar el siguiente paso.
Concretando, estamos ante la masacre turca contra los armenios de 1915, ante un único protagonista, Nazaret el herrero, que tiene que cubrir, con interés y seducción, los 138 minutos de la duración de su búsqueda, esa profunda y amarga tragedia afectiva de un desahuciado mártir que guarda gran semejanza con la actualidad, agonizante aventura que no debe permitir la pérdida cognitiva del espectador al acecho, atento y expectante pero ¿lo consigue o su narración es lacia, plana y estéril?
Con lamento se admite que este drama es insustancial, emotivamente vago, ausente, se lee con facilidad y ligereza, sin ningún problema -que resulta ser su mayor problema, valga la redundancia- pero sin consistencia ni vivencia pasional y ¿qué recompensa adquiere tu persona ante una lectura correcta y apropiada pero sin sentimiento que produzca escozor o amargor, piedad o afecto?; Fath Akin obvia la intensidad, el vigor y la adrenalina que te suspende anímicamente en el aire y se decanta por la corrección, la adecuada plasmación, la mera aprobación de un relato que debería causar estragos y devastación en tu persona pero no lo hace, simplemente se retira sin apenas haber causado impacto o conmoción en los presentes.
"Pedid y se os dará, buscad y hallaréis", pero lo único que hallas es un transeúnte sin conexión o comunicación con su público, obligado caminante perpetuo, de ciudad en ciudad, capaz de cruzar el charco para poder hallar a su descendencia y que, inexplicablemente no es capaz de aproximarse a tu relajado corazón o distendida alma y donde, el "Marco" de la infancia buscando a su anhelada madre, causaba más desasosiego, aflicción y ternura que toda la hazaña y proeza de este errante por tierras extrañas; y yo conté con la ventaja de verla en dos partes, con lo cual no se me hizo tan pesada y, aún así, ausencia completa de cualquier tipo de alteración, desvelo, inquietud o turbación por este incansable peregrino que nunca abandona su única posibilidad e ilusión de volver a tener cariño y amor sentido en su insignificante vida.
"Mi tristeza es un mar, tiene su bruma que envuelve densa mis amargos días, sus olas son de lágrima, mi pluma está empapada en ellas, hijas mías. Vosotras sois las inocentes flores nacidas de ese mar en la ribera..., nací para luchar, sereno y fuerte, cobro vigor en el combate rudo..., llévenme así a vosotras, de los hombres ni desdeño el poder ni el odio temo, pongo todo mi honor en vuestros nombres y toda el alma en vuestro amor supremo...", hay más calor, emotividad y sensible efecto en este poema que en toda esta helada y entumecida historia, la próxima vez ¡más arte y destreza para tan gran relato!

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
7
15 de mayo de 2021 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las escenas iniciales parecen hechas en un decorado irreal de cartón piedra, y además con un amor familiar empalagoso e ilusorio, para preparar el terreno al drama que viene después. Es impactante el guión y la crueldad de la historia. Poco creíble en los detalles. Pero viajas con el protagonista. Buena fotografía y soberbias interpretaciones. La historia no te puede dejar indiferente.
4
30 de noviembre de 2014 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido mi desilusión del día, en la teoría lo tenía todo para triunfar, un director consagrado Fatih Akin (uno de los niños mimados del cine europeo y que el FICX ya le dedico una retrospectiva en pasadas ediciones), Tahar Rahim, uno de los actores de moda en Europa, y una historia sobre el genocidio armenio que estaba llamada a ser una gran epopeya, pero lo que a priori era esto, se ha convertido en una historia que se tambalea en la cuerda floja por un escaso guión y una historia que llega a la desesperanza de la búsqueda de sus dos hijas por todo el mundo.

http://ultimapelicula.blogspot.com.es/2014/11/52-festival-internacional-de-cine-de_23.html
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