Entre tierrasSerie
2023 

5.9
1,034
Serie de TV. Drama
10 episodios. María (Megan Montaner), una mujer andaluza dedicada a cuidar de su familia desde que murió su padre, decide sacrificarse por los suyos y acepta casarse con un terrateniente manchego que viene a su pueblo buscando esposa, a cambio de asegurarse el bienestar y el futuro de su madre y hermanos.
18 de abril de 2024
18 de abril de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la serie más desquiciada que he visto jamás. Y, además, una pena, porque si hubiera tenido una dirección normalita y unos guionistas serenos, sin haberse tomado algo muy fuerte al reescribir la historia, porque es una adaptación al parecer, la serie hasta podría haber tenido éxito.
Pero las incongruencias son de tal magnitud que, a partir del primer episodio desbarra de tal manera que provoca hilaridad, cuando no el rechazo más absoluto ante los cambios que se introducen sin ton ni son. Disparate tras disparate hasta la extravagancia final.
Tras estas cuestiones hay que comprender que los demás aspectos de la serie pasen sin pena ni gloria dejando al espectador con la sensación de que le han tomado vilmente el cabello.
Pero las incongruencias son de tal magnitud que, a partir del primer episodio desbarra de tal manera que provoca hilaridad, cuando no el rechazo más absoluto ante los cambios que se introducen sin ton ni son. Disparate tras disparate hasta la extravagancia final.
Tras estas cuestiones hay que comprender que los demás aspectos de la serie pasen sin pena ni gloria dejando al espectador con la sensación de que le han tomado vilmente el cabello.
13 de noviembre de 2024
13 de noviembre de 2024
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Lo bueno: la ambientación, el cuidado de los detalles de época (a mí me quedan algunas dudas conla música que parece e unos años atrás), la actuación de Montamer, siempre impecable.
Lo malo: la historia trillada, sin trama atrapante (incluso lo único con suspenso se devela en el medio), historias paralelas innecesarias.... En fin, solo para melancólicos que quieran recordar la vestimenta y algunas costumbres de fines de los 60.
Lo malo: la historia trillada, sin trama atrapante (incluso lo único con suspenso se devela en el medio), historias paralelas innecesarias.... En fin, solo para melancólicos que quieran recordar la vestimenta y algunas costumbres de fines de los 60.
22 de mayo de 2024
22 de mayo de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Entre tierras" nos transporta a la Andalucía de finales de los años 60, una época marcada por la tradición, los cambios sociales y los anhelos de libertad. La serie, protagonizada por Megan Montaner, nos presenta a María, una joven que se ve obligada a casarse con un desconocido por el bien de su familia. A partir de ahí, se desarrolla una historia de superación, amor y búsqueda de identidad en un entorno rural lleno de contrastes.
Lo mejor:
Interpretaciones convincentes: Megan Montaner brilla en su papel de María, transmitiendo con naturalidad la fortaleza y vulnerabilidad de su personaje. El resto del elenco también realiza un trabajo notable, dando vida a personajes complejos y entrañables.
Ambientación cuidada: La recreación de la España de finales de los 60 es uno de los puntos fuertes de la serie. La fotografía, el vestuario y los decorados nos sumergen en la atmósfera de la época, transportándonos a un mundo rural lleno de belleza y autenticidad.
Banda sonora evocadora: La música juega un papel fundamental en la serie, creando una atmósfera emotiva y nostálgica que acompaña a la perfección el desarrollo de la trama.
Lo peor:
Guion previsible: La historia de "Entre tierras" sigue un patrón bastante convencional, con giros argumentales previsibles y algunos clichés propios del género.
Ritmo irregular: La serie tiene momentos de gran intensidad emocional, pero también algunos episodios que se sienten algo lentos y reiterativos.
Personajes secundarios desaprovechados: Algunos personajes secundarios con potencial interesante no terminan de desarrollarse plenamente, quedando relegados a un segundo plano.
Conclusión:
"Entre tierras" es una serie que, pese a sus defectos, consigue conmover y entretener gracias a sus interpretaciones, su ambientación cuidada y su banda sonora evocadora. Aunque la historia no sorprende por su originalidad, la serie logra transmitir la esencia de una época y los conflictos de unos personajes que luchan por encontrar su lugar en un mundo cambiante.
Nota: 6/10.
Lo mejor:
Interpretaciones convincentes: Megan Montaner brilla en su papel de María, transmitiendo con naturalidad la fortaleza y vulnerabilidad de su personaje. El resto del elenco también realiza un trabajo notable, dando vida a personajes complejos y entrañables.
Ambientación cuidada: La recreación de la España de finales de los 60 es uno de los puntos fuertes de la serie. La fotografía, el vestuario y los decorados nos sumergen en la atmósfera de la época, transportándonos a un mundo rural lleno de belleza y autenticidad.
Banda sonora evocadora: La música juega un papel fundamental en la serie, creando una atmósfera emotiva y nostálgica que acompaña a la perfección el desarrollo de la trama.
Lo peor:
Guion previsible: La historia de "Entre tierras" sigue un patrón bastante convencional, con giros argumentales previsibles y algunos clichés propios del género.
Ritmo irregular: La serie tiene momentos de gran intensidad emocional, pero también algunos episodios que se sienten algo lentos y reiterativos.
Personajes secundarios desaprovechados: Algunos personajes secundarios con potencial interesante no terminan de desarrollarse plenamente, quedando relegados a un segundo plano.
Conclusión:
"Entre tierras" es una serie que, pese a sus defectos, consigue conmover y entretener gracias a sus interpretaciones, su ambientación cuidada y su banda sonora evocadora. Aunque la historia no sorprende por su originalidad, la serie logra transmitir la esencia de una época y los conflictos de unos personajes que luchan por encontrar su lugar en un mundo cambiante.
Nota: 6/10.
27 de marzo de 2025
27 de marzo de 2025
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que decir que la serie empieza de una manera lamentable, que no hay por dónde pillarla. De esto que te dan ganas de decir: me rindo desde ya, yo esto no lo veo ni borracha.
Llega un señor sesentón, el mismísimo Juanjo Puigcorbé, a un pueblucho almeriense a buscar novia adolescente. Hace un casting entre las doncellas del lugar y finalmente se decide por una hermosa quinceañera que está casi decidida a casarse con el abuelo a cambio de que su familia totalmente arruinada pueda sobrevivir. En esto que la hermana de la muchacha, unos quince años mayor que la niña, una solterona prácticamente, interpretada con su solvencia habitual por Megan Montaner, se ofrece al caballero a cambio de su hermana con el argumento de que ella es más mujer y le será más útil.
Vale, el señor cambia novia adolescente por solterona, guapa pero pelín pasaílla (recordemos que le gustaban jovencitas), y nos lo tragamos con benevolencia. Y resulta que al llegar al altar nos enteramos de que esto no es una boda normal sino que es por poderes y que el señor representa a su sobrino. Vamos, que el probable pederasta no es él sino el muchacho. Y la solterona casadera al enterarse, lejos de dar gracias a todos los santos por no tener que meterse en la cama con el vejestorio entrado en carnes, se pilla tremendo cabreo porque nadie le había comunicado esta particularidad. Y dice que entonces no hay trato, que no está ella pa tonterías.
Conste que no revelo nada que no se vea en el primer episodio. Como podréis comprender a una le entran ganas de agarrar el mando y tirarlo contra la tele. Tomadura de pelo máxima, menuda locura de guion, cada día nos toman por más gilipollas... En fin, toda la retahíla de improperios que sueltas cada vez que empiezas a ver un bodrio de estos.
Pero al final decides darle una oportunidad, aunque solo sea para venir después aquí a poner la serie a parir. Y resulta que conforme van pasando los capítulos el culebrón va mejorando, y te vas enganchando, y los diálogos son un poco menos ridículos que los del primer día, y a veces hasta tienen su enjundia, y coño, esto no está tan mal, he visto cosas peores. Hay malos muy malos, zorras muy zorras, valientes heroínas, amor puro, diversidad sexual... en fin, el pack completo. Total, que te pìcas a ver cómo acaba esto y que te quedas hasta el final. Y ya a partir de ahora tengo que pasar a spoilear porque lo que viene sí revela partes que podrían joder un pelín al que decida verla.
Llega un señor sesentón, el mismísimo Juanjo Puigcorbé, a un pueblucho almeriense a buscar novia adolescente. Hace un casting entre las doncellas del lugar y finalmente se decide por una hermosa quinceañera que está casi decidida a casarse con el abuelo a cambio de que su familia totalmente arruinada pueda sobrevivir. En esto que la hermana de la muchacha, unos quince años mayor que la niña, una solterona prácticamente, interpretada con su solvencia habitual por Megan Montaner, se ofrece al caballero a cambio de su hermana con el argumento de que ella es más mujer y le será más útil.
Vale, el señor cambia novia adolescente por solterona, guapa pero pelín pasaílla (recordemos que le gustaban jovencitas), y nos lo tragamos con benevolencia. Y resulta que al llegar al altar nos enteramos de que esto no es una boda normal sino que es por poderes y que el señor representa a su sobrino. Vamos, que el probable pederasta no es él sino el muchacho. Y la solterona casadera al enterarse, lejos de dar gracias a todos los santos por no tener que meterse en la cama con el vejestorio entrado en carnes, se pilla tremendo cabreo porque nadie le había comunicado esta particularidad. Y dice que entonces no hay trato, que no está ella pa tonterías.
Conste que no revelo nada que no se vea en el primer episodio. Como podréis comprender a una le entran ganas de agarrar el mando y tirarlo contra la tele. Tomadura de pelo máxima, menuda locura de guion, cada día nos toman por más gilipollas... En fin, toda la retahíla de improperios que sueltas cada vez que empiezas a ver un bodrio de estos.
Pero al final decides darle una oportunidad, aunque solo sea para venir después aquí a poner la serie a parir. Y resulta que conforme van pasando los capítulos el culebrón va mejorando, y te vas enganchando, y los diálogos son un poco menos ridículos que los del primer día, y a veces hasta tienen su enjundia, y coño, esto no está tan mal, he visto cosas peores. Hay malos muy malos, zorras muy zorras, valientes heroínas, amor puro, diversidad sexual... en fin, el pack completo. Total, que te pìcas a ver cómo acaba esto y que te quedas hasta el final. Y ya a partir de ahora tengo que pasar a spoilear porque lo que viene sí revela partes que podrían joder un pelín al que decida verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final consiste básicamente en que van cayendo poco a poco todos los tíos y son las mujeres, unidas y sí, la palabra maldita, empoderadas, las que arreglan ellas solitas todo el lío del Montepío. Ellas perdonan las ofensas pasadas, todas al unísono en franca sororidad deciden hacer justicia y ponerse de acuerdo para tenderle una trampa al villano, pillarlo en falta y mandarlo al trullo. Si alguna fue en otro tiempo una auténtica hijadepiiii no se lo vamos a tener en cuenta porque está totalmente arrepentida y ya es buena. Incluso el bebé que esperaba Megan Montaner resultar ser niña, como no podía ser de otra manera. Vamos, que el mensaje es claro y contundente: los hombres son viles seres, el mundo es de las mujeres.
Se salva únicamente el hermano de la protagonista, que ese no muere porque es homosexual y hay que salvarlo. Y en el último capítulo lo vemos viviendo en Barcelona con su maromo, y cómo no, en lugar de salir alguna escena tierna de los muchachos tomándose la mano paseando por el campo, se les ve en una habitación, en gayumbos blancos de la época, morreándose a mandíbula batiente como si no hubiera un mañana. Ya hemos salvado la nueva masculinidad, y hemos mandado a todos los heteropatriarcales tóxicos a la tumba o a la cárcel. Mensaje correctamente recibido, Pablo Guerrero.
Se salva únicamente el hermano de la protagonista, que ese no muere porque es homosexual y hay que salvarlo. Y en el último capítulo lo vemos viviendo en Barcelona con su maromo, y cómo no, en lugar de salir alguna escena tierna de los muchachos tomándose la mano paseando por el campo, se les ve en una habitación, en gayumbos blancos de la época, morreándose a mandíbula batiente como si no hubiera un mañana. Ya hemos salvado la nueva masculinidad, y hemos mandado a todos los heteropatriarcales tóxicos a la tumba o a la cárcel. Mensaje correctamente recibido, Pablo Guerrero.
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