La noche del demonio: La puerta roja
4.8
4,498
Terror
El Capítulo 5 continúa con la familia Lambert casi diez años después de los eventos del Capítulo 2. Para poner finalmente a sus demonios a descansar, Josh (Patrick Wilson) y su hijo Dalton (Ty Simpkins), ya un universitario, deben de ir más profundo hacia "el Más Allá" de lo que nunca habían ido, encontrándose con el pasado oscuro de su familia y un sin número de espantosos terrores que se esconden detrás de la puerta roja. (FILMAFFINITY) [+]
29 de julio de 2023
29 de julio de 2023
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película empieza bien y el hecho de que la trama surja a través de la familia original que conocimos en las primeras entregas es algo que en principio puede parecer positivo. Dalton (el niño que se quedó atrapado en el Más Allá en la primera parte) ya está mayor y puede parecer interesante, pero no. El film parece que intenta decirnos algo y genera interés en los primeros minutos, sin embargo, no dice nada. No cuentan nada nuevo. No renuevan la saga y parece un reciclado de una historia que estaba bien tal y como acabó. Conforme avanza te va aburriendo y llega a hacerlo tanto que sí, estuve a punto de quedarme dormida en el cine (y por comentarios que oí, no fui la única en la sala).
Flojita, flojita.
(+) LO MEJOR: La actuación de Patrick Wilson, los momentos de tensión de los primeros minutos y los jump scares iniciales (aunque no soy muy fan en sí de estos). También está el personaje de Chris que es lo más divertido que nos vamos a encontrar y que de vez en cuando nos sacará una sonrisa.
(-) LO PEOR: No cuentan nada y eso le hace parecer un capítulo de relleno de anime. La dirección de Patrick Wilson no da la talla ni de lejos al que fue su director original. La actuación de Ty Simpkins (Dalton) deja mucho que desear.
Flojita, flojita.
(+) LO MEJOR: La actuación de Patrick Wilson, los momentos de tensión de los primeros minutos y los jump scares iniciales (aunque no soy muy fan en sí de estos). También está el personaje de Chris que es lo más divertido que nos vamos a encontrar y que de vez en cuando nos sacará una sonrisa.
(-) LO PEOR: No cuentan nada y eso le hace parecer un capítulo de relleno de anime. La dirección de Patrick Wilson no da la talla ni de lejos al que fue su director original. La actuación de Ty Simpkins (Dalton) deja mucho que desear.
10 de agosto de 2023
10 de agosto de 2023
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui a verla desoyendo algunas recomendaciones o más bien advertencias.
Como fan de James Wan y de la franquicia (1ª y 2ª parte) no pude resistir la curiosidad e insistí en juzgar por mí misma.
En algunos escasos momentos donde la dirección de Patrick Wilson dejar ver su intención, su recién adquirida habilidad no acaba de ejecutar dichas intenciones con eficacia, no solo la intención cuenta, al menos no en este caso. Una historia contada de forma monótona en la que el director novel no consigue inferir ritmo a la narrativa, ni en las partes de la historia en que ésta debería fluir sola.
Su trabajo interpretativo tampoco acaba de funcionar, me resulta el menos convincente de toda la familia.
Sinceramente pienso que esta historia no aporta absolutamente nada a la saga de terror, es totalmente innecesaria y además comete el error de avisarnos cada vez que claramente está al caer algún jumpscare obvio, nos ponemos el cinturón de seguridad y listo, como consecuencia... te acabas aburriendo.
Como fan de James Wan y de la franquicia (1ª y 2ª parte) no pude resistir la curiosidad e insistí en juzgar por mí misma.
En algunos escasos momentos donde la dirección de Patrick Wilson dejar ver su intención, su recién adquirida habilidad no acaba de ejecutar dichas intenciones con eficacia, no solo la intención cuenta, al menos no en este caso. Una historia contada de forma monótona en la que el director novel no consigue inferir ritmo a la narrativa, ni en las partes de la historia en que ésta debería fluir sola.
Su trabajo interpretativo tampoco acaba de funcionar, me resulta el menos convincente de toda la familia.
Sinceramente pienso que esta historia no aporta absolutamente nada a la saga de terror, es totalmente innecesaria y además comete el error de avisarnos cada vez que claramente está al caer algún jumpscare obvio, nos ponemos el cinturón de seguridad y listo, como consecuencia... te acabas aburriendo.
21 de julio de 2023
21 de julio de 2023
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de ver la película, hoy mismo viernes 21 la he ido a ver, la verdad no me he gustado mucho, se supone que es una película del género de terror, pero ni mucho menos, hacen más chistes que parece una de comedia y momentos dramáticos típicos de películas de drama. Sustos bastante predecibles, lo único salvable el actor Patrick Wilson y el que hace de su hijo. Lo demás se podían haber currado un poco más esta entrega pero como sabían que la gente la querían ver pues no han hecho una gran cosa. Una pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena que acaba con la “maldición” me parece lamentable, pinta el cuadro y se cierra la puerta y la maldición y tu te quedas pues que bien…
Uno de los sustos es que se ve venir un chico vomitando encima del protagonista :v
Uno de los sustos es que se ve venir un chico vomitando encima del protagonista :v
21 de julio de 2023
21 de julio de 2023
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la era del dominio oligopólico de las IPs del cine comercial contemporáneo, son una rareza enriquecedora aquellas franquicias capaces de construirse a sí mismas sobre materiales originales en lugar de marcas o personajes asentados en otros medios de expresión o en pasadas películas engrandecidas por el paso del tiempo. Por muchos es conocido el talento de James Wan aportando ideas tras la cámara, pero es también digna de estudio su astucia como productor, siendo capaz de alumbrar varias sagas de terror que han sido capaces de perpetrarse en paralelo, incluso de ramificarse, durante mas de una década. Expediente Warren y sus variados spin-offs frecuentan la taquilla con regularidad, pero cerramos julio con un regreso mucho mas demorado: Insidious: La puerta roja, la quinta entrega de la saga de proyecciones astrales que, además, cuenta con el regreso de la familia Lambert interpretada por Ty Sympkins, Rose Byrne o Patrick Wilson, que además se estrena con el presente largometraje como realizador. Una propuesta que, en sintonía con manifestaciones mainstream, mira en el pasado para poder avanzar para, pese a todo, procurar un cierre a la línea narrativa principal. Una serie inaugurada con dos poderosas entregas filmadas por Wan que ha sabido mantenerse después con una continuidad digna y eficaz, y la presente entrega no viene a cambiar el estado de las cosas. Un muestrario trágico de vías que nunca llegan a ser plenamente exploradas, pero que estructura los suficientes rasgos para captar el interés y asegurar el beneplácito de los aficionados de las entregas anteriores. Un nuevo exponente de sanación de traumas a través de la lucha fantástica.
Uno de los frentes principales de la narración de Wilson, que sorprende dedicando mas atención al factor emocional que a la pirotecnia terrorífica, es la convulsa relación paterno-filial entre Josh y Dalton. Una dialéctica dolorida y distanciada marcada por el resentimiento y el ansia de redención que, como en tantas otras entregas recientes de franquicias, sólo es posible mediante el diálogo con el pasado. Cicatrices veladas de sucesos cruentos de las primeras entregas afloran con fuerza inusitada para atormentar a ambos. Y lo hacen, y he aquí el guiño jugoso, a través de la personal expresión artística de Dalton. En la ficción es la pintura el canalizador, pero esta reflexión bien puede trasladarse al medio cinematográfico como puerta para dar salido a los miedos mas profundos del ser humano. El pincel reabre la herida, y el conflicto principal del filme se desarrolla en dos vías: la concienciación de sendos protagonistas masculinos del motivo de su distanciamiento y años de desconexión por un lado, y cerrar la vía de acceso psíquica a entes malignos por otro. El horror gótico como reflejo y símbolo de los cismas familiares, en un desarrollo que bascula entre la afectación y la congoja lacrimógena con cariño por sus personajes y el tiempo de exposición necesario.
El espacio del campus aporta un conjunto de matices cómicos refrescantes, principalmente en la figura de la compañera de habitación, así como nuevas opciones escenográficos de tensas confrontaciones vinculadas entre realidad y espacio astral, pero deviene una oportunidad perdida. El filme se apoya en una emotividad a flor de piel tan aceradas por momentos como azucarada en su clímax, pero contrarresta este rasgo con un aplomo endeble trazando su red de suspense. Las amenazas monstruosas y su manera de representarse en la película oscilan entre la rutina y la desidia protocolaria con respecto al vocabulario visual de la franquicia. Las cinco entregas se han servido de los espíritus y las posesiones para afrontar cotidianos, pero quizás sea esta la que menos sepa articular la esfera sobrenatural de manera evocadora. Melodías y motivos visuales familiares que aseguran el confort del fan, pero no enriquecen ni aportan nuevas dimensiones al imaginario. La seguridad de lo ya conocido, miedo con sordina. Una película por tanto dotada de cierto interés temático y respeto por su trasfondo dramático, fácil pero honesto, pero que se contempla sin mayor alteración que leves sacudidas, todo un pecado considerando las coordenadas de la obra que James Wan ha cimentado durante décadas. Sus extensiones son tan seguras como cobardes, resignadas a no abrir fugas que puedan sacudir conciencias o atraer nuevas sensibilidades entre el patio de butacas.
Mucha introducción, escaso nudo y tierno desenlace, que subraya en demasía sus intenciones emocionales. Niebla, colores, azules, vaciados sonoros o maderas chirriantes, desenfoques y elementos que salen y entran del cuadro como sentido de los jump-scares que son santo y seña de las franquicias de espíritus de Wan. Por todo ello Insidious: La puerta roja se suma a una saga que no ha tenido ningún tropiezo, pero que se despide con muy poco que decir. Y en este ocasión, debiendo su resonancia a los réditos obtenidos por las dos entregas de Wan, reciclando su riqueza en beneficio propio para una conversación en retrospectiva con poco que apostillar por sí sola.
Uno de los frentes principales de la narración de Wilson, que sorprende dedicando mas atención al factor emocional que a la pirotecnia terrorífica, es la convulsa relación paterno-filial entre Josh y Dalton. Una dialéctica dolorida y distanciada marcada por el resentimiento y el ansia de redención que, como en tantas otras entregas recientes de franquicias, sólo es posible mediante el diálogo con el pasado. Cicatrices veladas de sucesos cruentos de las primeras entregas afloran con fuerza inusitada para atormentar a ambos. Y lo hacen, y he aquí el guiño jugoso, a través de la personal expresión artística de Dalton. En la ficción es la pintura el canalizador, pero esta reflexión bien puede trasladarse al medio cinematográfico como puerta para dar salido a los miedos mas profundos del ser humano. El pincel reabre la herida, y el conflicto principal del filme se desarrolla en dos vías: la concienciación de sendos protagonistas masculinos del motivo de su distanciamiento y años de desconexión por un lado, y cerrar la vía de acceso psíquica a entes malignos por otro. El horror gótico como reflejo y símbolo de los cismas familiares, en un desarrollo que bascula entre la afectación y la congoja lacrimógena con cariño por sus personajes y el tiempo de exposición necesario.
El espacio del campus aporta un conjunto de matices cómicos refrescantes, principalmente en la figura de la compañera de habitación, así como nuevas opciones escenográficos de tensas confrontaciones vinculadas entre realidad y espacio astral, pero deviene una oportunidad perdida. El filme se apoya en una emotividad a flor de piel tan aceradas por momentos como azucarada en su clímax, pero contrarresta este rasgo con un aplomo endeble trazando su red de suspense. Las amenazas monstruosas y su manera de representarse en la película oscilan entre la rutina y la desidia protocolaria con respecto al vocabulario visual de la franquicia. Las cinco entregas se han servido de los espíritus y las posesiones para afrontar cotidianos, pero quizás sea esta la que menos sepa articular la esfera sobrenatural de manera evocadora. Melodías y motivos visuales familiares que aseguran el confort del fan, pero no enriquecen ni aportan nuevas dimensiones al imaginario. La seguridad de lo ya conocido, miedo con sordina. Una película por tanto dotada de cierto interés temático y respeto por su trasfondo dramático, fácil pero honesto, pero que se contempla sin mayor alteración que leves sacudidas, todo un pecado considerando las coordenadas de la obra que James Wan ha cimentado durante décadas. Sus extensiones son tan seguras como cobardes, resignadas a no abrir fugas que puedan sacudir conciencias o atraer nuevas sensibilidades entre el patio de butacas.
Mucha introducción, escaso nudo y tierno desenlace, que subraya en demasía sus intenciones emocionales. Niebla, colores, azules, vaciados sonoros o maderas chirriantes, desenfoques y elementos que salen y entran del cuadro como sentido de los jump-scares que son santo y seña de las franquicias de espíritus de Wan. Por todo ello Insidious: La puerta roja se suma a una saga que no ha tenido ningún tropiezo, pero que se despide con muy poco que decir. Y en este ocasión, debiendo su resonancia a los réditos obtenidos por las dos entregas de Wan, reciclando su riqueza en beneficio propio para una conversación en retrospectiva con poco que apostillar por sí sola.
21 de julio de 2023
21 de julio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por empezar: La mayoría de las cosas no funcionaron con la película. Al principio va bien, te cuenta todo lo que necesitas saber para la película, pero es todo muy ligero. La trama te propone mucho pero consigue alcanzar con las expectativas del espectador. Propone mucho y no cumple nada. Pudieron sacar la película del año, y cerrar con lo mejor la saga, pero no. Es una película plasmada de screamers que no provocan nada de susto. Desperdiciaron todo. No se si da mas miedo la película o las actuaciones. En fin, es una película que es bonita a simple a vista, pero que mientras mas se adentra, se puede ver las ganas que le pusieron. Deseo que la excelente saga de Insidious, no muera así, ya que es una buena historia con mala preparación.
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