Pretty Woman, es una de esas películas que no está bien decir que te gustan, por lo menos en un lugar como filmaffinity, y a tenor de las críticas que he leído. Pero yo pregunto, ¿no puede gustarnos una chica o un chico que es tonto? ¿No nos puede apetecer estar con alguien aunque su brillantez intelectual sea limitada?

Si en la vida real compartiésemos nuestro tiempo o buscasemos a la gente más inteligente nos enamoraríamos de Einstein o de algún científico que esta buscando la vacuna contra el sida.

Pero lo cierto es que yo estoy enamorado de la vecina del tercero, que es tonta y lleva minifalda y botas por encima de la rodilla. Yo soy rico, aunque también soy tonto, como mi vecina del tercero; aún así, ella me sonrió un día, y yo como un imbécil respondí a su sonrisa...

Vamos a ver:
Esta es la historia de amor entre un ricacho y la puta de lujo a la que contrata una noche de súbito picor en la entrepierna. Lo de puta de lujo es un decir, porque la chica está deambulando por la calle cual perrillo abandonado y no instalada en un pisazo con jacuzzi, que es lo que distingue a lo más granado de la profesión. O sea, es más bien puta de la calle cutre, sólo que con un aspecto mucho más aseado, limpito y repeinado que la competencia.
El tío -que es el grimoso de Richard Gere haciendo uso de sus mejores mohínes de hámster apaleado- se tira toda la película regalándola cosas y llevándola de compras, a la ópera y a sitios superpijos que no sirven para mucho más que dejar el paletismo de la buena moza en total y ridícula evidencia. Pero ella, que de orgullo y autoestima tiene más bien poco, pues no sólo se deja comprar a gusto, además se enamora del gañán hasta las trancas, sin duda con la esperanza secreta de conseguir por fin el piso con jacuzzi a costa de los dineros del señorito.
Todo esto estaría muy bien rodado por Woody Allen y además nos reiríamos un rato, pero como lo rueda Garry Marshall, que es más cursi que una recepción de boda en el Casino de Torrelodones, pues no mola. Queda una película muy extraña con la apariencia de una comedia romántica y con un trasfondo bastante turbio e inquietante: yo si fuera la Pretty Woman, miraría con ojo a mi enamorado; sí, ése que anda por ahí buscando putas por la calle a la mínima que te descuidas.
No les doy ni dos meses.

¿Por qué le gusta esto a la gente? No lo puedo comprender, es un insulto a la inteligencia y a la moral humana.
Identificarse con cualquier personaje de esta película es ser una persona digna del corredor de la muerte. Me cae mejor Henri, el de "retrato de un asesino", que el personaje de Richard Gere. Me cae mejor una prostituta yonkie asesina que el personaje de Julia Roberts.
Todo en la peli es malo, incluso la canción del gran "Roy Orbison" es la peor de toda su carrera.
Qué asco. Es repugnante. Jamás vi película más vomitiva que esta.
Insisto: me repatea tener que ponerle una estrella a esta asquerosidad babosa inmoral cínica hipócrita y superficial.
Me ha amargado la existencia.

Tengo que hacer una confesión a todos los usuarios de filmaffinity, tras mi pseudónimo se esconde un puto callejero de tercera generación.

Pero hoy he visto la peli Pretty Woman y he decidido cambiar de vida totalmente, he decidido ¡ECHARME NOVIA!

Para ello escribo esta crítica, para ofrecerme primeramente a las chicas de esta maravillosa página.

Requisitos:

-Tiene que estar buenorra, así como el Richard Gere pero en tía.
-Tiene que tener una buena cuenta corriente al menos con 6 ceritos después de la cantidad.
-Tiene que ser inteligente y cariñosa, con sonrisa picarona como la del Gere.
-Señorona donde las haya, osease con estilo para presumir delante mis amigos.
-Tiene que tener de coche por lo menos un Audi, aunque si tiene un Ferrari mejor que mejor.
-Y salidorra, muy salidorra, pues a mi me gustan así.

Nota: Tampoco me importa un tío si reúne todos los requisitos, y en lugar de seis ceritos en la cuenta tiene 16 ceritos y está dispuesto a compartirlo.

Ofrezco

-De dote la furgoneta de los melocotones de 1976 que me deja mi tío Dionisio.
-.Un cuerpo para el pecado, con mi 1,54 de altura y mis 104 Kilos de peso. Además soy un superdotado sexual (8 centímetros en plena faena, ¡Ni más ni menos!)
-Ducharme cada quince días en vez de cada mes como hasta ahora.
-Ponerme los dientes que me faltan, sobre todo las dos paletillas.
-Cambiarme de gayumbos al menos una vez cada quince días.
-Dejo que me vistan del Armani y que me regalen Rolex de Oro (con la condición de que pueda venderlos)
-Me dejo llevar a restaurantes buenos, ósea no me importa ir al Mac Donald o al Burger King aunque sean sitios muy elegantes.
-Tampoco me importa ir a la ópera, aunque prefiero que me lleven a ver un concierto del Chiquitete.
-Estoy dispuesto a ir a hoteles señoriales, de esos de cinco tenedores.
-Seré un novio bueno y respetuoso con mi jaca.

Para poneros en contacto conmigo usar mi email, en poder de filmaffinity, pero no os de por hacerlo todas a la vez pues me saturáis el correo (de una en una fierecillas…)

Quitando lo anterior, gilipollez como un templo, peli pastelosa a tope, cuentecillo para niños.

Esto es lo que se dice una película bonita. Tierna y entretenida. Sí, claro, es raro encontrar una pilingui tan guapa (porque aquí sí que está guapa la Sra. Roberts); no tiene nada que ver con la María Martillo de la esquina de mi casa que la faltan 2 dientes. También es raro que un tío tan importante se enrolle de esa manera y se comprometa tanto sin necesidad, pero es que es una película, señores, una película sin pretensiones.
Luego está la canción del Sr. Orbison, ése que canta siempre con las mismas gafas; un temazo que le va a la historia fenomenal.
La película es además divertida, pero también con sus momentos dramáticos. Porque el pasado siempre sale a relucir, por desgracia, y en todos los lugares del mundo hay gente con muy mala leche, pero Richard Gere está inconmensurable y sabe ponerse a la altura de las circunstancias. Ya lo ha demostrado con su amigo el Gran Lama, el calvo ese que viste con unas sábanas color azafrán. Y por favor, no tratar a las mujeres como putas porque se presten al contubernio por dinero, porque aquí el señor Richard le hace un montón de regalos; los garrulos no son capaces de de ver la generosidad en esta persona, que son los que hablan mal de la película. Estos son los que no querrían pagar a la puta ni un duro por tacaños y miserias que son, por eso esas mujeres tienen que poner una tarifa, por la mierda de tíos que hay, si fueran todos como Richard Gere recibirían más de lo que piden.

Pues sí. Todo es espectáculo en esta película, amor, risas, regalos, música, gente guapa (para una película como esta es lo más lógico) … Qué mundo más maravilloso. Lo tacaños a la mierda. Y si eres pobre y no tienes a nadie, ya sabes, te la cascas.