Los profesionales
7.4
9,946
11 de diciembre de 2005
11 de diciembre de 2005
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mítico y apreciable western acerca de la dura aventura de un grupo de mercenarios, que son contratados por un rico hacendado para liberar a su jóven esposa, de las garras de un temido guerrillero mexicano.
Este grupo de mercenarios comandados por el expeditivo Lee Marvin, (Doce del patíbulo), conforman todo un experto comando de soldados, algo asi como una especie de Equipo A en el oeste, (salvando las distancias, claro).
Un experto y mujeriego dinamitero, (Burt Lancaster), un excelente y fornido explorador, (Woody Strode), y un consumado y flemático domador de caballos, (Robert Ryan), cierran el comando.
Repleta de brillantes escenas de acción y inteligentes dialogos, la película es un espectáculo lleno de intriga y humor negro.
A destacar la aparición de la bella Claudia Cardinale y del duro Jack Palance, además de la bella partitura del francés Maurice Jarre.
Muy buena.
Este grupo de mercenarios comandados por el expeditivo Lee Marvin, (Doce del patíbulo), conforman todo un experto comando de soldados, algo asi como una especie de Equipo A en el oeste, (salvando las distancias, claro).
Un experto y mujeriego dinamitero, (Burt Lancaster), un excelente y fornido explorador, (Woody Strode), y un consumado y flemático domador de caballos, (Robert Ryan), cierran el comando.
Repleta de brillantes escenas de acción y inteligentes dialogos, la película es un espectáculo lleno de intriga y humor negro.
A destacar la aparición de la bella Claudia Cardinale y del duro Jack Palance, además de la bella partitura del francés Maurice Jarre.
Muy buena.
30 de septiembre de 2009
30 de septiembre de 2009
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con películas como Los profesionales se suda en el sofá. El aroma a western crepuscular se hace presente en toda la sala, la televisión desprende los mismos grados centígrados que la frontera mexicana y es necesario abrir las ventanas para deshacerse del polvo y la tierra seca.
Con cada aliento, con cada cabalgada, el espectador es partícipe de la historia. Es necesario involucrarse en lo que está sucediendo para disfrutarla como se merece.
Richard Brooks rodó esta maravilla en 1966, y plasmó toda la esencia del western "sucio" justo tres años antes de que Peckinpah firmara su legendaria "Grupo salvaje". La comparación es inevitable. Las dos tienen como transfondo la revolución mexicana y ambas tienen como protagonistas a mercenarios pistoleros repletos de humanidad.
Porque el punto fuerte de "Los profesionales" es sin duda alguna el desarrollo de los personajes, un puñado de hombres sin escrúpulos que se mueven tras el dinero, pero que mantienen siempre intactos sus códigos éticos y morales.
Un elenco de auténtico escándalo: Lee Marvin, Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode como inolvidables mercenarios, Jack Palance majestuoso revolucionario y si, la inmensa Claudia Cardinale, posiblemente la mujer más hermosa que se haya puesto delante de una cámara. Cada vez que hace aparición, el nivel de testosterona se eleva hasta el piso vecino, es impresionante la sensualidad que desprende en cada toma. Como sentencia Burt Lancaster en uno de esos diálogos que han hecho inolvidable esta cinta: Es una mujer que bien merece 100.000 dólares.
La película contiene todas las escenas para convertirla en referencia del género. Persecuciones, tiroteos, asalto de trenes y un duelo entre claustrofóbicas montañas que ya forma parte de la historia del western. Un duelo que se desarrolla entre míticos diálogos, riquísimas conversaciones entre disparo y disparo, que sirven para comprender las razones que mueven a cada uno de los contendientes. Pocos westerns tienen diálogos tan impactantes y legendarios.
Dos horas de auténtico deleite cinematográfico. Dirección exquisita, grandísima fotografía e interpretaciones abrumadoras. Acción y tensión en condiciones extremas. Uno de los más grandes westerns de la historia.
Con cada aliento, con cada cabalgada, el espectador es partícipe de la historia. Es necesario involucrarse en lo que está sucediendo para disfrutarla como se merece.
Richard Brooks rodó esta maravilla en 1966, y plasmó toda la esencia del western "sucio" justo tres años antes de que Peckinpah firmara su legendaria "Grupo salvaje". La comparación es inevitable. Las dos tienen como transfondo la revolución mexicana y ambas tienen como protagonistas a mercenarios pistoleros repletos de humanidad.
Porque el punto fuerte de "Los profesionales" es sin duda alguna el desarrollo de los personajes, un puñado de hombres sin escrúpulos que se mueven tras el dinero, pero que mantienen siempre intactos sus códigos éticos y morales.
Un elenco de auténtico escándalo: Lee Marvin, Burt Lancaster, Robert Ryan y Woody Strode como inolvidables mercenarios, Jack Palance majestuoso revolucionario y si, la inmensa Claudia Cardinale, posiblemente la mujer más hermosa que se haya puesto delante de una cámara. Cada vez que hace aparición, el nivel de testosterona se eleva hasta el piso vecino, es impresionante la sensualidad que desprende en cada toma. Como sentencia Burt Lancaster en uno de esos diálogos que han hecho inolvidable esta cinta: Es una mujer que bien merece 100.000 dólares.
La película contiene todas las escenas para convertirla en referencia del género. Persecuciones, tiroteos, asalto de trenes y un duelo entre claustrofóbicas montañas que ya forma parte de la historia del western. Un duelo que se desarrolla entre míticos diálogos, riquísimas conversaciones entre disparo y disparo, que sirven para comprender las razones que mueven a cada uno de los contendientes. Pocos westerns tienen diálogos tan impactantes y legendarios.
Dos horas de auténtico deleite cinematográfico. Dirección exquisita, grandísima fotografía e interpretaciones abrumadoras. Acción y tensión en condiciones extremas. Uno de los más grandes westerns de la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
—Es usted un bastardo.
—Sí señor, lo mío es de nacimiento, pero usted se ha hecho a sí mismo.
THE END
—Sí señor, lo mío es de nacimiento, pero usted se ha hecho a sí mismo.
THE END
2 de abril de 2010
2 de abril de 2010
25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
106/30(24/03/10-07/02/24) Richard Brooks (produce, dirige y guioniza), nos regala un soberbio western crepuscular de los que te calaran, de los que harán disfrutar a todos los amantes del cine. Sobrepasa el género para ser una historia universal donde la ambigüedad moral, la fuerza del deber, la amistad, la lealtad, el desencanto, el romanticismo son valores que traspasan la pantalla, donde el guión es un pilar colosal, adaptando la novela "A mule for the marquesa" (1964) de Frank O'Rourke.
Con una pareja de actores sublimes, Lee Marvin está en su papel y lo borda, pero hay uno que se sale, Burt Lancaster en estado de gracia, con sonrisa burlona única, un Dios de la interpretación que transmite vitalidad, entusiasmo, sentimentalismo, ternura, trabajo cumbre de uno de los más grandes.
Este es un maravilloso relato donde cuatro tipos rudos del oeste, son contratados por un terrateniente, Joe Grant (gran Raph Bellamy), para rescatar a su esposa, María (bellísima Claudia Cardinale) de las garras de un revolucionario mexicano Jesús Raza (excelente Jack Palance), para ello deberán adentrarse en territorio hostil.
El guion es un prodigio de frases y diálogos ácidos, inteligentes, cínicos, resignados, de un lirismo salvaje, el Paraíso para los amantes de frases de cine, de las que se te quedaran para siempre, ejemplos <Será una mujer de esas que convierte a algunos niños en hombres y a algunos hombres en niños>, <Tal vez haya sólo una revolución desde siempre... Los buenos contra los malos... La pregunta es, quienes son los buenos?>, <Es usted un bastardo. – Si señor, pero en mi caso es un accidente y en cambio usted, usted, se ha hecho a sí mismo.>, y más y más, coronado todo ello por un diálogo final (Spoiler) entre los dos antagonistas Raza (Palance) y Bill (Lancaster), que para mí es uno de los más descomunales que he escuchado en una pantalla, y he visto miles de films.
Está dotada de una historia contada en elipsis deliciosa, de un romanticismo exacerbado, no se puede contar más en menos, es la sublime historia de amor entre Bill (Lancaster) y Chiquita (Marie Gómez), excelente en la síntesis, de cómo condensar en un par de escenas un romance, admirable. Posee escenas de acción muy logradas, un ritmo narrativo magnífico, una fotografía excelente del gran Conrad Hall ("Dos hombres y un destino" o "American Beauty") remarca los colores ocres consiguiendo transmitir una sensación de calor agobiante, ello adornado por una brillante banda sonora del magistral Maurice Jarre ("Lawrence de Arabia" o "Doctor Zhivago").
Recuerda bastante a la posterior ‘Grupo Salvaje’, mismo escenario, México fronterizo, mismo tiempo, la revolución mexicana, tipos curtidos en mil batallas pero que en su interior rezuman ideales románticos. Como hándicap decir que los otros dos personajes de la banda, Hans (Robert Ryan) y Jake (Woody Strode), son meros comparsas, están muy desaprovechados, están difuminados y nunca sabemos que piensan, no se les saca partido, pero por ser un tikis mikis, eso hace que la baje de un 11 a un 10.
Recomendable a TODOS los amantes del Cine con mayúsculas. Fuerza y honor!!!
Con una pareja de actores sublimes, Lee Marvin está en su papel y lo borda, pero hay uno que se sale, Burt Lancaster en estado de gracia, con sonrisa burlona única, un Dios de la interpretación que transmite vitalidad, entusiasmo, sentimentalismo, ternura, trabajo cumbre de uno de los más grandes.
Este es un maravilloso relato donde cuatro tipos rudos del oeste, son contratados por un terrateniente, Joe Grant (gran Raph Bellamy), para rescatar a su esposa, María (bellísima Claudia Cardinale) de las garras de un revolucionario mexicano Jesús Raza (excelente Jack Palance), para ello deberán adentrarse en territorio hostil.
El guion es un prodigio de frases y diálogos ácidos, inteligentes, cínicos, resignados, de un lirismo salvaje, el Paraíso para los amantes de frases de cine, de las que se te quedaran para siempre, ejemplos <Será una mujer de esas que convierte a algunos niños en hombres y a algunos hombres en niños>, <Tal vez haya sólo una revolución desde siempre... Los buenos contra los malos... La pregunta es, quienes son los buenos?>, <Es usted un bastardo. – Si señor, pero en mi caso es un accidente y en cambio usted, usted, se ha hecho a sí mismo.>, y más y más, coronado todo ello por un diálogo final (Spoiler) entre los dos antagonistas Raza (Palance) y Bill (Lancaster), que para mí es uno de los más descomunales que he escuchado en una pantalla, y he visto miles de films.
Está dotada de una historia contada en elipsis deliciosa, de un romanticismo exacerbado, no se puede contar más en menos, es la sublime historia de amor entre Bill (Lancaster) y Chiquita (Marie Gómez), excelente en la síntesis, de cómo condensar en un par de escenas un romance, admirable. Posee escenas de acción muy logradas, un ritmo narrativo magnífico, una fotografía excelente del gran Conrad Hall ("Dos hombres y un destino" o "American Beauty") remarca los colores ocres consiguiendo transmitir una sensación de calor agobiante, ello adornado por una brillante banda sonora del magistral Maurice Jarre ("Lawrence de Arabia" o "Doctor Zhivago").
Recuerda bastante a la posterior ‘Grupo Salvaje’, mismo escenario, México fronterizo, mismo tiempo, la revolución mexicana, tipos curtidos en mil batallas pero que en su interior rezuman ideales románticos. Como hándicap decir que los otros dos personajes de la banda, Hans (Robert Ryan) y Jake (Woody Strode), son meros comparsas, están muy desaprovechados, están difuminados y nunca sabemos que piensan, no se les saca partido, pero por ser un tikis mikis, eso hace que la baje de un 11 a un 10.
Recomendable a TODOS los amantes del Cine con mayúsculas. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Descomunal diálogo entre Raza, Bill y Chiquita, justo antes de la tormenta del tiroteo final:
Raza: <Como es que te has metido en este sucio asunto?>
Bill: <Como de costumbre, por dinero.>
Raza: <Todo sigue como de costumbre, yo necesito armas y municiones, como de costumbre, la revolución va mal, como de costumbre, solo tú no sigues como de costumbre.>
Se produce un tiroteo, vuelve una calma tensa.
Bill a Chiquita: <Chiquita, como va tu vida amorosa?>
Chiquita: <De miedo, quieres probar?>
Bill: <Sigues diciendo sí?>
Chiquita: <Siempre.>
Bill: <A cualquiera?>
Chiquita:<A todos!>
Raza habla con Bill: <Supongo que sabes que uno de los dos ha de morir?>
Bill: <Es posible que los dos.>
Raza: <Morir por dinero es una estupidez.>
Bill: <Y morir por una mujer más aún. Sea la mujer que sea, incluso ella.>
Raza: <Cuanto tiempo vas a retenernos?>
Bill: <Un par de horas y lo que pase aquí ya no importará. Ella volverá a ser la señora Grant.>
Raza: <Pero eso no cambiara nada, lo que importa es que ella es mi mujer antes, ahora y siempre.>
Bill: <Nada es para siempre, excepto la muerte, pregúntale a Fierro, a Francisco, a todos aquellos del cementerio de los hombres sin nombre.>
Raza: <Todos ellos murieron por un ideal.>
Bill: <La revolución? Cuando el tiroteo termina, los muertos se entierran y los políticos entran en acción y el resultado es siempre igual, una causa perdida.>
Raza: <Así que… tu quieres la perfección o nada, ah! Eres demasiado romántico, amigo. La revolución es como la más bella historia de amor. Al principio ella es una Diosa, una causa pura, pero todos los amores tienen un terrible enemigo.>
Bill: <El tiempo.>
Raza:<Tú la ves tal como es. La revolución no es una Diosa, si no una mujerzuela, nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta, así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero solo son asuntos mezquinos, lujuria, pero no amor, pasión! Pero sin compasión y sin un amor, sin una causa no somos nada! Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos por que nos desengañamos, volvemos porque nos sentimos perdidos, morimos porque es inevitable.>
Tiroteo final.
Raza: <Como es que te has metido en este sucio asunto?>
Bill: <Como de costumbre, por dinero.>
Raza: <Todo sigue como de costumbre, yo necesito armas y municiones, como de costumbre, la revolución va mal, como de costumbre, solo tú no sigues como de costumbre.>
Se produce un tiroteo, vuelve una calma tensa.
Bill a Chiquita: <Chiquita, como va tu vida amorosa?>
Chiquita: <De miedo, quieres probar?>
Bill: <Sigues diciendo sí?>
Chiquita: <Siempre.>
Bill: <A cualquiera?>
Chiquita:<A todos!>
Raza habla con Bill: <Supongo que sabes que uno de los dos ha de morir?>
Bill: <Es posible que los dos.>
Raza: <Morir por dinero es una estupidez.>
Bill: <Y morir por una mujer más aún. Sea la mujer que sea, incluso ella.>
Raza: <Cuanto tiempo vas a retenernos?>
Bill: <Un par de horas y lo que pase aquí ya no importará. Ella volverá a ser la señora Grant.>
Raza: <Pero eso no cambiara nada, lo que importa es que ella es mi mujer antes, ahora y siempre.>
Bill: <Nada es para siempre, excepto la muerte, pregúntale a Fierro, a Francisco, a todos aquellos del cementerio de los hombres sin nombre.>
Raza: <Todos ellos murieron por un ideal.>
Bill: <La revolución? Cuando el tiroteo termina, los muertos se entierran y los políticos entran en acción y el resultado es siempre igual, una causa perdida.>
Raza: <Así que… tu quieres la perfección o nada, ah! Eres demasiado romántico, amigo. La revolución es como la más bella historia de amor. Al principio ella es una Diosa, una causa pura, pero todos los amores tienen un terrible enemigo.>
Bill: <El tiempo.>
Raza:<Tú la ves tal como es. La revolución no es una Diosa, si no una mujerzuela, nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta, así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero solo son asuntos mezquinos, lujuria, pero no amor, pasión! Pero sin compasión y sin un amor, sin una causa no somos nada! Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos por que nos desengañamos, volvemos porque nos sentimos perdidos, morimos porque es inevitable.>
Tiroteo final.
30 de septiembre de 2010
30 de septiembre de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta los cojones. Estoy harto de films de acción digitales, de guiones mediocres y de actores sin carisma ni oficio que parecen salidos de un anuncio de desodorantes. ¿Pero será posible tanta metrosexualidad y tanta tontería? ¿Dónde quedan aquellos personajes de antaño, aquellos machomen de pelo en pecho que reían a carcajadas sorteando guerras y encendiendo revoluciones, que se duchaban una vez al mes, burlaban a la muerte en cada esquina, enamoraban a las mujeres de otros, se afeitaban en seco y usaban vitriolo como after shave? Pues más o menos de los años ochenta para atrás. Y puestos a ir hacia atrás, vamos hasta 1966. Vamos hasta "Los profesionales".
Uno de mis westerns favoritos de toda la vida es esta cojonuda epopeya de rescates infernales dirigida por el ilustre Richard Brooks. Tengo debilidad por los buenos films de acción con equipo de especialistas incluido, y este es en mi opinión uno de los mejores de la historia, junto a otros grandes como "La gran evasión", "Los doce del patíbulo", "Los violentos de Kelly" o "Grupo salvaje". Y la cosa va de mercenarios desencantados de la revolución mexicana que aceptan el contrato del cacique de turno para liberar a la damisela buenorra en apuros, sin saber bien dónde se meten... ¡Pero por 10.000 dólares, bien vale la pena el riesgo!
Simplemente me pirra por la emoción de las planificaciones, la sincronización de los ataques, los giros imprevistos, el juego entre diferentes caracteres... ¡Y qué caracteres!: el líder metrallero Lee Marvin, el donjuán dinamitero Burt Lancaster, el introspectivo pistolero Robert Ryan y el implacable arquero Woody Strode, instituyendo una especie de precedente del equipo A en el oeste que es impresionante; además de la Claudia Cardinale sazonando la trama con esa voluptuosa carga sensual que justifica el precio del rescate, un Jack Palance magnífico como el insurrecto Raza y Ralph Bellamy, genial en esas breves pero intensísimas intervenciones como potentado demiurgo.
Una odisea de balas, flechas, traición y dinamita realizada con pulso intachable, a la que no le sobra ni falta ni un maldito minuto, repleta de secuencias para los anales del género: desde la presentación de cada protagonista, pasando por el asalto nocturno a bombazo limpio, las inclementes persecuciones por el desierto hostil, con ese calor que asfixia todos los poros, y culminando en esa violenta emboscada que debería ser materia obligatoria en las escuelas de cine. Y los diálogos, señores. Qué diálogos:
"Tú la ves tal como es. La revolución no es una diosa sino una mujerzuela, nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta. Así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero sólo son asuntos mezquinos, lujuria pero no amor, pasión pero sin compasión, y sin un amor, sin una causa, no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos porque nos desengañamos. Volvemos porque nos sentimos perdidos. Morimos porque es inevitable."
Amén, señor Raza, amén.
Uno de mis westerns favoritos de toda la vida es esta cojonuda epopeya de rescates infernales dirigida por el ilustre Richard Brooks. Tengo debilidad por los buenos films de acción con equipo de especialistas incluido, y este es en mi opinión uno de los mejores de la historia, junto a otros grandes como "La gran evasión", "Los doce del patíbulo", "Los violentos de Kelly" o "Grupo salvaje". Y la cosa va de mercenarios desencantados de la revolución mexicana que aceptan el contrato del cacique de turno para liberar a la damisela buenorra en apuros, sin saber bien dónde se meten... ¡Pero por 10.000 dólares, bien vale la pena el riesgo!
Simplemente me pirra por la emoción de las planificaciones, la sincronización de los ataques, los giros imprevistos, el juego entre diferentes caracteres... ¡Y qué caracteres!: el líder metrallero Lee Marvin, el donjuán dinamitero Burt Lancaster, el introspectivo pistolero Robert Ryan y el implacable arquero Woody Strode, instituyendo una especie de precedente del equipo A en el oeste que es impresionante; además de la Claudia Cardinale sazonando la trama con esa voluptuosa carga sensual que justifica el precio del rescate, un Jack Palance magnífico como el insurrecto Raza y Ralph Bellamy, genial en esas breves pero intensísimas intervenciones como potentado demiurgo.
Una odisea de balas, flechas, traición y dinamita realizada con pulso intachable, a la que no le sobra ni falta ni un maldito minuto, repleta de secuencias para los anales del género: desde la presentación de cada protagonista, pasando por el asalto nocturno a bombazo limpio, las inclementes persecuciones por el desierto hostil, con ese calor que asfixia todos los poros, y culminando en esa violenta emboscada que debería ser materia obligatoria en las escuelas de cine. Y los diálogos, señores. Qué diálogos:
"Tú la ves tal como es. La revolución no es una diosa sino una mujerzuela, nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta. Así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero sólo son asuntos mezquinos, lujuria pero no amor, pasión pero sin compasión, y sin un amor, sin una causa, no somos nada. Nos quedamos porque tenemos fe, nos marchamos porque nos desengañamos. Volvemos porque nos sentimos perdidos. Morimos porque es inevitable."
Amén, señor Raza, amén.
22 de enero de 2006
22 de enero de 2006
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años 60s el western empezó su ocaso y quizás perdió definitivamente su inocencia, se puso de moda el tono crepuscular, aparecieron los héroes cansados y descreídos, sin esperanzas, los ideales estaban muertos y el genero servía de reflexión de la situación política o social de esos momentos. "Los Profesionales" de Richard Brooks se inscribe en esa tendencia, en ella cuatro antiguos revolucionarios desilusionados venden sus servicios para una causa que pronto comprobaremos no es la más noble, a través de ellos y de sus acciones , el director de Lord Jim un pogresista convencido, da a la película de un tono muy metafórico sobre el intevencionismo americano (recordemos que estamos en plena guerra de Vientnan) y sobre la corrupción de las revoluciones.
Hay personajes poco desarrollados (especialmente un desaprovechado Robert Ryan)pero el dúo protagonista (espléndido Lancarter y Marvin) tienen la suficiente fuerza para que nos sintamos atraídos por sus aventuras, hay una mítica de la derrota y del compromiso ,mucha complicidad en esos heroes cansados que finalmente recobrarán una lucidez perdida.
Las escenas finales llenas de cinismo y lirismo tienen tanta fuerza que hacen que nos olvidemos de alguna caída de ritmo o alguna imperfección en la dirección de Brooks
Hay personajes poco desarrollados (especialmente un desaprovechado Robert Ryan)pero el dúo protagonista (espléndido Lancarter y Marvin) tienen la suficiente fuerza para que nos sintamos atraídos por sus aventuras, hay una mítica de la derrota y del compromiso ,mucha complicidad en esos heroes cansados que finalmente recobrarán una lucidez perdida.
Las escenas finales llenas de cinismo y lirismo tienen tanta fuerza que hacen que nos olvidemos de alguna caída de ritmo o alguna imperfección en la dirección de Brooks
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